Genética, grámatica y música: Rastreando la historia de las poblaciones humanas

A pesar de que algunas personas insisten en reducir a nuestra especie en su dimensión biológica, más y más evidencia apunta a que la humanidad está atravesada tanto por lo biológico como por lo cultural. De hecho esta segunda dimensión actualmente podría ser más importante en términos evolutivos, ya que como se señala en un estudio publicado en The Royal Society, la cultura ayuda a los humanos a adaptarse a su entorno y a superar los desafíos mejor y más rápido que la genética: el conocimiento se transfiere de forma más flexible y dinámica que los genes. Vivimos un cambio evolutivo, en el cual gradualmente la herencia cultural va ganando espacio sobre la herencia genética.

Ahora, una nueva investigación explora las relaciones entre genética y algunas dimensiones culturales que pueden ser analizadas históricamente, para establecer cual de ellas es la mejor herramienta para estudiar la evolución de las poblaciones humanas. La conclusión de este estudio es que la gramática recoge mejor la historia común de una población y, por lo tanto, refleja la genética humana más que cualquier otra característica cultural (la música, por ejemplo).

Para llegar a esta conclusión, un equipo de investigadores rastreó familias de idiomas utilizados por poblaciones humanas durante más de 10.000 años, combinando datos de genética, lingüística y musicología para  identificar qué datos revelan la mejor correlación entre la diversidad genética y la diversidad cultural.

El equipo seleccionó el noreste de Asia como una región particularmente interesante para este estudio, porque es la encrucijada central en la prehistoria de Asia y de los nativos de América: aunque sus poblaciones son genéticamente contiguas, la región es cultural y lingüísticamente muy diversa.

Los investigadores analizaron datos que abarcan 11 familias de idiomas, como tungusic, chukuto-kamchatkan, esquimal-aleut, yukagir, ainu, coreano y japonés, que son habladas en la actualidad por 14 poblaciones.

Además, obtuvieron nuevos datos genéticos de hablantes de Nivkh, un idioma aislado que se habla en la isla de Sajalín, en el mar de Ojotsk. A continuación compararon los genomas de estas poblaciones con datos digitales sobre su idioma (reglas gramaticales, sonidos, listas de palabras) y su música (estructura, estilo).

Entre otras cosas, midieron distancias léxicas entre las palabras y su música (estructura, estilo). A su vez, utilizaron grabaciones de audio de 283 canciones tradicionales, las cuales fueron analizadas manualmente según 41 características de clasificación.

De esta forma pudieron observar la variación en el lenguaje (gramática, fonología, léxico), música (estructura de la canción, estilo de interpretación) y genomas de los grupos étnicos analizados, y  establecer las correspondientes relaciones entre ellos.

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Mejor la gramática

A continuación descubrieron que la estructura gramatical se relaciona estrechamente con la historia genética de una población y que esa relación surgió antes de la formación de las familias de lenguas actuales analizadas.

“Nuestros resultados sugieren que la gramática podría ser un indicador cultural de la historia de una población, al mismo tiempo que demuestra diferencias entre las relaciones culturales y genéticas que resaltan la naturaleza compleja de la historia humana”, escriben los autores de esta investigación en un artículo publicado en la revista Science Advances.

«Es a través de una colaboración única entre la genética y la geografía, junto con la lingüística y musicología digitales modernas, que hemos podido dar un pequeño paso más hacia la comprensión de la historia cultural humana». Balthasar Bickel

“La gramática refleja mucho mejor  la historia de la población que cualquier otro dato cultural. Descubrimos correlaciones significativas entre la genética y la gramática», matiza el coautor principal Peter Ranacher de UZH.

Los investigadores concluyen que la correspondencia entre la gramática y la genética refleja un complejo laberinto de transmisión vertical de genes y de contactos étnicos en la prehistoria de las poblaciones humanas.

Esa prehistoria refleja que los seres humanos siempre han estado en movimiento, creando historias complejas de idiomas y tradiciones culturales que se encuentran dispersas por todo el mundo y que pueden ser rastreadas.

Desde el comienzo de su existencia, algunas poblaciones se han dividido, mientras que otras se han unido, dejando una profunda huella en los idiomas locales y las tradiciones culturales: esta investigación ha podido identificar el rastro de un reducido grupo de poblaciones humanas.

A nivel global, reconstruir esta compleja historia es, sin embargo, un desafío mucho más complejo: dependiendo de los lugares de origen, actualmente se hablan más de 7.000 idiomadss en el mundo.

Variación genética

Esta gran variedad idiomática también se encuentra en la variación genética. Según Charles Darwin, los genes y la cultura evolucionan de manera similar, transmitidos de generación en generación, con ligeras variaciones en cada etapa.


Esta variabilidad idiomática y genética es la evidencia de los contactos mantenidos a lo largo de la historia de una población, ya sea amistosa, como el comercio, u hostil, como las conquistas», explica Balthasar Bickel, otro de los investigadores.

Una posible interpretación de nuestros hallazgos es que la relación entre la gramática y la historia de la población se conservó excepcionalmente bien durante el contacto reciente más allá de las familias lingüísticas, independientemente de si los mecanismos evolutivos de la gramática son los mismos que los de los genomas, señalan los investigadores en su artículo.

Y concluyen: las relaciones culturales no pueden predecirse completamente mediante las historias de la población humana. Las interpretaciones alternativas de estos desajustes serían eventos históricos (por ejemplo, cambio de idioma en la historia local) o evolución específica de la cultura independientemente de la evolución genética.

No obstante, añaden que se necesitarán más análisis para comprender la compleja red de evolución cultural y genética, aunque descubrir la importancia del factor gramatical es ya un primer paso en la dirección correcta.


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Con información de Science Advances, La Universidad de Zurich, La Universidad de Maine y Agencia T21 | Comentarios del Colectivo Alterius

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