Se rescató a Dylan, pero el panorama de niños perdidos en México no mejora

El día de hoy por la mañana, medios generalistas informaron algo raro: una buena noticia en tiempos del COVID-19. Resulta que Dylan, el niño tzotzil que había desaparecido en Chiapas, fue recuperado con vida y se reunirá con su madre.

Esto es una anomalía ya que llevaba perdido más de 40 días (desde el 30 de junio), pero sucedió la peculiaridad de que el caso tuvo atención mediática. Trasciende también que el abuelo paterno del menor fue culpado por su desaparición, derivando en su detención y eventual muerte “por suicidio” dentro de un penal en San Cristobal de las Casas.

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Con anterioridad, en Tercera Vía reportamos los modos de la Fiscalía chiapaneca:

Racismo, tortura y asesinato: Así opera la fiscalía de Chiapas tras el secuestro de Dylan

 

Adelfo Gómez Gómez, el indígena tsotsil de 63 años inculpado, que en realidad era vendedor ambulante de collares en San Cristóbal de las Casas, apareció muerto en el penal número 5. Su cadáver presentaba varios moretones en el cuerpo, una herida grande en el cráneo, restos de sangre, y las huellas de un cordón alrededor del cuello. Como denunció su familia es lógico que “no pudo suicidarse, lo mataron”, ya que la versión que hasta ahora ha dado a conocer la Fiscalía, es que su muerte fue “suicidio por ahorcamiento”.

Lo que tampoco dijo la Fiscalía, ni los diversos medios que dieron a conocer la noticia del desmantelamiento de la supuesta red de trata es que los niños y niñas, y todos los detenidos, habían declarado ser parte de una misma familia y que vivían juntos porque juntos habían migrado de la comunidad Chictón, a San Cristóbal, hacia ya ocho años. A esta familia también pertenecen otros seis adultos que en el momento de la detención no se encontraban en la casa que rentaban, porque ya habían salido a trabajar. Ellos son el resto de los padres de los 23 niños que estaban en la casa.

El responsable del caso es el titular Fiscal General del Estado (FGE), Jorge Luis Llaven Abarca quien ha sido señalado desde hace varios años por diversas organizaciones de Derechos Humanos, porque desde que era Secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana en el gobierno de Manuel Velasco Coello sistemáticamente utiliza la detención arbitraria y la tortura para fabricar culpables.

Ser pobre no es un delito

La justificación de Llaven Abarca es que “el hecho de que sean sus familiares, sus abuelos, mamás, tías no los exime de responsabilidad. No tiene nada que ver que la persona que estaba cometiendo el delito sea familiar directo de los menores, al contrario, es un sentimiento de mayor injusticia que alguien que tenga una relación de parentesco lo explote laboralmente”.

Pero de acuerdo a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la trata de personas se presenta cuando se promueve, solicita, ofrece, facilita, consigue, traslada, entrega o recibe a una persona, por medio de la violencia física o moral, el engaño o el abuso de poder, para someterla a la explotación sexual, trabajos o servicios forzados, esclavitud, servidumbre o la extirpación de un órgano.


Desaparecidos en México: 23% son menores no localizados

Sólo se han incrementado ya que en 2019 se reportaban menos de 7 mil:


Según información del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas, a abril del 2018, última fecha de actualización de las cifras, había 6.614 niños desaparecidos en el país.

Lo que representa a 17,7% de las personas de las que se desconoce su paradero en México. La mayoría de las víctimas son mujeres: 6 de cada 10. De ellas, 8 de cada 10 tenían al momento de su desaparición, entre 13 y 17 años de edad.

Estos datos muestran un incremento de 284 casos con respecto a enero del 2018. Y este no es el único delito que ha azotado a la infancia mexicana durante los últimos años.

Y en 2020:


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Datos de la Segob indican que, de 47 mil 820 menores reportados como desaparecidos entre la década de los 60 y diciembre pasado, 36 mil 748 fueron localizados y del resto, 23% del total, no hay certeza de su paradero.

De acuerdo con un informe de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas, de diciembre de 2018 al mismo mes de 2019 hubo dos mil 720 niños desaparecidos, de los cuales mil 713 fueron hallados y de mil siete (37%) aún no se sabe su paradero.

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