La paranoia del poder contra Signa LAB

Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, Rossana Reguillo, académica del ITESO, fue amenazada constantemente en Twitter por publicar trabajos periodísticos sobre el caso de Ayotzinapa. Estaba por jubilarse, pero esta experiencia la impulsó a crear un laboratorio que estudie las conductas y los fenómenos en las redes sociales. Así nació Signa LAB.

El laboratorio empezó a funcionar en el 2016, y desde entonces ha realizado trabajos de enorme repercusión, como “Democracia, libertad de expresión y esfera digital. Análisis de tendencias y topologías en Twitter. El caso de la #RedAMLOVE”, en el que dan cuenta de que la RedAMLOVE estaba conformada por boots, trolls y fans que dirigen la conversación en redes sociales para favorecer al actual presidente, Andrés Manuel López Obrador.

También tuvo un enorme impacto la investigación realizada junto con Aristegui Noticias y Artículo 19 en la que probaron un ataque virtual orquestado por la directora de la agencia de noticias del estado Notimex, San Juana Martínez, a periodistas y críticos de AMLO. En esa ocasión, incluso se documentó que los ataques se organizaron a través de un grupo de WhatsApp denominado «Avengers».

Por ello no sorprende que Morena impugne la elección que hizo el INE de Signa LAB para filtrar las preguntas de la ciudadanía para el primer debate presidencial. En un panel en medios en Sonora, Claudia Sheinbaum explicó que la impugnación surge de que los debates tienen que hacerse en un ambiente de “neutralidad” y no están de acuerdo con que, de antemano, ya estén “cargando la balanza”.

Llama la atención que el día ocho de febrero, cuando se discutió la elección del laboratorio, Sergio González Luna, representante de la bancada de Morena ante el INE y Gerardo Fernández Noroña no cuestionaron la decisión. Al contrario: todas las bancadas aprobaron por unanimidad la metodología del INE y la de Signa LAB.

Horas antes de las declaraciones de Claudia Sheinbaum el once de febrero, en una conferencia de prensa, Mario Delgado, presidente nacional de Morena, acusó a la presidenta de la Comisión Temporal de Debates y consejera del INE, Carla Humphrey, de tener una actitud “de confrontación” con la coalición de Morena-PT-PVEM.

Ante estas acusaciones, la directora de Signa LAB, Rossana Reguillo respondió en una entrevista con W Radio que a pesar de que ella tiene sus opiniones, lo cual es su derecho político, no hay manera en la que pueda hacer trampa, ya que la metodología es rigurosa y está basada en un algoritmo.

Ahora bien, AMLO es conocido por desacreditar a periodistas críticos. La organización Artículo 19 ha documentado que, durante su gobierno, el presidente ha atacado a la prensa al menos tres mil veces. Su enojo hacia la prensa crítica, o como él la llama “conservadora”, lo llevó a crear la sección de la mañanera “quién es quién” en el 2021 en la que se expone a los periodistas que informaron “noticias falsas”.

Al afirmar con tanta seguridad la oposición de Signa LAB al partido y al gobierno en turno, lo morenistas demuestran ignorancia sobre los aspectos técnicos del proceso. Claudia Sheinbaum habló del antagonismo de la “directora del ITESO”, aunque Rossana Reguillo solo funge como coordinadora del Signa LAB. La misma Rossana Reguillo, declaró que esta impugnación demuestra que no están familiarizados con la metodología del INE y la propuesta del laboratorio.

Es importante señalar que, una vez sucedido el debate presidencial, cualquier especialista tendrá acceso al proceso de selección de las preguntas, por lo que hacer “trampa” no es viable. Cabe recalcar que Signa LAB hizo la filtración de preguntas en el debate presidencial del 2018 sin ningún alegato de parcialidad.

Por su parte, Sergio Gutiérrez Luna dijo que buscaban que la selección de preguntas no esté “influenciada por preferencias políticas o parcialidades, y que refleje genuinamente las inquietudes y cuestionamientos de la ciudadanía”. Sin embargo, Gutiérrez Luna ignora que la metodología utilizada por el Signa LAB se basa en la elección de las preguntas que se repitan más, además de que no serán recogidos los comentarios o cuestionamientos ofensivos.

En fin, la impugnación de Signa LAB demuestra una paranoia generalizada del partido en el poder. Una paranoia que se ha creado en gran parte por la poca tolerancia hacia la crítica que se ha demostrado durante el actual sexenio. Una paranoia que cuesta tiempo y recursos.

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