El Brexit, las rebeliones y México

 

  1. La votación en Inglaterra que llevó a la salida de esa Isla- Imperio de la Unión Europea, es vista por los analistas más agudos como el golpe político- económico más importante en el siglo XXI. Si en la anterior centuria el derrumbe del muro de Berlín y el colapso del socialismo realmente existente demostró que era inviable un sistema que pregonaba la igualdad pero resultaba despótico, ahora el modelo neoliberal que aparecía como la única ruta que traería el beneficio de todos, es una clara muestra de la desigualdad y la marginación en el planeta. La conmoción económica ha traído repercusiones en todas partes y eso que existe un largo trecho por recorrer (se espera que en dos años ya no exista compromiso entre los 27 países alienados y la Gran Bretaña). Y en lo político, las repercusiones son enormes porque Escocia e Irlanda del Norte quieren adherirse a la zona Euro, y hay movimientos en Francia, Austria y Holanda, entre otras naciones, para seguir los pasos de la antigua Albión. Según Jorge G. Castañeda (Milenio, 27 de junio), el rechazo se dio porque se tuvieron cinco años de austeridad y bajos salarios, no sólo en England, sino en muchas otras naciones. Así pues, los adultos y las zonas deprimidas que veían sus expectativas cada vez peores y sentían que los resultados eran para unos cuantos (los que podían entrar mejor preparados a la globalización), determinaron que todo era retroceso. Eso ocurre en muchas partes, donde las empresas desplazan la mano de obra, automatizan todo, compiten internacionalmente sin ninguna medida, se apropian de los terrenos nacionales, depredan el medio ambiente y no rinden cuentas a nadie ya que los gobierno antes estatales les rinden pleitesía y no les cuestionan nada. Algo de lo que sabemos claramente en México. En este tiempo de ansiedad, dice Jesús Silva Herzog Márquez (Reforma, 27 de junio), nada es “tan antipático como un experto”, que nos dice como hacer las cosas sin estar involucrado en la casa. Algo patente con los programas sociales, de Sedesol a los educativos o de salud. Por lo tanto, el rechazo es cada vez más evidente a un sistema que intenta homologar todo, difundir que la felicidad está cerca y que siempre falla en sus pronósticos dejando un tiradero absoluto en todos lados.

  2. En México, a pesar de las declaraciones de Luis Videgaray, secretario de Hacienda, afirmando que no pasará gran cosa porque, como siempre, “estamos blindados”, luego del recorte presupuestario de febrero ( 132 mil millones de pesos), ahora tendremos otro de 31 mil 174 millones de pesos. La mayoría en los ramos de salud y educación. En este segundo, no importando lo que ocurrió en Nochixtlán, Oaxaca, las bajas en el presupuesto serán de 44 millones de pesos (mdp) en Chiapas; 43 mdp, en Guerrero; en Michoacán, 16, mdp y en Tabasco, 13 millones de pesos (datos de Carlos Puig, Milenio, 27 de junio). Mientras que en el seguro Popular, se quitarán 6 mil millones de pesos, y eso que un proyecto gubernamental insiste en que siete millones de universitarios contarán con servicios médicos y hospitalarios (sic que insiste que la liga puede estirarse sin romperse). Estamos, pues, ante el inicio de una recomposición donde México tiene mucho que ver, no obstante que únicamente tenemos el 7 por ciento de comercio con la nación de Winston Churchill. Pero ya sabemos que el peso, por ejemplo, llegará a 20 por dólar, según estimaciones, lo cual permitirá a miles de familias de migrantes paliar el temporal, aunque los aumentos de precios y las finanzas nacionales estarán en un sube y baja mayúsculo que traerá consecuencias indeseables, las cuales, no se reflejarán en los medios de difusión que están sometidos a la publicidad gubernamental. Pero en este último caso, las próximas elecciones serán decisivas ya que el PRI está en picada, los otros partidos no saben a qué tirarle y sólo Morena va adelante (coincidencia entre Castañeda, Manlio Fabio y otros políticos no cercanos a López Obrador).

  3. Nuestra democracia no está constituida por discusiones, intercambios y pactos amplios y serios, más bien por acuerdos entre élites y reparticiones del pastel presupuestario, de prebendas y negocios. Por ello, la llamada democracia liberal que tenemos está más pendiente del mercado y los flujos financieros- donde el Wall Street inglés, llamada The City, juega un papel fundamental-. Por lo tanto, hay que avanzar en la movilización, la lucha social y la solidaridad. En este aspecto, vale la pena leer: La nueva lucha de clases. Los refugiados y el terror de Slavoj Zizek (Anagrama). En la página 126 dice: “lo que hay que recuperar, pues, es la lucha de clases, y la única manera de hacerlo es insistir en la solidaridad global con los explotados y oprimidos”. Y en la 127 remata: “Quizá la solidaridad global sea una utopía, pero si no luchamos por ella, entonces estamos realmente perdidos, y merecemos estar perdidos”.

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