La mayoría de Morena es ilegal
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Durante décadas el sistema estuvo diseñado para que el PRI siempre tuviera mayoría en el poder legislativo, primero, en la imposibilidad de la minoría de postular a candidaturas y diputaciones, después cuando a estos se les permitió postular y competir en diputaciones se quedó plasmada la cláusula de gobernabilidad donde se garantiza que el partido en mayoría pueda tener hasta el 8% más de representación en la Cámara para garantizar una gobernabilidad en la mayoría, debates aparte sobre si es necesaria o no, antidemocrática o no, está en la legislación.
En ese sentido, Morena por sí solo obtuvo el 37.2% de los votos, si sumas 8 puntos porcentuales, su máximo sería el 45.2% de las curules, según los reportes recientes de votación, Morena representa el 51.8% de las diputaciones. Se excede en 6% lo que afirma la Constitución: toda votación con esa mayoría violenta la legalidad.
La trampa está en los detalles, gracias a sus votos, la coalición obtuvo 220 diputaciones, si vamos al detalle, sabremos que quien ganó la diputación fueron los votos en los que se cruzó a Morena, es decir, Morena ganó 220 diputaciones, sin embargo, según los convenios de coalición, 58 fueron para el PT y 56 para el PES, lo que permitió que Morena recibiera 86 diputaciones por el principio de representación proporcional. Y así de manera artificial obtener una mayoría. El PES no obtuvo ni el 3% de votación y tiene 56 diputaciones. Sin duda, el ingeniero de esa coalición, tiene mucha habilidad en el juego de las reglas.
Si a Morena se le hubiera asignado sus 220 diputaciones que le correspondía solo hubiera recibido 26 diputaciones y no 86. El PES no tendría ningún diputado y el PT solo 13. Como lo evidencia Ciro Murayama en un artículo de Nexos más extenso, la coalición hubiera alcanzado solo el 51% de las diputaciones y no el 61% con que inició. Hoy solamente Morena representa el 51%. Por ello, la mayoría es artificial, no la merece, no es la que se dio en las urnas, sino una construida con juegos de las reglas y trampas legales.
Ahí no se trata de poner más candados al sistema electoral, sino de que los jugadores respeten las reglas. Por ejemplo, si ustedes rastrean a las diputaciones del PES o del PT podrán reconocer que no deben su militancia o lealtad a esos dos partidos, sino a Morena. Es por ello, que uno puede inferir el comportamiento del PT o del PES, conforme a la lealtad al presidente, sin ellos no existirían, o por ello también el apoyo del oficialismo para que estos dos partidos sigan vivos: si bien el PES perdió el registro, el mismo movimiento está buscando ser nuevo partido nacional: sin ellos no tendrían su mayoría artificial e ilegal. El diablo está en los detalles y en la política no existen las coincidencias, una mayoría artificial e ilegal toma decisiones trascendentales en nuestro país y esas acciones no se parecen a un cambio de régimen sino al regreso de las mayorías aplanadoras.
Para más detalles, consulten el artículo de Murayama en Nexos, es ampliamente recomendable.
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