Letras que arden

Este  texto es parte de nuestra serie sobre Visita guiada a una sala de estar’ de Pura López Colomé, cortesía de Rayuela diseño editorial. Puedes consultar tres fragmentos aquí.

A continuación, el texto que uno de los alumnos de la UDG Lagos preparó para la presentación del título.



Formas de remar

La poesía es un mito cuántico. Un extraño mecanismo de posibilidades. Quizá, como diría Oscar Hahn, es un espejo que no tiene memoria, pero que nos ayuda a entender quiénes somos, sin decirnos directamente quienes somos. En Visita guiada a una sala de estar la autora nacida en la Ciudad de México, Pura López Colomé, ofrece el vasto panorama de las lecturas que la fueron formando a través de su paso por la existencia, con la particular ventaja de que en este caso el lector cuenta con un guía que desmenuza y desdobla títulos antaño recogidos y los relata en una clave absolutamente humana, llena de sensaciones y apreciaciones dignas de quien descubre un tesoro cuando descubre un libro. El tesoro del lenguaje, el lenguaje del fondo, el tesoro del fondo en el fondo del lenguaje.

Para López Colomé una sala de estar es un espacio donde, paradójicamente, se está y no se está. Un sitio específico de la casa en la que una vez dentro, puedes habitar lo que sea: una selva húmeda e imponente en la que de pronto, a distancia, se escucha una extraña melodía; un barco a la deriva con un par de personas que acusan en los ojos la desgracia; un poema algo lleno de muchedumbre, algo vacío, algo que respira agitado entre las líneas. Porque leer es ser y no ser al mismo tiempo, es dialogar, suspender la voz interna y abrevar en la vida de otro que es yo mientras lo leo y deja en mí una impronta una vez terminada su lectura, el espacio que se amplía en el horizonte gracias al cual no serás el mismo nunca más.

 

Escalones

La primera atracción de nuestra visita guiada, son los textos de la infancia con los que Pura López fue descubriendo nociones como la magia, lo milagroso, lo fantástico. Toda una serie de mitos que en su caso tuvieron que ver con la lectura de la Biblia, de los poetas místicos, de Ramón López Velarde y de Las mil y una noches, textos fundamentales que en una primera etapa, quizá la más viva de todas, es decir, la infancia, determinan de manera tajante lo que seremos y pensaremos acaso por el resto de nuestros días. Pura nos habla también de su crucial viaje y posterior instalación en el idioma inglés, que sería preponderante tanto en sus lecturas, como en su visión del idioma y su relación con el español.

En otro momento decisivo, relata la ocasión en que descubrió el trabajo y las ideas de Robert Louis Stevenson y como éste ejerció una influencia tan grande en la autora que su figura se volvió una suerte de axioma que, como tantos lectores que pretendemos volvernos escritores, terminó por imitar para descubrir que este ejercicio comenzaba a accionar el mecanismo de la creación, como si el hecho de empezar una carrera fuera asimismo el primer paso para terminarla. Quizá la carrera más difícil sea esa que al final nos lleva a la línea de salida.

Y en ese vaivén entre el inglés y el castellano, entre sus visiones y texturas tan dispares el contraste, el cambio: «Me costó mucho trabajo adaptarme, a mi regreso, a la cotidianidad mexicana, cosa que por fin logré, en buena medida, gracias a las letras. ¿Otro parteaguas? En mi casa me esperaba la obra de magníficos escritores, Juan Rulfo, Alfonso Reyes, Sor Juana, Octavio Paz, Carlos Fuentes, etcétera. Pero una congoja a ratos inexplicable pesaba más que los estantes y libreros: ese lugar, ahora irrespirable, ya no me pertenecía. Faltaba en cada rincón una presencia que antes lo había llenado y saciado todo; una voz que recitaba el Romancero gitano, y habría querido que, como a su autor, la enterraran “entre los naranjos y la hierbabuena” Cuanto antes, a pesar de que significaría darle la espalda a una biblioteca que hasta diccionarios maya-español incluía, me impuse la tarea de independizarme. Al cambiar mi modo de vida, lo hicieron también mis lecturas».


He aquí una de las claves de Visita guiada a una sala de estar: el ejemplo personificado en Pura López Colomé de esa porosa frontera entre la vida y las lecturas, tan estrechamente relacionadas que a veces es casi imposibles de distinguir entre sí. Los efectos de trastocar esos fondos y vivir en los libros —o viceversa— son en su caso, el leitmotiv del texto: una cartografía de las lecturas que son la vida de una autora que ha decidido zambullirse en el mundo de las letras y los significados. Hombres y mujeres de letras, casi literalmente hechos de letras, Eros y Thanatos tomándose un cafecito para intercambiar lecturas, en un dialogo interno, profuso, lleno de cambios y unas cuantas estabilidades.

Nombres de autores siguen desfilando por esta visita guiada editada por Rayuela diseño editorial en abril de 2018. Autores del calibre de Emily Dickinson, Robert Graves, Alfonso Reyes, Ezra Pound, Salvador Elizondo y un largo pero fructífero etcétera. Todos ellos ligados profundamente a la vida de la autora, a sus reveses, a los caminos que eligió tomar y que fluctúan de manera concomitante a su proceso de lectura y de escritura. Sus estudios universitarios y su paso por las publicaciones y el mundo editorial. Todo ello, cabe resaltar, ilustrado siempre por los textos de los autores antes citados que, dentro de la narración, no son sino las atracciones principales de esta visita guiada a una sala de estar en donde la apoteosis es la vida, la posibilidad de otra vida, una tallada en letras que arden, amén al acto de nombrar, allende toda redención.

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