INE se Deslinda de Errores en el Listado de Candidatos al Poder Judicial y da al Senado 48 horas para corregirlos

Si alguien pensaba que la elección judicial de 2025 iba a ser un proceso organizado, eficiente y libre de tropiezos, es momento de bajar las expectativas. El Instituto Nacional Electoral (INE) recibió del Senado unas listas de candidatos con más huecos que un queso suizo y errores que ni la peor tarea escolar. Pero antes de que alguien intentara cargarle el muertito, el INE dejó claro: “nosotros solo publicamos, no corregimos”.
El pasado 12 de febrero, el Senado, representado por Gerardo Fernández Noroña, entregó las listas de candidatos de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Hasta ahí, todo bien… en teoría. El problema es que la información estaba incompleta, con nombres que no coincidían, datos erróneos y, en algunos casos, candidatos que ni siquiera habían pedido ser considerados. Un pequeño detalle, sin duda.
Ante semejante desastre documental, el INE puso cara de juez imparcial y dio 48 horas al Senado para corregir los errores. Y cuando se revisaron las correcciones, ¡sorpresa! En lugar de arreglar el problema, aparecieron nuevos nombres, otros desaparecieron sin explicación y los datos seguían igual de inexactos. La consejera Claudia Zavala resumió la situación con una pregunta inquietante: “¿De dónde salen estas candidaturas y por qué se excluyeron otras? No lo sabemos”.
Por su parte, Dania Ravel detalló que las listas estaban llenas de inconsistencias: fechas de nacimiento incorrectas, CURP inexistentes o de longitud sospechosa, registros sin clave de elector y, en un despliegue de opacidad sorprendente, candidatos del Poder Judicial sin ningún dato de contacto. Algo menor, considerando que se trata de personas que podrían definir el rumbo de la justicia en el país.
El INE, con la precisión quirúrgica de quien quiere evitar cualquier responsabilidad, se apresuró a aclarar que no le toca corregir nada. Jorge Montaño, presidente de la Comisión Temporal del Proceso Electoral Judicial, lo dejó bien claro: “El Instituto no es responsable y mucho menos está obligado a corregir omisiones ajenas”. Traducción: si el Senado mandó listas hechas al vapor, es su problema, no del INE.
Mientras tanto, las boletas deben imprimirse este jueves, con errores o sin ellos. No es como si la exactitud de la información fuera un requisito esencial en una elección, ¿verdad? En medio del caos, algunos aspirantes como la magistrada Lilia Mónica López Benítez ya están exigiendo que se eliminen sus nombres de la lista, bajo amenaza de responsabilizar al Senado por el uso indebido de su identidad.
Ante el escándalo, Fernández Noroña intentó apagar el fuego con un clásico: “Para pelearse se necesitan dos, y yo no voy a entrar en controversias con el INE”. Una declaración pacifista, sin duda, pero que no explica por qué se enviaron listas con información incompleta y desactualizada.
En resumen, el espectáculo sigue: un Senado que manda listas con errores, un INE que las publica con las manos en alto y candidatos que aparecen y desaparecen como por arte de magia. ¿Quién será el responsable al final? Tal vez nunca lo sepamos, pero lo que sí es seguro es que la elección judicial ya es un circo, y las boletas todavía no se han impreso.