Janet Grossi #VocesVioletas
#VocesVioletas es un espacio semanal dedicado a compartir poesía escrita por mujeres de México y Latinoamérica.
Janet Grossi nació con genes misturados por despedidas-llegadas, derrotas y celebraciones, un 06 de agosto de 1991 en la Provincia de Mendoza, Argentina. Actualmente con 27 años, es tesista de la Licenciatura en Psicología. Escribe porque nada es no es sino al decirse, como suerte de inscripción y misterio. Así ha formado parte de las antologías “El café de los encuentros”, y “La juntada” antología 2018 x el festival internacional de poesía joven.
En 2018 editó de manera independiente el poemario de su autoría “Pestañee Humanidad”. Ideó y coordinó el proyecto “La mirada del Cóndor I”, antología que difunde poesía y narrativa de 26 escritores/as de la provincia de Mendoza, y “La mirada del Cóndor II” dotada de microficción; produciendo 1600 libro-objeto, realizados a mano por personas en situación de calle; emprendiendo vuelo para representar la literatura Argentina en La Feria Internacional del Libro de la Habana, y en el “Tercer Encuentro Iberoamericano de minificción” de la Feria del Libro de la ciudad de México. En la actualidad forma parte del colectivo artístico “Indeseables – Poesía Itinerante” difundiendo poesía en escuelas, hospitales, penitenciarios, bares y teatros.
A continuación presentamos una breve selección de su obra poética:
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I.
El vértigo como renuncia al vientre del individualismo
una foto sepia sin nacimiento querrá ser nombrada
en generaciones que promulgan tortura
la derrota fue descanso
fantasía la autenticidad
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de blanco es
la caída
por la cascada.
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II.
Sumergirse
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quién querría ser del río sequia
no preguntarse
cuando la palabra por la vista se deshace.
Comprende no existe engañan
Escucha nuestro podcast
el gen de la exigencia
que crea la prisión y diagnostica el pánico.
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III.
Tropezar es lo mejor de un vuelo que se consume la vida
el goce dicen las cabezas que fuego.
La ciudad avanza ensordecida
mientras ellas pájaros afinan su canto.
La brujería dice el puro terreno
que todo de sí desconoce.
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IV.
Saciar la historia con el líquido de tus venas, mujer
no ves que hablan por ti sus sueños inacabados.
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l.
Su ausencia fallece el día
antes de asirse los colores predilectos
en el cielo que no los alcanza.
Esconde en su cuello marchito
años tras la hora
ofrece al azar retazos más primitivos
ahora lo que acaba de sí
como orfebrería de baldosa que el viento ensucia
mas no deja huella,
en una repartija del alma para mancos.
La noche tan vasta en su silencio
tan falta de amor embriagado
de añicos olores y sudor
también fallece
bizca,
fija de un punto ciego:
el eco de su adiós.
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II.
Arrastra el presente como por debajo del agua
y los cabellos enrulados en su memoria
hoy le tapan la cara,
de continuar le es más complejo que la esencia.
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El coro de despedida renace del lodo que tumba los pies
mientras el rostro se agota de aprehender la arena pálida
step by step comprende
que a nadie le pidió nacer en la muerte.
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Está falta de voz
hecho de manotazos.
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lll.
Dibuja figuras extrañas arribando en su pecho
deseando lo incluyan en la partida,
crea señas de un nuevo idioma para perpetuar la soledad.
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Como el final con la psiquis de un rey de un pueblo descabellado
es su alma, un parque de diversiones para el abandono
la angustia le esquiva a la palabra,
y perdura en su actuar.
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Fallece el día
Hubo coraje para nunca más.
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¿Qué nombre lleva tu última nostalgia?
¿A qué estrella perteneces?
¿Qué murmura tu intuición?
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¿Cuánto vacío revivió tu deseo?
¿Cuánta vida te devolvió el último fracaso?
¿Cuántos tumbos te cobró la esencia?
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¿En cuántas despedidas preparaste este gran encuentro?
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¿Cuán dispueste estás a mirarte sin pestañear?
¿Cuánto de cierto tuvo tu razón, que continuas a danzar sobre los mismos pasos?
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¿Existes en el silencio?
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¿Te ves linde con los ojos cerrados?
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¿Cuántas espaldas construyeron tu pared?
¿Cuánto dolor provocó tu versión más humana?
¿Cuál es la última historia que te humedeció?
¿Cuánta ira te provoca la injusticia?
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¿Cuán dispueste estás a dejar de pertenecer para al fin pertenecerte?
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¿Cuán diferente eres de aquello que te molesta?
¿Cuántos moruchos usas para ocultar tus sombras?
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¿En cuántas cuotas has comprado esta ansiedad?
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¿Cuán agradecide estás de la estabilidad?
¿Cuán víctima eres de lo que sientes?
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¿Cuántas de mis preguntas te resuenan?
¿Cuán importante será tu respuesta en la inmensidad?
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El día que de sólo energía
ya no puedas verme
por favor, haz de estos huesos mudos un trueque
quizás gelatina para les enfermes
saciades de desolación
con las cenizas una limonada
que riegue las grietas
te tomes un trago
y brinden por el amor
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Yo no quiero que me casen con la muerte
quiero aún muerta
un mundo mejor
seguir deconstruyendo
con tus flores de cemento
esta vez en tu cabeza
invitándote a que dudes de todas tus certezas
sea una pequeña muerte de tus partes viejas
y me hagas un asado de cultura bajo la luna nueva
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también para que recuerdes que es sentir
y renazcas
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resurjas
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la única posibilidad de seguir
sin horas oscuras ni en poemas rendidos
quiero te tornes tiempo de un coraje agradecido
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yo no sé qué habrá después
pero intuyo, in tuyo
que en tu recuerdo
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lo compartido nos rescatará a todo momento
porque nadie quiere que lo casen con la muerte
y yo quiero aún libre seguir contribuyendo.
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habrá que soltar.
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habrá que saltar
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◊ entonces Habrá.
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De golpe, se sienta a tu lado esa respuesta, que tenía signo de pregunta en cada amor que dejaste ir. Y desde entonces, no hay forma alguna de recordar lo que te desvelaba el día anterior, o el invierno que te congeló los últimos huesos. De golpe, primavera. El único golpe que la vida me ha dado con forma de caricia.
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