II. De la comunidad científica a las científicas comunitarias

Este texto corresponde a la serie titulada Ciencia y Tecnología de la Liberación y publicada en la sección Vía Futura por parte del Colectivo Alterius.

“¡Despierten y levántense! ¡Frenemos el progreso antes de que sea demasiado tarde!”.- G.H.Wells.

La naturaleza rebelde de la Ciencia.

Para una revisión sencilla pero amplia sobre el método científico y su desarrollo histórico, recomiendo el libro de Luis Britto García titulado “La ciencia: Fundamentos y métodos”. Por eficiencia no me detendré en una discusión sobre el método científico, pero apuntaré algunos puntos que me parecen relevantes y sobre los cuales tendremos un piso mínimo para elaborar nuestra propuesta por una ‘Ciencia y Tecnología de la Liberación’.

  1. La Ciencia es realista (pretende describir el mundo real y demarca ese mundo real mediante un criterio definido), es acumulativa (aún existiendo errores, los conocimientos avanzan y se edifican unos sobre otros) y es una (pero habla desde diversos aspectos del mundo real).
  2. En ella hay que distinguir lo que es observación y lo que es teoría.
  3. Las teorías poseen una estructura deductiva (se conciben como sistemas axiomáticos) y se aceptan, rechazan o corrigen de acuerdo con procedimientos de verificación.
  4. Los términos con que se expresan las teorías se definen cuidadosamente (ya sean lógicos-matemáticos o teóricos-observacionales).

Hay que recalcar que la Ciencia es producto de una rebelión histórica frente a la imposición de estructuras de pensamiento absolutistas que tienen por fundamento el control social. Respecto a esto Britto comparte el siguiente párrafo: “Sobre esta nueva perspectiva del mundo afirma Bertrand Russell que ‘hubo tres ingredientes en la mentalidad científica del siglo XVIII que han sido especialmente importantes: (a) La afirmación de hechos había de estar basada en la observación, y no en la autoridad carente de fundamento; (b) El mundo inanimado es un sistema con actuación propia y con un sistema propio de perpetuación. Sistema en el que todos los cambios se producen de acuerdo con las leyes naturales; (c) La Tierra no es el centro del Universo, y, probablemente, el hombre no es su propósito (si es que tiene alguno). Por añadidura, ‘propósito’ es un concepto científicamente inútil.”

Esta postura ha cambiado radicalmente nuestra forma de situarnos en el Universo y en su historia. Si bien las estructuras de dominación han sabido manipular dicho conocimiento para sostener sus políticas de control, lecturas más profundas de las revoluciones paradigmáticas en física y biología nos proveen de una narrativa donde el Homo sapiens es tan sólo el resultado de un proceso evolutivo sin direccionalidad, lo que nos conduce a la superación de las jerarquías impuestas por la visión antropocéntrica.

Es por esto que cuando me refiero al carácter rebelde de la Ciencia, lo hago en dos planos. Uno referente a la lucha histórica de la comunidad científica contra las autoridades simbólicas que intentaron impedir su desarrollo y otro que implica una actitud abierta y relajada frente a la frialdad de la incertidumbre. La ciencia en lugar de llenar los huecos que nos atemorizan (por ejemplo, antes de dar una explicación cerrada sobre la muerte como lo hacen las religiones), nos da herramientas eficientes para explorar y resolver, aunque sea en parte, dichos huecos. Pero a diferencia de otros sistemas que también nos permiten mirar de frente el vacío cognitivo (como las prácticas meditativas de las tradiciones orientales), las ciencia nos conduce a un escepticismo más activo y menos contemplativo.

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La Ciencia encadenada.

Sin embargo, como pasa en otras formas culturales, las estructuras dominantes han logrado cooptar a la propia Ciencia y transfigurarla en parte de sus medios de control. La competencia, la lucha por las patentes, el reconocimiento, los privilegios de la autoridad simbólica, los mecanismos de evaluación productivistas y una larga serie de mecanismos que iremos analizando, han contaminado esa importante tradición libertaria.

La primera vez que escuché sobre la denominada “Economía Política del Conocimiento” (EPC) fue por medio de Silvia Rivera Cusicanqui. Se trata de un concepto que a mí entender describe de forma precisa las dinámicas entre los Estado-Nación y el control que ejercen en la investigación científica por medio de flujo económicos e índices de desarrollo sociales que dependen de los avances tecnológicos. Pero en una lectura más amplia define lo que ocurre con aquellas investigadoras (y por supuesto en este grupo considero también a estudiantes de posgrado que en ocasiones realizan las labores más relevantes en los centros de investigación) que dependientes de los recursos públicos o privados, no reconocen las fallas institucionales o que si las reconocen no actúan en consecuencia para confrontarlas. Es a la vez un concepto que ayuda a comprender porque la investigación se modifica y se vuelve también paradigmática.

Toda científica tiene una postura política y filosófica, aunque no sepa que la tiene.

Por ejemplo, hoy en día si alguien está interesado en estudiar la dinámica poblacional de una especie de reptil en un ecosistema desértico, tendrá más probabilidades de obtener financiamiento si centra su planteamiento desde la estructura conceptual del ‘Cambio Climático’ y si incorpora las metodologías experimentales de la biología molecular. Pocas científicas se detendrían a profundizar en el impacto que tendría su trabajo en las políticas globales que toman el problema de la variación climática para intervenir la soberanía de los países con menos poder en las dinámicas económicas internacionales (los mal llamados ‘países en desarrollo’) y no todas buscarían formas novedosas y más accesibles para contrastar hipótesis ecológicas, sin recurrir a las técnicas de la genética molecular.

Pero más allá de la forma en la que se van perfilando los paradigmas en la investigación, el uso de la Ciencia está claramente dirigida por quienes la financian; esto se puede notar en los programas Big Science, que son a los que debemos la creación de las bombas nucleares y otras armas de destrucción masiva. Pero dichos programas no se quedan sólo en el desarrollo militar, sino que abordan problemas que fortalecen sus medios de control social.

Un caso emblemático de Big Science, las dinámicas que genera en la guerra por el control global y las implicaciones directas en la sociedad lo dan las neurociencias. Tanto los Estados Unidos de América como la Unión Europea tienen programas en torno al cerebro humano, que buscan resolver el problema de la conciencia humana desde una perspectiva reduccionista (de ahí su previsible falla) pero que en el fondo ya tiene implicaciones favorables para su causa. Desde mi perspectiva, tanto el Human Brain Project como el proyecto BRAIN, avanzan en dos direcciones; una que podríamos denominar mediática1La mayor parte de la divulgación científica y los debates que se generan al respecto sólo consideran esta dimensión. Iremos profundizando en los siguientes textos, pero vale la pena apuntar desde ahora que mediáticamente la Ciencia siempre se presenta desde un punto de vista positivo y esconde, por medio de un lenguaje metafórico, las implicaciones negativas que podría tener; un ejemplo, es el ‘corte y pega’ con el que se divulga la edición genética, que en el imaginario colectivo no especializado impide reconocer los potenciales efectos negativos de la biología sintética. y que busca la humanización de las máquinas, y otra que es más bien política y que pretende la automatización de la humanidad.

Lo mismo sucede con otros temas de interés global, como el desarrollo de las tecnologías de comunicación, que se presentan como herramientas de socialización cuando en términos políticos están siendo utilizadas en áreas de espionaje, manipulación e incluso condicionan procesos electorales. Y no podría dejar de mencionar lo que sucede en la producción alimentaria, donde el desarrollo de Organismos Genéticamente Modificados (OGM) 2El concepto ‘OGM’ está siendo utilizado recientemente en la divulgación debido a la carga negativa del concepto ‘Transgénico’., se presenta como una salida al hambre mundial, cuando en términos políticos las prácticas de empresas multinacionales como Monsanto-Bayer generan un control territorial devastador para los ecosistemas y las poblaciones humanas 3Investigadores activistas como Bolívar Zapata (un ejemplo perfecto del científico alienado y controlado por los sutiles mecanismos de la EPC) pasan por alto en todas sus intervenciones elementos tan simples como la distribución de los alimentos, que resolvería el problema del hambre si se hiciera de forma justa mediante mecanismos que eviten el consumo desmedido en países con elevados PIB (que además consumen lo producido en países dominados)..

La conjura de las científicas rebeldes.

Esta situación en la que se ha montado la comunidad científica contemporánea, ha producido nuevas y variadas respuestas. Al respecto, no encuentro una crítica tan profunda y conciliadora como la que hace la misma Rosi Braidotti, que al mismo tiempo nos provee de un punto de partida para lo que ella llama “ciencias menores”; las cuales tienen su fundamento como alternativa a la ciencia hegemónica4Pueden descargar su libro “Lo posthumano” en el siguiente link: https://es.scribd.com/document/324558639/Braidotti-Rosi-Lo-Posthumano-pdf.


La “Ciencia y Tecnología de la Liberación” aquí propuesta, sería una de las alternativas que describe Braidotti y, por lo tanto, lo primero que habría que decir es que no se trata de un planteamiento que busque sustituir ninguna otra alternativa, sino enriquecer las que ya se intentan. A partir de los próximos textos nos centraremos en estas propuestas, por lo que en esta ocasión me limitaré a señalar dos puntos básicos para hacer una Ciencia Libre.

El código abierto y la liberación del desarrollo tecnológico

Por lo general se piensa que para realizar investigación científica se necesita de sofisticados aparatos y costosos laboratorios. Esta es una visión de nuevo heredada de los grandes centros de investigación pero un ejemplo emblemático como el de Einstein, quien realizó diversos experimentos mentales para fundamentar su célebre Teoría de la Relatividad, nos revela que inmensas aportaciones al conocimiento científico pueden darse sin tocar un sólo aparato de medición.


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La ‘Royal Science’ y la ‘ciencia menor’ son necesarias en diversos momentos del tiempo, pero solamente la ciencia menor es éticamente transformativa y no está sometida a los imperativos económicos del capitalismo avanzado [Fragmento de “Lo Posthumano” de Rosi Braidotti]

Por supuesto que la refutación de los planteamientos de cualquier teoría o hipótesis requieren de la experimentación, pero me interesa señalar que se pueden abordar problemas desde muy diversos ángulos y que se puede hacer investigación elegante y relevante sin muchos recursos económicos. Ni el aparato más sofisticado puede alcanzar el potencial y la creatividad de la mente humana.

Sin embargo, nuestra pretensión es abordar desde todos los frentes la belleza de la investigación científica y para eso es necesario montar laboratorios que nos permitan observar y cuantificar los fenómenos que nos interesa estudiar y podríamos estar seguros que para la ciencia que nos es necesaria existen todos los elementos técnicos y las herramientas tecnológicas que nos permiten desarrollarla.

En el Colectivo Alterius ya hemos hablado sobre los movimientos por una Ciencia Libre; alternativas como la Biología DIY, la denominada Ciencia Ciudadana y el Movimiento Hacker-Maker, que se basan en los principios del Código Abierto y el Open Science.

El trashware y la tecnología reciclada.

Insistimos en una cultura del reciclaje para crear laboratorios autónomos. Es importante señalar que si bien los ejemplos antes vistos, nos aclaran el valor de los espacios Maker para compartir y replicar proyectos de código abierto, muchas de las comunidades a las que podríamos acompañar con nuestra propuesta, no tendrían acceso a equipos de impresión 3D o máquinas de corte láser. Pero como nos enseña la propuesta italiana denominada Trashware, podemos recuperar lo viejo y encontrar en todo espacio materiales que se pueden reciclar para incorporar equipo de monitoreo y control desarrollado con plataformas como Arduino, con la que hemos venido trabajando y de la que hemos hablado en ocasiones anteriores:

Arduino [Hardware libre para una ciencia comunitaria]

En la siguiente entrada, compartiré una conferencia de mi compañera Karla Castillo, Maestra en Ciencias y especializada en Paleontología, donde se revisan algunas propuestas y aplicaciones concretas de todas estas alternativas. Nuestra pretensión es señalar algunas fallas y trazar rutas para que no se caiga en las mismas prácticas que hemos criticado respecto a la investigación científica convencional. Esta revisión, nos permitirá sentar las bases para plantear nuevas estrategias pedagógicas para superar los vicios de la educación escolarizada.

A las dudas sobre los alcances de las plataformas de código abierto para desarrollar tecnología aplicada en laboratorios autónomos, estamos respondiendo con una revisión amplia del uso que se les ha dado en investigaciones que encontraron espacios en diversas revistas científicas. Por el momento, se pueden descargar en los siguientes enlaces un par de archivos con más de 40 artículos científicos sobre el uso de Hardware de Código Abierto en investigación y desarrollo.

Referencias que, entre otras cosas, sustentan el uso de dichos equipos para investigar problemas agroecológicos, que son a los que más atención hemos puesto en nuestro colectivo, ya que la producción alimentaria es uno de los principales problemas que nos encontramos en cualquier comunidad. Y es que, como el título de estqa entrada lo señala, la investigación puede ser sumamente significativa si se renuncia a las enormes pretensiones de la Comunidad Científica para convertirnos en Científicas Comunitarias; es decir, si logramos recuperar el espíritu de colaboración y rebeldía que le dieron origen a la Ciencia y ponemos nuestra mirada en las necesidades de los pequeños espacios que recorremos a diario*.

Texto: Jesús Vergara-Huerta

* Como cierre a esta segunda entrada quisiera señalar que esta propuesta está dirigida, sobre todo, a quienes se formaron como investigadoras pero que no encontraron espacios dignos para desarrollarse y a quienes están dentro de las estructuras convencionales pero que han identificado sus fallas y buscan alternativas para trabajar sin los nocivos efectos de un sistema basado en la competencia.

Habrán notado que desde el título y durante el texto lo masculino fue sustituido por lo femenino. Además de una declaración frente a la cultura patriarcal que ha complicado históricamente el avance de las mujeres científicas, se trata de un dispositivo para transformar de a poco nuestra mirada y llevarla a lo femenino, para situar desde el principio nuestra propuesta por una Ciencia Comunitaria y que parta de una cultura del cuidado y el respeto a la vida.

Referencias

Referencias
1 La mayor parte de la divulgación científica y los debates que se generan al respecto sólo consideran esta dimensión. Iremos profundizando en los siguientes textos, pero vale la pena apuntar desde ahora que mediáticamente la Ciencia siempre se presenta desde un punto de vista positivo y esconde, por medio de un lenguaje metafórico, las implicaciones negativas que podría tener; un ejemplo, es el ‘corte y pega’ con el que se divulga la edición genética, que en el imaginario colectivo no especializado impide reconocer los potenciales efectos negativos de la biología sintética.
2 El concepto ‘OGM’ está siendo utilizado recientemente en la divulgación debido a la carga negativa del concepto ‘Transgénico’.
3 Investigadores activistas como Bolívar Zapata (un ejemplo perfecto del científico alienado y controlado por los sutiles mecanismos de la EPC) pasan por alto en todas sus intervenciones elementos tan simples como la distribución de los alimentos, que resolvería el problema del hambre si se hiciera de forma justa mediante mecanismos que eviten el consumo desmedido en países con elevados PIB (que además consumen lo producido en países dominados).
4 Pueden descargar su libro “Lo posthumano” en el siguiente link: https://es.scribd.com/document/324558639/Braidotti-Rosi-Lo-Posthumano-pdf
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