A las provincianas mártires

En el caos de la Revolución desatado por el asesinato de Madero, las más afectadas fueron, como hoy, las mujeres.

Violaciones y abusos no perdonaban a miles de mujeres que padecían la ausencia de un Estado que las protegiera.

Frente a este escenario, muchas decidían suicidarse cuando los ataques de uno y otro bando se aproximaban.

Desconsolado y empático con esas mujeres, en las que veía a las mujeres de su infancia en su natal Jerez, Zacatecas, López Velarde traza una épica de las víctimas en su poesía.

La historia y las películas tienden a magnificar lo que hacen los “héroes” que combaten, pero la primera línea de resistencia, entonces como ahora, es la de las víctimas.

Cuando las clases dirigentes se arrodillan o se pierden frente a la ambición de poder, es la dignidad de las víctimas la que sostiene la reserva moral de un país.

Por eso el poeta zacatecano escribe “A las provincianas mártires”, recogido en “Zozobra”, que el próximo año cumplirá 100 años. Va un fragmento:

“Gime también esta epopeya, escrita
a golpes de inocencia, cuando Herodes
a un niño de mi pueblo decapita.
Santas de los terruños, cuerpos caros
y gratas almas: ved que me he hecho añicos
y azul celeste, y luz, para rezaros.

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Me enluto por ti, Mireya,
y te rezo esta epopeya.”

A ti, Miroslava; a ti, Marisela. A ustedes, la epopeya.

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