‘Primero de enero’, un poema de Octavio Paz para abrir las puertas de lo desconocido

Por supuesto que el primero de enero es un día poético. Las razones de esta aseveración son innumerables, si bien muchos solamente experimentan una gran resaca, lejos de los estragos del alcohol existe una gran carga de emoción que se presiente, se intuye, se vive y se derrocha durante la atmósfera del primer día del año.  El gran poeta Octavio Paz ha condensado a través de un poema la sensación de estar frente a las “las puertas del año que se abren a lo desconocido”.

 

Primero de enero

 

Las puertas del año se abren,

como las del lenguaje,

hacia lo desconocido.

Anoche me dijiste:

*       mañana

_____

_____

habrá que trazar unos signos,

dibujar un paisaje, tejer un trama

sobre la doble página

del papel y del día.

Mañana habrá que inventar,

de nuevo,

la realidad de este mundo.

*

Ya tarde abrí los ojos.

Por el segundo de un segundo

sentí lo que el azteca,

acechando


desde el peñón del promontorio,

por las rendijas de los horizontes,

el incierto regreso del tiempo.

*


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No, el año había regresado.

Llenaba todo el cuarto

y casi lo palpaban mis miradas.

El tiempo, sin nuestra ayuda,

había puesto,

en un orden idéntico al de ayer,

casas en la calle vacía,

nieve sobre las casas,

silencio sobre la nieve.

*

Tú estabas a mi lado,

aún dormida.

El día te había inventado

pero tú no aceptabas todavía

tu invención en este día.

Quizá tampoco la mía.

Tú estabas en otro día.

*

Estabas a mi lado

y yo te veía, como la nieve,

dormida entre las apariencias.

El tiempo, sin nuestra ayuda,

inventa casas, calles, árboles,

mujeres dormidas.

*

Cuando abras los ojos

caminaremos, de nuevo,

entre las horas y sus invenciones

y al demorarnos en las apariencias

daremos fe de tiempo y sus

conjugaciones.

Abriremos las puertas de este día,

entraremos en lo desconocido.

 

Octavio Paz

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