Inclusión política sin subordinación

El género es un ejercicio de libertad, pero no todas las decisiones tomadas a través de él son libres”.

Judith Butler

 

La participación de las mujeres en política ha estado marcada históricamente por discriminación y limitadas oportunidades. Con el paso del tiempo y con el esfuerzo de muchas personas, se han podido lograr valiosos espacios en la toma de decisiones públicas.

A nivel mundial, existen mujeres que han cambiado paradigmas dirigiendo con gran desempeño países como Alemania y Chile, u organismos con bastante poder como el FMI y la Fed.

En México también hay mujeres que han logrado trascender en política ante escenarios bastante escabrosos. Pero aún hay mucho camino por recorrer para alcanzar condiciones equitativas sin que importe el género.

Actualmente, en el país existen mecanismos como la cuota de género que nos han permitido ocupar espacios en las plataformas electorales y listas plurinominales de los partidos, pero en ocasiones esas medidas no suelen resultar tan favorables, pasando a ser “cuotas” en poder de los mismos hombres, que están temporalmente ocupados por mujeres que no obedecen a intereses de los ciudadanos ni cuentan con el perfil profesional para desempeñar el cargo público que se les confiere.

El que las mujeres obtengamos un espacio en política es inherente al derecho que tenemos todos de ejercer nuestra ciudadanía. Pero el ocupar cargos públicos solo por ser mujeres, atenta contra la pluralidad social y alude a la imposición de agendas públicas desde perspectivas maternalistas (Lister, 1997) que de igual manera pueden resultar discriminatorias.

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Coincido con Chantal Mouffé (2001) en que las feministas deben aspirar a una concepción de mujeres como mujeres en un contexto de igualdad civil y ciudadanía activa, actuando como miembros de una comunidad política democrática y pugnando por fortalecerla.

La base de nuestra causa debe enfocarse a revertir las múltiples formas en que “mujer” se construye como subordinación, a incentivar que en todos los entornos políticos y sociales tanto hombres como mujeres podamos tener igualdad de oportunidades para desarrollarnos personal y profesionalmente.

Nosotras podemos lograr mayores avances en política si trascendemos las barreras estructurales, legislativas y dogmáticas demostrando nuestra capacidad y liderazgo, aprovechando los espacios que tengamos para incentivar con compromiso y responsabilidad política que cada vez más mujeres participen, ejerzan su ciudadanía, legislen y alcen la voz para que tengamos oportunidades integrales.

Construyamos juntas, y en conjunto con “ellos”, el camino para que la promesa de la política se traduzca en una sociedad incluyente, con espacio para todos.


Fabiola Garibaldi Cortez

Lic. en Estudios Políticos y Gobierno UdeG

Analista política Coparmex Jalisco

 

BIBLIOGRAFÍA

-Lister, Ruth (1997) Ciudadanía y género, en Ciudadanía, género y elecciones, DEBATE FEMINISTA. Instituto Federal Electoral. México

-Mouffé, Chantal (2001) Ciudadanía, feminismo y política democrática radical, en Ciudadanía y feminismo, DEBATE FEMINISTA. Instituto Federal Electoral. México

 


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