Las huellas que desafían las teorías de la evolución humana

Las huellas humanas recientemente descubiertas en Creta pueden poner a prueba la narrativa establecida de la evolución humana temprana. Las huellas tienen aproximadamente 5,7 millones de años de antigüedad, antes de la aparición de la aparición de nuestros antepasados ​​en África.

Desde el descubrimiento de los fósiles de Australopithecus en África del Sur y del Este durante la mitad del siglo pasado, se ha pensado que el origen del linaje humano está en África. Descubrimientos fósiles más recientes en la misma región, incluyendo las emblemáticas huellas de Laetoli [un yacimiento del Paleolítico inferior ubicado en Tanzania] de 3,7 millones de años, que muestran pies humanos y locomoción vertical, han consolidado la idea de que los homínidos (primeros miembros del linaje humano) no sólo se originaron en África sino que permanecieron allí aislados durante varios millones de años antes de dispersarse a Europa y Asia. El descubrimiento de aproximadamente 5,7 millones de años de huellas humanas de Creta, publicado en línea esta semana por un equipo internacional de investigadores, derriba esta imagen simple y sugiere una realidad más compleja.

Los pies humanos tienen una forma muy distintiva, diferente de todos los demás animales terrestres. La combinación de una suela larga, cinco dedos cortos hacia adelante sin garras y un hallux (“dedo gordo”) que es más grande que los otros dedos del pie. Los pies de nuestros parientes más cercanos, los grandes simios, se parecen más a una mano humana con un hallux parecido al pulgar que sobresale a un lado.
Las huellas de Laetoli, podrían haber sido hechas por un Australopithecus, son muy similares a las huellas de los humanos modernos solamente que el talón es más estrecho y carecen de un arco apropiado. Por el contrario, el Ardipithecus ramidus de 4.4 millones de años de edad, encontrado en Etiopía [el fósil más antiguo de un homínido, que pertenece al grupo de los fósiles mejor conservados y completos], tiene un pie simiesco. Los investigadores que describieron a Ardipithecus argumentaron que es un antepasado directo de los homínidos posteriores, lo que implica que un pie similar al humano aún no había evolucionado en ese momento.

Una simple huella puede transformar la visión general de nuestro propio origen | Crédito: Andrzej Boczarowski

Lo relevante de esta nueva investigación es justo que las nuevas huellas descubiertas en Creta occidental (específicamente en Trájilos, una isla deshabitada en el Mar de Libia), tienen una forma inconfundiblemente humana. Esto es especialmente cierto en los dedos de los pies. El dedo gordo del pie es similar al nuestro, en forma, tamaño y posición; también se asocia con una “bola” distintiva en la planta que nunca está presente en los simios. Y aunque la planta del pie es proporcionalmente más corta, tiene la misma forma general. En resumen, la forma de las huellas de Trájilos indica inequívocamente que pertenecen a un homínimo primitivo, algo más primitivo que el encontrado en Laetoli. Otra diferencia importante es que estas últimas se hicieron en una costa arenosa, posiblemente un pequeño delta del río, mientras que las huellas de Laetoli fueron hechas en ceniza volcánica.

“Lo que hace que esto sea polémico es la edad y la ubicación de las impresiones”, dice el profesor Per Ahlberg de la Universidad de Uppsala, último autor del estudio. Tienen alrededor de 5,7 millones de años, son más jóvenes que el homínido fósil conocido más antiguo, el Sahelanthropus ubicado en Chad, y contemporáneo con el Orrorin de Kenia, pero más de un millón de años más viejo que Ardipithecus ramidus con sus pies parecidos a los simios. Esto está en conflicto con la hipótesis de que Ardipithecus es un antepasado directo de los homínidos posteriores. Además, hasta este año, todos los homínidos fósiles de más de 1,8 millones de años (la edad de los primeros fósiles Homo de Georgia) procedían de África, lo que llevó a la mayoría de los investigadores a concluir que era allí donde el grupo había evolucionado. Sin embargo, las huellas de Trájilos están firmemente datadas utilizando una combinación de foraminíferos (microfósiles marinos) de los lechos subyacentes, además del hecho de que se encuentran justo debajo de una roca sedimentaria muy distintiva formada cuando el mar Mediterráneo se secó brevemente hace 5.6 millones de años. Por curiosa coincidencia, a principios de este año, otro grupo de investigadores reinterpretó un fragmentado1sólo se conocen dientes y mandíbulas primate llamado Graecopithecus [de 7.2 millones de años], localizado en Grecia y Bulgaria, como homínido. .

Durante el tiempo en que se hicieron las huellas en Trájilos, período conocido como Mioceno tardío, el desierto del Sáhara no existía; los ambientes parecidos a la sabana se extiendían desde el norte de África hasta alrededor del Mediterráneo oriental. Además, Creta todavía no se había separado del continente griego. Por lo tanto, no es difícil ver cómo los primeros homínidos podrían haberse ubicado entre Europa sudoriental y África, dejando sus huellas en una orilla del Mediterráneo que algún día formaría parte de la isla de Creta.

“Este descubrimiento desafía la narrativa establecida de la evolución humana temprana y es probable que genere mucho debate. Pero falta ver si la comunidad de investigación de orígenes humanos aceptará las huellas fósiles como evidencia concluyente de la presencia de homininos en el Mioceno de Creta”, dice Per Ahlberg.

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Referencias

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1 sólo se conocen dientes y mandíbulas
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