Nicanor Parra cumple 103 años, el antipoeta más longevo sobre la Tierra

Nicanor Parra ha cumplido 103 de años de existencia con una vitalidad impresionante. Mientras el mundo se cae a pedazos, el antipoeta celebra un cumpleaños más en pleno uso de sus facultades. Las cuales le han permitido observar con ironía los cataclismos y las debacles que la realidad ha enfrentado a lo largo del siglo XX y principios del XXI. No es para menos, pues quien es considerado uno de los poetas vivos más destacados de la lengua castellana, está dispuesto a llevar hasta sus últimas consecuencias la consigna que se impuso durante su juventud: molestar a cualquier poder establecido o por establecerse, incluidos los parámetros de la vida o la muerte.

Para celebrar el siglo que lo determina como uno de los escritores más longevos de la historia reciente, el poeta chileno se cambió de casa para vivir junto a su familia. El creador de la antipoesía dejó la casa en la que vivió durante dos décadas en la localidad costera de Las Cruces, en el litoral central de Chile, para regresar a su antigua casa de La Reina, en Santiago. Esta noticia la informó, a través de sus redes sociales, el portavoz del autor de Hojas de Parra, su nieto Tololo Ugarte.

No sabemos si el antipoeta encontró, como tanto había buscado, en el tao te king alguna respuesta al problema de la muerte. Lo que sí sabemos es que esa búsqueda, que también realizó por los derroteros de la matemática, la poesía y el humor, le valió la ascensión al Olimpo con la determinación de robar la “gran poesía” y  llevarla a pasear por el lenguaje cotidiano de la gente de a pie, como lo demostró a través de uno de sus libros más importantes Poemas y Antipoemas.

El sexo, la muerte, la religión y la política han sido los temas que, con mayor obsesión, se volcaron en sus poemas, antipoemas, artefactos y relatos. El último apaga la luz (2017), es el libro más reciente del controvertido eterno candidato al Nobel, en el cual se incorporan un selección representativa de sus textos completos. Con un título emblemático, es quizá uno de los libros más representativos para el escritor chileno, ya que gracias a él, podrá celebrar no sólo una vida dedicada a la literaria, sino el convertirse, ya desde algunos años, en lo que él mismo ha visto con rechazo, una institución.

Nicanor Parra no sólo es parte importante de la historia de Chile, sino que es él mismo es la historia de una versión de Chile. Como lo sabía el mismo Roberto Bolaño, quien al regresar a su país, buscó encarecidamente al antipoeta como si Parra fuese sinónimo de Chile. A través de sus poemas Parra ha contado lo esencial, la tradición, el alma y la historia de las contradicciones de un país que ha sufrido tanto a través de sus revoluciones y contrarevoluciones.

Parra es eso y es también el mayor de una dinastía de artistas, que incluyen a Violeta Parra, dicho sea de paso una de las artistas más queridas en Chile, figura importante, al igual que su hermano, de la cultura chilena. Su otro hermano, Roberto, es uno de los renovadores del teatro chileno con sus décimas de la Negra Ester.

Nicanor Parra es también, el creador de provocadoras instalaciones de arte callejero, de las cuales la más emblemática es donde participó junto con Alejandro Jodorowsky y Enrique Lihn. El que tradujo al chileno de a pie El rey Lear, de Shakespeare. Es el antipoeta que protagonizó su propia “guerra fría”, o su propia “paz armada”, con Pablo Neruda. El ciudadano que pasó por Cuba y Rusia presintiendo el derrumbe del socialismo real. Quien tomó té con la esposa de Nixon, y tuvo sus dudas para la Unidad Popular. El poeta cuyos poemas eran quemados por la policía política de la dictadura. El profeta que resucitó al Cristo de Elqui para decirle a la dictadura lo que pocos se atrevían a susurrar…

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