“La Venida del Señor”: El amor al arte irreverente de Fabián Cháirez que sacude la fe

La mente detrás de la famosa y controversial pintura “La Revolución”, donde vemos a un Emiliano Zapata desnudo, feminizado y erotizado, está causando conversación otra vez. En esta ocasión se trata de “La Venida del Señor”, su más reciente exposición que se inauguró hace unos días en la Academia de San Carlos, en donde se muestran figuras religiosas en diversos contextos con connotaciones sexuales y con doble sentido. Te contamos más sobre el artista mexicano y la polémica que ha desatado en los últimos días.
¿Quién es Fabián Cháirez y de qué va su arte?
Originario de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, Cháirez se ha desempeñado como artista plástico, ahora con base en la Ciudad de México. Su trabajo ha recorrido exposiciones en México (así como espacios recreativos nocturnos), Estados Unidos y Europa, donde la mayor parte de sus obras está protagonizada por personas racializadas, disidencias sexuales y de género. Cháirez elige visibilizar a estas comunidades con el propósito de enaltecerlas, buscando hacer contrapeso a lo que estamos acostumbrados a ver en obras y medios mexicanos, en donde el racismo, machismo y clasismo siguen predominando.
Fabián no busca necesariamente buscar polémica, pero reconoce que esta situación en la que ha estado anteriormente, representa una oportunidad para que el público cuestione los roles impuestos dentro de la sociedad. Además, considera que este tipo de conversaciones pueden lograr que las personas se acerquen a estos temas con una mirada más profunda y conciente, así como de una forma crítica.
En su última exposición, que todavía continúa en exhibición, presenta una serie de 9 grandes pinturas en óleo que realizó entre 2018 y 2023. Estas obras cuentan con escenas eróticas en donde los personajes principales son figuras que existen dentro del imaginario católico, así como ángeles, monjas, cardenales y hasta el espíritu santo.
Sin importar si lo entiendes o no, cada una de las obras es una invitación a ver lo erótico, lo sensual y lo atrevido con otra perspectiva, soltando los prejuicios y tabúes que suelen acompañarnos.
¿Qué es lo que incomoda de este tipo de arte? ¿Y a quién incómoda?
El contexto y ambiente toman un papel importante acá, y eso ha sido lo que le ha traído polémica a Fabián Cháirez. Si nos vamos por allá del 2019, cuando Cháirez estaba alcanzando su primer momento de fama, podemos recordar que su obra ‘La Revolución’ fue parte de la exposición Zapata Después de Zapata, que se inauguró en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México en 2019. Cabe resaltar, que a partir de este momento se desató una ola de comentarios lgbtfóbicos, y que bajo la premisa de que su obra representaba una falta de respeto para el mismísimo Zapata, exigieron que se despidiera al responsable y se retirara la obra. Aunque ninguna de estas cosas sucedió, sí separaron la obra del resto.
Una cosa similar está provocando La venida del Señor, pero ahora en 2025, pues la sede en la que se encuentra esta exposición, forma parte de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una institución de prestigio. La noticia ha llegado hasta organizaciones ultraconservadoras, tal como CitizenGo, que está en busca de que retiren la exposición, -que está considerada hasta el 7 de marzo-, argumentando que está financiada con recursos públicos.
🎨✝️ Platiqué con la Directora de Campañas de @CitizenGO: Elisa Bonilla sobre las críticas a la @UNAM_MX por la exposición ‘La venida del señor’ de @Fabianchairez13, exhibida en la Academia de San Carlos
🟥 Es una muestra blasfema porque ridiculiza símbolos del catolicismo pic.twitter.com/rkmEbMxhCV
— LuisCardenasMX (@LuisCardenasMx) February 12, 2025
No es casualidad que los grupos conservadores se opongan a la exhibición de estas obras, ni que les incomode la reapropiación de principios religiosos en un contexto distinto al que ellos consideran legítimo. Tampoco es casualidad que rechacen este tipo de arte, pues desafía las narrativas que ellos mismos han establecido y cuestiona su visión estricta de lo moral. Sin embargo, lo que estos grupos olvidan es que este arte no está dirigido a ellos, ni trata sobre ellos. Su existencia no busca su validación, ni su aprobación. Se trata de un trabajo que lleva existiendo más de una década, en donde el artista plástico se ha dedicado a reflexionar su relación con la religión y cómo está ligado a su aceptación como persona queer. Su obra no pretende ridiculizar creencias, sino abrir un espacio para el diálogo. En este sentido, su trabajo no solo resignifica los símbolos tradicionales del imaginario religioso, sino que también ofrece una perspectiva en la que la fe y la identidad pueden coexistir sin prejuicios, sin tabúes y sin límites.