Una respuesta al Programa de economía de la FES Acatlán a 100 días de gobierno de AMLO.

Dario Riva Palacio (@dariorp), y Eduardo Mejía

 

Recientemente, muchos espacios han abordado el análisis de los 100 primeros días del nuevo gobierno de AMLO. El Programa de Economía de la FES Acatlan de la UNAM no fue la excepción, y abrió la discusión en una mesa de debate en la que participaron cinco Doctores en economía de la casa, algunos de ellos nuestros profesores y amigos. Este trabajo es uno de varios artículos que buscarán abonar a los temas que se tocaron, atendiendo el llamado del Dr. Jorge Feregrino cuando decía que estos temas deben discutirse, y formar parte de la agenda pública.

 

La premisa – introduce el Dr. Gómez Ochoa quien participó como moderador– es tratar de analizar los primeros 100 días de gobierno, a consciencia de que evaluar tres meses pude ser muy aventurado; si bien hay ya medidas, propuestas y planes que dan idea del rumbo que tomará la nueva administración. Propone que el análisis sea lo más cercano al punto de vista de la economía.

 

Este artículo, resumiendo la primera ronda de participaciones, es la presentación de la postura inicial de cada panelista, y una propia.

 

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Para el Dr. Feregrino, un asunto importante a tomar en cuenta es el contexto internacional, que pudiera reflejarse en una desaceleración económica. El gobierno de AMLO es un inicio mixto y con muchos retos. Y en este contexto, la pregunta fundamentales será: ¿cómo se está aplicando la política económica? Esto en contraposición a que, en sexenios anteriores, era casi nula. No había política industrial, solo había regulación a partir de la tasa de interés que poco ajustaba. Y en cuanto a las nuevas políticas sociales, sí era necesario el gasto público para una población con 30 millones de personas en extrema pobreza.

 

Desde un punto de vista contrario, el Dr. Javier Galán se pregunta si es realmente difícil evaluar a Andrés Manuel, quien en realidad empezó a gobernar el 2 de julio. Para él, la evaluación del gobierno se plantea en torno a tres puntos: nuevo aeropuerto, deuda y Pemex. Y sostiene que venía una buena tendencia y oportunidad de crecimiento para el 2019 hasta la cancelación del NAICM. Además de que, en teoría, ésto fomenta una perdida de credibilidad, en especial en el sector empresarial.

 

El Dr. Jorge López contextualiza la llegada de Andrés Manuel dentro de un hartazgo generado luego de seis sexenios de gobiernos neoliberales con resultados muy pobres en comparación con modelos anteriores, sumados a las 13 reformas estructurales del último. En cuanto al nuevo gobierno, claroscuros y pocos datos duros aún para evaluar. Aunque es cierto – plantea – que han existido errores como la cancelación del aeropuerto una vez  puesto el proyecto en marcha y pagado el costo ambiental. Esto impacta en los inversionistas, que son sensibles a las señales del mercado; y es aquí donde tiene que haber cuidado. El gobierno debe estar acompañado por inversionistas y empresarios (nacionales e internacionales); y que la relación sea buena puede darse a través de las calificadoras que miden el riesgo país y, a su vez, esto repercute en el costo de la deuda.

 

La Dr. Mónica Mimbrera, especialista en política monetaria, explica que desde la implementación del modelo económico neoliberal, “la conducción de la política económica se ha centrado en el establecimiento de la política monetaria y en una subordinación de la política fiscal. Si bien es cierto que tanto política fiscal como política monetaria tienen fuertes candados legales expresamente señalados en la constitución, evidentemente hay un margen de cambios en estos primeros 100 días”.

 

Señala que estos cambios son la incorporación de visiones teóricas distintas en las instituciones económicas, por ejemplo, con el relevo de subgobernadores del Banco de México con Jonathan Heath y Gerardo Esquivel, quien ha dedicado su trabajo al tema de la redistribución del ingreso, y cuya visión de política monetaria propone tres cambios. El primero es el Mandato Dual, es decir, que el Banco de México no solo se centre en garantizar la estabilidad de precios (inflación), sino en el crecimiento económico y la generación de empleos. Otra propuesta es una meta de inflación flexible, con base en una media promedio anual, y no un objetivo anual. E incorporar otros indicadores de medición para la toma de decisiones en política monetaria. En resumen, “un aire fresco para la junta de gobierno [de Banxico] que había sido liderada fundamentalmente por egresados del ITAM”

 

Finalmente, el Dr. Andrés Rosales, expone el modelo económico neoliberal como un fracaso en cuanto a variables como el crecimiento económico, la inversión pública en educación, salud, en la balanza comercial y en un estimulo a la inversión financiera más que a la economía real. Para revertir, habría “que bajar la tasa, contrario a lo que está pasando; aumentar el gasto público, que más o menos lo vemos, no en la cantidad que nosotros quisiéramos y reactivar el mercado interno”.

 


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Desde nuestro punto de vista, el análisis de lo que promete ser una transición de modelo, podría nutrirse haciéndose desde los sistemas complejos. Es decir, abordar el estudio de la realidad de manera holística y no solo desde la economía – contrario al acotamiento del moderador – dado que la realidad no reconoce las barreras disciplinarias que erige la academia para su estudio.

 


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Partimos de la importancia de variables contextuales, que van más allá de la acción política nacional, pero son necesarias de considerar. Existe una desaceleración de la economía global, una guerra comercial, una Unión Europea cuyas relaciones tienden a enfriarse. Todos los puntos anteriores pueden y generan un efecto en las variables nacionales. Actualmente conviene dar importancia a los peligros “aún no eminentes, pero sí reales, sobre una crisis bursátil en EUA” (dice el Doctor Juan Castaingts); producto de la caída de la tasa de interés a largo plazo de bonos gubernamentales norteaméricanos.

 

Por otro lado, aunque es de corto plazo hasta el momento, notamos que existe una respuesta favorable a los primeros meses de la nueva administración, apreciable en un desempeño favorable en el tipo de cambio con respecto al año anterior, ha existido una buena reacción en la bolsa, y se ha incrementado la confianza del consumidor, lo que puede reflejarse en una mejora de la actividad económica.

 

Se equivoca el Dr. Galán al decir que Andrés Manuel gobierna desde que ganó las elecciones. Los trabajos de transición y organización del nuevo gobierno lo posicionó en los medios y en la agenda pública, sin embargo, las facultades legales del ejercicio del poder público no fueron ni son posibles sino una vez tomada protesta en el congreso el primero de diciembre del 2018. Tampoco creemos que la cancelación del NAICM represente un tema preponderante, dado que la oferta de pago de la deuda fue bien aceptada por los inversionistas.

 

En materia económica existe un cambio de visión en las principales instituciones económicas del gobierno, Banco de México, Hacienda, y la Secretaría de Economía. Esto permitirá abordar las problemáticas desde marcos conceptuales diferentes. Un ejemplo de lo anterior es lo que planteó la Dra. Mimbrera; si bien se mantiene la autonomía del Banco Central, se incorpora a la discusión si la institución puede coadyuvar en otras variables de crecimiento y desarrollo económico.  Este puede representar un aporte teórico importante a la toma de decisiones en la institución. Antes, todo se centraba en el control de la inflación, a expensas, incluso, de no aumentar salarios para lograr las tasas objetivo. En contraste, y bajo la administración actual, éstos han crecido sin generar un efecto inflacionario.

 

Otro punto constatable en el presupuesto es la intención de estimular la demanda, y reactivar el mercado interno con inversión pública atrayendo inversiones privadas (el efecto Crowding in), y la mejora de programas sociales directos.

 

Como un ejemplo simplificado de lo anterior, imaginemos un adulto mayor con dificultades de conseguir altos ingresos en el ámbito laboral. Él es estimulado económicamente en su ingreso personal a través de un programa social. Como su ingreso no es mayor a su gasto, el beneficio de este programa social será utilizado, pasa a ser gasto de consumo y de manera simultánea un ingreso adicional para el agente que oferta el bien de consumo que se compró. Para que el ofertante pueda hacer respuesta a esta demanda adicional (lo consumido a partir de este programa social), incrementa también su demanda de insumos, y así sucesivamente. Incluso, si existiera la capacidad de responder a esa demanda con la oferta vigente, estaría convirtiendo un inventario (un costo) en un ingreso. Este efecto multiplicador, estimulado desde el gasto de gobierno puede ser un mecanismo que impacte positivamente en el ingreso nacional de abajo (desde cada beneficiario) hacia arriba.

 

En general, estamos de acuerdo en que los saldos del neoliberalismo son muy pobres, y representan un reto que debe enfrentarse en conjunto con la inversión privada nacional y extranjera, mirando con prioridad hacia el mercado interno. Y el relevo de subgobernadores del Banco de México nos hace pensar en la frase de Einstein “si quieres resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.

 

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