Zidane y Dybala; el 21 en la final de la Champions

La final de la Champions League trae al presente la hegemonía de la Juventus a finales de los noventa, cuando acudió en tres ocasiones consecutivas a disputar el campeonato de la Champions League, hoy, en la década de 2010, el Real Madrid acude a la final por segunda vez, de manera consecutiva.

El recuerdo de esa Juventus comandada por Alessandro Del Piero rememora al Real Madrid como rival en 1998, los merengues se coronaban, pero del otro lado en el medio campo, el comandante de la Vecchia Signora, Zinedine Zidane portaba el número 21, el de Platini y el de Dybala, la revelación argentina del año.

Zidane perdió dos finales con la Juventus como jugador, frente al Borussia Dortmund y ante Real Madrid; 4 años después de esa derrota, Zidane se coronaba frente al Bayer Leverkussen siendo el amo y señor del partido con un golazo épico. (Cuando buscas Gol Zidane en Google, este es el primer video que aparece, sin duda, el gol más recordado de su carrera)

 

El último partido de Zinedine Zidane como jugador en la Champions League fue frente a su relevo generacional en la selección francesa, en los octavos de final del 2006, Henry, comandó la clasificación del Arsenal sobre el Madrid.

Un día previo a la final de la Champions League 2017, entre el gran emporio italiano que persigue el triplete y los merengues que buscan el bicampeonato, se reunieron los jugadores de la generación que vivió la final de 1998 en Amsterdam: Zidane, Raúl, Roberto Carlos, Seedorf y Davids, que se abrazaron en el campo de Cardiff.

 

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Por otro lado, el otro 21 que busca coronar el trabajo del equipo italiano, Paulo Dybala, quien en su espalda carga con el legado de Zidane y Platini en la Juventus y de Maradona y Messi en la Selección Argentina, no tiene miedo en asumirse como humano; en una entrevista excepcional que publica El País, Dybala muestra su lado humano y de paso, critica a jugadores como Ronaldo:

“No me gustan los matones, los jugadores malintencionados, los que viven de los excesos, los que piensan que está justificado hacer lo que no está bien porque así alguien hablará de ellos, los que quieren ser diferentes a toda costa. Mi imagen es importante para mí. ¿Qué hay de malo en intentar ser decente? No me tiro en el área, no busco el penalti. Se puede hacer algo por los demás sin ser un desgraciado ni estar furioso; sin escupir a la vida. No creo en los hermosos malditos. No es difícil evitar construir otros infiernos. Entre la santidad y la indiferencia hay muchas vías intermedias. A mí me gustan los que tienen estilo, como Federer y Bolt; las personas que te conmueven, y también Agassi por la manera en que se anticipaba con sus golpes, por determinados ángulos”

Con esa declaración no solo se autodefine sino que le declara la guerra deportiva a Cristiano Ronaldo, el rival a vencer en Cardiff, donde se enfrentan dos figuras de la Vecchia, una del pasado: Zidane y una del presente, Dybala, ambos con el 21 que les marcó y marcará el destino de su carrera.

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