Mexicanos descubren un nuevo dinosaurio y le asignan nombre de origen náhuatl

Como resultado de más de 10 años de investigación, científicos del Museo del Desierto (Mude) de Coahuila descubrieron una nueva especie y género de dinosaurio en el municipio de Ocampo, Coahuila, en la región desértica del estado. Los especialistas del Mude detallan cómo evolucionó este proyecto durante una década, hasta materializarse en este hallazgo de relevancia paleontológica internacional: el nuevo dinosaurio coahuilense Yehuecauhceratops mudei.

El descubrimiento de este nuevo dinosaurio inició en el año 2006, con el proyecto Dinosaurios de la región desierto de Coahuila, iniciativa del Museo del Desierto para encontrar fósiles de dinosaurios en lugares al norte de la entidad; “Todo comenzó con el proyecto de Dinosaurios de la región desierto de Coahuila en el 2006. Es un proyecto que iniciamos para poder ver cómo encontrar fósiles; más allá de lo cercano a Saltillo, esa región es muy alejada y pocos investigadores van para allá, empezamos en el municipio de Sierra Mojada”, explicó el maestro en ciencias Héctor Rivera Sylva, jefe e investigador del Departamento de Paleontología del Mude.

Gracias a la colaboración del personal del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los científicos del Mude lograron ubicar potenciales zonas con restos fósiles en la extensa región desértica de Coahuila. Esto los acercó al municipio de Ocampo; “Existía un interés muy particular por parte de nosotros para ubicar nuevos sitios paleontológicos de dinosaurios en regiones más al norte del estado, ya que casi todo lo que se había reportado y encontrado de dinosaurios en Coahuila era en las cercanías de Saltillo, en sitios como General Cepeda y Ramos Arizpe, pero en zonas más norteñas sabíamos que podíamos encontrar fósiles de dinosaurios pero no se habían reportado”, detalló el biólogo José Rubén Guzmán Gutiérrez, paleontólogo de vertebrados y colaborador del Mude.

Los paleontólogos realizaron una temporada de campo con el objetivo de conocer las localidades que podrían contener potenciales hallazgos, obtuvieron inicialmente resultados positivos de restos de diversas especies animales, un cocodrilo y otros restos fósiles ya reportados por la comunidad científica; “En un punto en particular había unos huesos que estaban aflorando, que se veían como los demás, uno de los colaboradores los juntó, eran pocos fragmentos de hueso y no le dimos mucha importancia en ese momento, porque había habido otros más completos en ese y otros lugares”, narró el investigador Rivera Sylva.

Estos restos carecían de importancia para los especialistas en ese momento. Sin embargo, el año siguiente, una nueva temporada de campo en la región cambió la perspectiva de los científicos del Mude; “Hicimos otra temporada de campo en ese lugar, descubrimos más huesos, los colectamos, pero cuando volvimos al laboratorio, encontramos que los que habíamos hallado el año anterior y los huesos que colectamos ese año formaban ya un hueso mucho más grande y concluimos que ahí no solo había fragmentos que estaban aflorando, había realmente algo más”, destacó el maestro en ciencias Rivera Sylva.

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Fósiles en el desierto

En el tercer año de trabajo de campo, los paleontólogos fueron específicamente a ese sitio a hacer una excavación y obtuvieron excelentes resultados; “Pudimos encontrar huesos muy completos, encontramos la escápula, el fémur, fragmentos craneales, de la mandíbula y fragmentos de la gola”, enumeró el jefe del Departamento de Paleontología del Mude.

A pesar de que puede parecer sencillo el proceso de extracción de fósiles, el descubrimiento de este dinosaurio fue un trabajo de años muy detallado; “En un principio colectamos las piezas, se trata de un proceso largo en el que recolectamos los fósiles, pero van incluidos todavía dentro de piezas de roca que se tienen que limpiar, es un proceso que conocemos como paleopreparación, y esta limpieza se llevó a cabo en el laboratorio del Museo del Desierto”, precisó el biólogo Guzmán Gutiérrez.

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El proceso de limpieza en el laboratorio puede durar meses e incluso años; a pesar que los investigadores habían encontrado relación entre los fragmentos hallados, desconocían la especie o género del animal descubierto; “En un primer momento no sabíamos ni siquiera de qué se trataba, hasta que se limpiaron algunas piezas que nosotros llamamos diagnósticas, estas que nos dan la pauta para saber de qué tipo de dinosaurio se trata”, aclaró el científico Guzmán Gutiérrez.

Nueva especie y género de ceratópsido

La confirmación sobre este descubrimiento como una nueva especie y género de dinosaurio se obtuvo a partir de la etapa de laboratorio. Con la limpieza de las piezas diagnósticas y una mayor precisión de los restos, se concluyó que los fósiles pertenecían a un ceratópsido; “Los ceratópsidos son los dinosaurios con cuernos, por ejemplo, el más conocido es el Triceratops, este tipo de dinosaurios en Norteamérica fue muy común al final de la era de los dinosaurios. Sin embargo, eran tan comunes que en cada región tuvieron cierta especiación, fueron diferentes por varios motivos como las plantas, barreras geográficas, y hay varios dinosaurios de ese tipo en áreas muy pequeñas”, caracterizó el paleontólogo Rivera Sylva.

Aunque encontrar un ceratópsido es un hallazgo trascendente para la región de Norteamérica, los restos fósiles revelaban más indicios importantes de este dinosaurio del Cretácico Tardío —una era que terminó hace 65 millones de años aproximadamente— localizado en el desierto coahuilense; “En las últimas etapas del trabajo, se limpió parte del cráneo, un hueso escamoso que conocemos como gola, en el lado derecho de este escamoso, en ese hueso se ubica una protuberancia como si fuera un ‘piquito’, que nos da la pauta de saber que ahí había un cuerno . Esto es lo que lo hace diferente, ya que ningún otro género o especie de dinosaurio ceratópsido encontrado en Norteamérica presenta esta característica”, precisó el especialista Guzmán Gutiérrez.

Este descubrimiento es una contribución científica importante para entender el pasado y evolución del medio ambiente en México. “Para México, nos ayuda a poder saber cómo era la biodiversidad de los dinosaurios en nuestro país y qué diferencia hay con Estados Unidos y Canadá. Sabemos muy bien los dinosaurios de Canadá y Estados Unidos, pero no los de México, cómo se diferencian paleogeográficamente y qué implicaciones tienen, porque no todos eran lo mismo”, agregó el paleontólogo del Mude.

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Ruben Guzmán – Fotografía cortesía de National Geographic.

Confirmación científica del nuevo dinosaurio Yehuecauhceratops mudei

Los paleontólogos para confirmar que un hallazgo es único, ya sea para ratificar un nuevo género o especie de dinosaurio, tienen que realizar una serie de consultas con otros especialistas y bibliografía especializada que titulan “trabajo de gabinete”; “El trabajo de campo es uno, el trabajo de laboratorio es otro y el de gabinete es el que nos viene a confirmar qué organismo es y, como en este caso, separarlo de los otros dinosaurios encontrados en cualquier parte del mundo, que se trata de un organismo nuevo para la ciencia. Para nosotros darle nombre, tenemos que publicar los resultados en una revista científica”, señaló el biólogo Guzmán Gutiérrez.

El trabajo de gabinete se llevó en paralelo con la última fase del trabajo de laboratorio, todo con una duración aproximada de dos a tres años. El nombre seleccionado para este nuevo dinosaurio fue Yehuecauhceratops mudei; “Como poner el nombre a un dinosaurio es como poner el nombre a un niño, creo que es más sencillo, puede ser al libre albedrío, siempre se buscan raíces etimológicas griegas o latinas o una mezcla. El artículo científico es el que lo valida, tenemos que presentar un artículo científico donde decimos en qué nos basamos para dicho fin”, agregó el maestro en ciencias Rivera Sylva.

Generalmente los detalles de cráneo, mandíbulas, dientes, ayuda a los investigadores a saber que se trata de algo diferente comparándolo con los géneros y especies que ya están publicados en otras partes del mundo. En este caso, este hueso llamado escamoso o gola muestra una protuberancia o “pico” que demostró que se trataba de algo nuevo, ya que no lo presenta ningún otro dinosaurio dentro del grupo. También se abordaron otros aspectos, como el paleoambiente en el que colaboraron los científicos alemanes doctor Wolfgang Stinnesbeck y doctor Eberhard Frey, de la Universidad de Heidelberg y el Museo Estatal de Historia Natural de Karlsruhe, respectivamente.

Otro aspecto destacable en este descubrimiento es el tamaño del dinosaurio, ya que en el grupo de ceratópsidos o dinosaurios con hueso en la cara, su representante más conocido, que es el Triceratops, medía hasta nueve metros de longitud. El nuevo hallazgo coahuilense es un dinosaurio pequeño que no tendría más de tres metros de longitud; “Es un trabajo muy arduo, un proceso sumamente largo que, con el tiempo, rinde frutos y necesita mucha paciencia”, indicó el maestro en ciencias Rivera Sylva.

El hallazgo del Yehuecauhceratops mudei da la pauta para saber que el estado de Coahuila fue un refugio para diferentes especies que se desarrollaron de una forma distinta a las que se tienen en zonas más al norte como Estados Unidos o Canadá, por esto se encuentran géneros y especies diferentes en esta entidad del norte de México; “Es un hallazgo que, para nuestra carrera, es uno de los puntos más importantes que hemos logrado hasta el momento”, añadió Guzmán Gutiérrez.

Los científicos del Mude continuarán trabajando en zonas de la región desierto de Coahuila en busca de nuevos restos fósiles y, al parecer, habrá resultados prometedores.

Con información de Agencia CONACyT | Licencia de Creative Commons Texto bajo una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional de Creative Commons.


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