Los maestros que no serán evaluados

El odio mediatizado sigue penetrando en nuestra sociedad. La lucha magisterial de la CNTE, contra una reforma educativa que busca por sobre cualquier otra cosa retomar el control de la educación pública por parte del gobierno federal para entregarla a la inversión privada, es atacada por diversos frentes que jamás tocan el problema de fondo en dicho conflicto magisterial. En primer lugar cabría decir que, en un país supuestamente democrático, el impulso reformista del Pacto por México lógicamente debía encontrar rechazos y resistencias: el que eventualmente esa resistencia se convierta en movilizaciones sofocantes (como las de la CNTE), tiene que ver más con la cotidiana indiferencia del gobierno que impulsa dichas reformas ante el reclamo popular que con la tentativa magisterial de encontrar un espacio en el “nuevo” México.

Me sorprende tristemente que algunas de esas voces que reclaman la resistencia magisterial provengan del sector académico universitario, donde investigadores que no investigan y educadores que no educan, se mezclan entre profesores-investigadores de probada calidad para volverse intocables, cobijados por un sistema que privilegia la corrupción. En este sentido, habría que preguntarse cuándo y cómo llegará la evaluación para el magisterio universitario, con la intención de abrir espacios en un sector académico altamente competitivo y evitar la explotación de los egresados (algunos incluso brillantes); que deben ofrecer sus servicios, sin derechos laborales, durante años antes de ser considerados para ocupar una plaza de investigación-docencia. También habría que preguntarse por qué las voces de reconocidos académicos universitarios que hoy condenan el accionar de la CNTE, no han levantado jamás la voz ante el deteriorado escenario de la investigación nacional.

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Pareciera que las voces que exigen políticas para mejorar la investigación científica y la docencia universitaria, restringen sus reclamos hacía el incremento del presupuesto para el desarrollo científico y tecnológico del país. Quedan fuera de su análisis, la ineficacia de la investigación científica para resolver problemas de interés social (basta echar un vistazo en las cercanías de alguna Universidad Pública para reconocer que la vinculación con su comunidad está fuera de sus intereses), el clientelismo, la herencia de plazas, la corrupción de las altas esferas y la evaluación altamente competitiva pero infértil (en el mismo sentido social) del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), que premia a quienes publican trabajos repetitivos, perdidos en un mar de información jamás aplicada, o a quienes publican trabajos innovadores para el gremio nacional, que se enmarcan en la lógica de la ciencia del primer mundo*.

El sistema premia la corrupción o la facilita de múltiples formas. Es alarmante que gran parte de los investigadores que no han encontrado espacio en Universidades o Centros de Investigación, deban conformarse con trabajos mal remunerados o entrar al juego perverso de la simulación laboral; un fenómeno conocido es el de aquellos profesionistas que por falta de recursos y oportunidades laborales deciden probar suerte en el mundo de las consultorías; que para sobrevivir deben someterse a los caprichos de poderosos clientes, cuya única moral se restringe a la acumulación de capital financiero (sobre esto hay múltiples ejemplos, sobre todo en la industria inmobiliaria que parece imparable en la CDMX y en los megaproyectos donde debieron realizarse estudios de impacto ambiental, topográfico y social a modo; biólogos, ingenieros, arquitectos, geólogos y demás científicos, debieron traicionar sus principios y juramentos para aprobar dichos proyectos).

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Es un hecho que el modelo educativo nacional, desde la educación básica hasta la superior, es un rotundo fracaso, a menos que su éxito se mida con la vara de la clase dominante; que aplaude la perpetuación de clases dominadas sin capacidad analítica y nacionalismos de empaque, forjados tras largas dosis de historia oficial. Pero nada indica que la intención de los reformistas sea la de corregir nuestro podrido sistema educativo, sino más bien la de apuntalar un modelo que asegure mano de obra barata, eficiente y desechable, al tiempo que reduzca las voces críticas, reflexivas e indignadas, del presente y el futuro.

Es cierto, hay pactos que no son anunciados con la pompa del “Pacto por México”, pero que existen y desequilibran nuestro entorno. Quizás yo he roto uno de esos pactos de impunidad que trastocan nuestras redes de convivencia, aunque jamás lo suscribí, pero vale la pena cuando se trata de defender aunque sea a uno solo de los maestros que día con día debe cruzar un río embravecido por un puente en mal estado y caminar, bajo el sol quemante, decenas de kilómetros en territorios agrestes para enseñar el significado de la palabra dignidad en un pequeño salón sin asientos, agua o excusados; para algunos de nosotros esto vale más que la Fulbright, la Guggenheim o cualquier nivel del SNI.

Texto de Jesús Vergara-Huerta

*En el área de la ciencias biológicas podríamos hablar del impulso que el boom de la biología molecular le ha dado a grupos de investigación nacional, con un marcado fetichismo por la herramienta tecnológica, mientras continúan casi abandonados problemas fundamentales como los relacionados con el campo mexicano, el deterioro ambiental en aras de la modernidad, el (des)conocimiento de la biodiversidad nacional y el riesgo que dicha biodiversidad enfrenta ante políticas que facilitan el despojo.

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El autor del texto realizó estudios doctorales en Ciencias Biológicas y es medalla al mérito universitario por la UAM. Su labor docente incluye múltiples cursos en las licenciaturas de Biología y Biología Experimental de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa. A presentado más de 18 trabajos en congresos nacionales e internacionales y es autor de diversos artículos de investigación científica. Actualmente colabora en Tercera Vía como divulgador de la Ciencia y forma parte de un proyecto autogestivo de Ciencia comunitaria, libre y abierta.  

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