Tragedia en Santo Domingo: Colapso en discoteca Jet Set de República Dominicana deja 27 muertos y más de 150 heridos

La madrugada del martes, lo que prometía ser una noche festiva en la icónica discoteca Jet Set de Santo Domingo terminó en tragedia. El colapso del techo del recinto durante una presentación del popular merenguero Rubby Pérez dejó, al menos, 27 personas muertas y más de 150 heridas. La cifra, aunque ya devastadora, podría no ser definitiva.
Mientras el ritmo del merengue sonaba y la pista estaba llena, el techo cedió de manera abrupta. “Fue algo relámpago totalmente”, narró Enrique Paulino, mánager del cantante, quien logró sobrevivir al desastre. En medio del caos, la confusión y la falta de información aumentaron la desesperación de familiares que aguardaban noticias afuera de hospitales abarrotados. La escena se repitió en varias clínicas donde se trasladaron a las víctimas.
Entre los fallecidos se confirmó la muerte de Nelsy Cruz, gobernadora de la provincia de Monte Cristi, lo que subrayó aún más el alcance de la tragedia. El presidente Luis Abinader, quien visitó la zona y se mostró visiblemente afectado, aseguró que todos los organismos de socorro estaban desplegados “trabajando incansablemente”.
La presencia de Rubby Pérez fue, al principio, otro foco de incertidumbre. En las primeras horas se desconocía su paradero, lo que generó múltiples versiones. Finalmente, fue localizado con vida entre los escombros y trasladado a un hospital. No se ha emitido parte oficial sobre su estado de salud. Por su parte, un miembro de su banda, el saxofonista, perdió la vida en el colapso.
El Centro de Operaciones de Emergencias (COE) desplegó a más de 370 rescatistas junto con bomberos, policías, personal médico y de emergencias. Juan Manuel Méndez, director del COE, enfatizó que el enfoque ha estado en salvar vidas. “Aún se oyen voces pidiendo ayuda”, declaró en varias entrevistas. Las tareas de rescate se han extendido durante horas, con la instalación de carpas para asistencia psicológica a familiares y protocolos especiales para la identificación de sobrevivientes y víctimas.
Pese a la magnitud del operativo, la información oficial sobre el número de personas que se encontraban en el recinto al momento del derrumbe sigue siendo imprecisa. Testigos hablan de “cientos”, pero no hay un balance oficial. Las causas del colapso tampoco se han esclarecido, aunque un apagón repentino fue reportado instantes antes del desplome. Sin embargo, hasta el momento, no se ha confirmado si el corte eléctrico fue factor determinante o mera coincidencia.
La falta de control en el acceso a la información, sumada al flujo desordenado de comunicados, ha generado una atmósfera cargada de incertidumbre. Desde relatos desgarradores —como el de Zulinka Pérez, hija del cantante, que escapó mientras su padre quedaba atrapado— hasta escenas de desesperación afuera de hospitales, la cobertura del evento ha mostrado la fragilidad de los protocolos de emergencia frente a una catástrofe con múltiples víctimas.
Jet Set no es un lugar cualquiera. Conocida por sus conciertos de lunes por la noche y frecuentada por figuras públicas, su reputación como ícono del entretenimiento dominicano contrasta con la precariedad estructural revelada por la tragedia. Lo que ocurrió no solo plantea preguntas sobre la seguridad de los espacios de ocio masivo en República Dominicana, sino también sobre el papel del Estado en garantizar condiciones mínimas para evitar catástrofes evitables.
Por ahora, bajo los reflectores de los medios y el eco de los gritos bajo los escombros, queda una certeza: el país enfrenta una tragedia que, más allá del dolor inmediato, obliga a revisar con urgencia sus estándares de seguridad, respuesta y comunicación en contextos de desastre. Porque lo que empezó como una fiesta terminó siendo una alerta. Y esta vez, el ritmo del merengue fue sepultado por el estruendo de una infraestructura colapsada.