INE Publica la Lista de Candidatos a la Elección Judicial 2025: Una Tómbola de Omisiones, Errores y Opacidad

El Instituto Nacional Electoral (INE) ha publicado la lista de 4,224 aspirantes para la histórica elección judicial del 1 de junio de 2025. Pero, lejos de generar certidumbre, el proceso se ha convertido en una obra maestra de inconsistencias, omisiones y, para no variar, falta de transparencia. Es decir, un manual de “cómo no organizar una elección”.

La Transparencia es un Espejismo

El INE defendió la publicación de los listados bajo el principio de “máxima publicidad”, pero resulta difícil hablar de transparencia cuando se incluyen nombres de personas que nunca se postularon y se omiten datos tan básicos como CURP, claves de elector y hasta información de contacto. Al parecer, la máxima publicidad significa también hacer públicos los errores.

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El Senado entregó los listados con retraso y con inconsistencias que no logró corregir del todo. Algunos candidatos aparecieron sin haber pasado la selección; otros que declinaron continúan en la lista. Se reportaron jueces y magistrados sin identificación básica, y hubo casos tan graves como el de Blanca Teresa Rodríguez González, quien aparece como candidata sin haber sido seleccionada.

Uno de los casos más emblemáticos es el de la magistrada Lilia Mónica López Benítez, quien no sólo no se postuló, sino que expresó su rechazo a la reforma judicial desde el primer momento. A pesar de su declinación pública, su nombre aparece en la lista. Y si eso no fuera suficiente, también tenemos a Sergio Javier Molina Martínez, quien está registrado para dos cargos distintos, algo explícitamente prohibido en la Constitución.

Una Reforma Judicial Diseñada para el Desorden

La elección judicial 2025 es el resultado de la reforma promulgada en septiembre de 2024, la cual, entre otras cosas, redujo el número de ministros de la Suprema Corte de 11 a 9 y creó el Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ). Pero la medida más controversial fue permitir que jueces y magistrados fueran electos por voto popular, algo inédito en México.

A menos de cuatro meses de la elección, la organización de este proceso ha sido un desastre. El Senado y el Ejecutivo realizaron ajustes de última hora, pero dejaron sin corregir 955 registros con errores. No hay claridad sobre cómo se garantizará la legalidad de una elección en la que ni siquiera se sabe con certeza quiénes son los candidatos reales.

El INE y la Omisión como Estrategia

Frente a este caos, el INE ha optado por publicar las listas tal cual, sin intentar corregir lo que a todas luces es un desastre administrativo. La sesión del Consejo General programada para revisar el listado se pospuso debido a las inconsistencias, pero al final, la decisión fue “publicar primero y corregir después (si es que se puede)”.

El Senador Gerardo Fernández Noroña defendió el proceso asegurando que “nadie está obligado a lo imposible”. Según él, el Senado hizo “un esfuerzo enorme” para cumplir con los requerimientos del INE, pero el Poder Judicial no colaboró, lo que derivó en la falta de información. De acuerdo con Noroña, “el órgano electoral podrá acceder a ella de todos modos”. ¿Cómo? No lo explicó.


El Problema de la (Des)Confianza

En cualquier proceso electoral, la confianza es fundamental. Pero, ¿cómo confiar en una elección en la que los nombres de los candidatos parecen haber sido sacados de una tombola mal revuelta? La falta de transparencia en la conformación de la lista de aspirantes socava la credibilidad del proceso antes de que siquiera comiencen las campañas.

El INE anunció que los ciudadanos podrán consultar la información de los candidatos en el micrositio “Conóceles”. Pero si los listados oficiales están plagados de errores, la pregunta obligada es: ¿cómo podemos confiar en la información que aparecerá en esta plataforma?

El 1 de Junio: Un Voto en la Oscuridad

La elección judicial del 1 de junio será un evento histórico para México. Pero, de seguir este camino, también será una de las más cuestionadas. La falta de organización, los errores en los listados y la falta de claridad sobre los verdaderos candidatos han convertido este proceso en una elección de desconfianza.

Con errores garrafales y una falta de voluntad para corregirlos, nos dirigimos a una jornada electoral donde los votantes elegirán a jueces y magistrados sin tener certeza de quiénes son realmente. Y en este escenario, la justicia podría terminar en manos de una elección que, desde su origen, ya está viciada.


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