Paola Ávalos: Controlar el accidente desde la encáustica

Por Carlos Aguirre / (Fotos: Mirelle Becerra / Fotografía Arriero Moran, vía redes sociales de Paola Ávalos)

Hace 6 años entrevisté a Paola Avalos, a partir de ahí, desde la distancia, Paola ha sido una referencia del arte para mí, platicamos cuando se presentaba Lethe, su segunda de ya cinco exposiciones. Hoy estamos citados a la presentación de su libro: Grabar a fuego, cuyo título plantea una contradicción, una descripción violenta de un proceso, como si grabar fuera una actividad obligatoria, como si grabar tuviera violencia, en una obra que no la refleja, como bien lo describe Avelino Sordo, compilador del libro: 

“A primera vista, las encáusticas que presenta Paola, difícilmente pueden asociarse a ningún tipo de violencia. Sin embargo, a la luz de su proceso de elaboración, en el que prevalece el uso del calor, del fuego, de la plancha y aún del soplete, es claro que en ellas subyace algún tipo de violencia”

La encáustica es una técnica que construye arte con cera, calor, lienzos, madera, colores, sopletes, planchas y múltiples herramientas que van dominando y creando la cera en un espacio que termina siendo lo que Paola nos quiere decir y lo que la obra nos dice.

En los pasillos de la Casa Zuno, una pieza arquitectónica en uno de los barrios más tradicionales de Guadalajara, que combinaba sus terminados con la luna llena de octubre aunque era noviembre, Paola iba y venía; “más nerviosa que una quinceañera”, “es muy distinto esto a presentar una colección”, confesaba mientras saludaba a los invitados y ultimaba los detalles de la presentación. 

La obra de Paola se proyectaba en dos sentidos, una en las piezas de sus 5 colecciones haciendo juego con la cantera y el cielo, revelando la intención de esa composición tan bella y en otro sentido en dos pantallas donde se podía observar a Paola en el pleno ejercicio de un artista, ambos sentidos, arte en sí mismo. 

Desde la tercera fila escuché las intervenciones de Avelino Sordo, Gerardo Ascencio, Adrán Guerrero y la misma Paola, las escuché al lado de su madre, quien no dejó de grabar con su teléfono celular ni un segundo de la intervención de Paola, dejando testigo del momento, para seguir consolidando la idea que platicamos 5 años atrás: el olvido no existe. Paola considera a su madre como pieza elemental en su construcción como artista. 

Avelino Sordo inició la “presentación en sociedad de la nueva criatura” de Paola Avalos, donde recalcó, algo que todos pudimos percibir en la obra expuesta pero no sabríamos definir de mejor manera, afirmando que Paola tiene el don de cocinar para nuestros ojos y afirmó que en el libro sí se refleja un buen recuento de la trayectoria profesional de la artista, aunque planteó una crítica sincera planteando que en este tipo de recopilaciones los artistas deberían incluir sus óperas primas, para que los principiantes que se acercan al arte se inspiren y reconozcan que para ver y ser el artista y la obra del presente, se fue también el inicio y el pasado.

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Por otra parte, Gerardo Ascencio presentó el libro con un texto cargado de poesía, que exaltó a su máximo nivel la obra de Paola, iniciando por un elogio a la cera que incluía a las abejas:

“La cera antes de ser cera fue luz.” 

“La infinita paciencia de la colmena construyó celdas que solo se liberan cuando se despierta el destello.”

“La cera y su luz significaron por siglos la pureza…Nos acompaña desde el nacimiento hasta la muerte”

“La cera fue sello, el acre que resguardó las cartas de amor”

Luego continuó haciendo una metáfora sobre el origen de la encáustica y el amor: 

“No sé si esos fueron las primeras piezas de encáustica “

Después de la referencia metafórica, Gerado se refiere a la artista, a su obra y al libro describiendo con precisión la carga de amor, conjuras y destino de la misma y reconoce la incertidumbre de los primeros pasos de esta técnica, porque, como afirma, la encáustica se va creando sobre la marcha y metafóricamente afirma que esa marcha tiene un largo trecho porque viene de lejos con la carga personal de la artista. 

“Este libro es un Atlas de esos mapas cargados de valles y crestas, pétalos ausentes y ríos subterráneos” 

Y al final, de manera certera nos revela el motivo último del libro, un sentimiento que todas y todos sentimos en algún momento de nuestra vida, de nuestra adultez, de nuestra madurez o de nuestra juventud, como quien a la mitad de su propia vida se adentra a fines inciertos. 

Por su parte, Adrián Guerrero, revela la intimidad de una charla con Paola previo al inicio de la presentación, deon ambos concluían que los artistas son artistas porque no les gusta hablar en público más que con su obra; a final de cuentas una paradoja más, porque su obra se expone desnuda ante la humanidad entera, y en el caso de la encáustica que es de cera, un material casi eterno, por los siglos venideros. 


Adrián, plantea un dilema filósofico ante la cera y ante la obra de Paola, afirma que pareciera tan sencillo saber percibir la realidad porque se nos revela ante los ojos o antre los sentidos, pero es la cera esa metafora, según el artista, para desentrañar eso tan oculto que no se ve ante nuestros sentidos. Aunque “la cera es la que está ahí, cómo se nos presente, esa cera es lo que en su momento en que la estamos percibiendo es”, como la vida misma, la cera y la obra está ahí, cómo venga, como sea. 

Adrián plantea una idea que también Gerardo Asencio vislumbró en su participación: la obra de Paola y su lenguaje le pertenece a ella, pero cada quien descubre sus mundos y sus sentimientos cuando nos postramos frente a ella, y en este caso, a cada vuelta de página.

Mientras los demás hablaban de la obra de Paola, ella era una carga de emoción, de sonrojo, de ojos brillosos y de una sonrisa genuina y sincera, la plenitud de ese momento es algo que contagió a cualquier presente y quien asista a los testigos fotográficos del evento. En su turno, Paola no hizo más que ayudarnos a comprender lo que estábamos sintiendo en la presentación y volteando de vez en cuando a los cuadros a nuestra izquierda, que ya son de las y los coleccionistas que las prestaron para montarlas en el evento: estas piezas ya son vividas, sentenció. Porque cada uno las vive, conforme el día y hora está siendo vivido. 

Fluir más que contener y detener.
Paola compartió algo de sus motivaciones personales y su proceso creativo, donde afirma que trabajar con el fuego y ver fluir es lo que más le fascina de trabajar; y eso de fluir es evidente a metros de distancia. Fluir más que contener y detener. Una plancha Philips de 1965 que pertenecía a su abuela es una de sus herramientas favoritas, como la eternidad de la cera, la plancha parece también eterna, porque ha podido repararla en un par de ocasiones y le augura larga vida. 


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Sobre el libro, Paola nos comparte que es el cierre estético de un ciclo personal y como artista, a manera de corte de caja, como escribe ella misma antes que la pintura fue la danza y después de la pintura es este libro que se convirtió en su primera vez trabajando este lenguaje. 

Hizo un recuento de la construcción del texto, donde confesó lo que nos pasa a todos los espectadores de su obra, volvió a algunas de sus piezas del pasado, fragmentos de Prusia y le volvió a gustar, más que antes porque sigue muy vigente, como para nosotros es vigente, ayer , hoy y mañana la contemplación de la obra, vigente con el cada uno de nosotros en ese tiempo, no como el cada uno de nosotros del pasado o del futuro.

La mejor manera de hacer política es ir gestionando los accidentes hacia donde uno quiere
La idea más potente de Paola llegó al final, como uno de los mejores guiones cinematográficos o más bien dramaturgos a tono con la cera donde afirma que ve los primeros trazos y ha podido ir dominando el accidente de la cera y de la obra para construir una obra de arte. Avelino Sordo complementa esa idea afirmando que en la pintura moderna siempre existe el accidente y la artista como gestora de crisis lo que hace es controlar el acciodente y llevarlo a donde ella quiere. Esa idea explotó en mi cabeza, porque me parece que la vida es más control del accidente y encaminarlo hacia donde queramos que un plan perfecto con fechas y destinos delimitados; es así que la obra de Paola que inicia con un gran signo de interrogación como ella refiere en el libro, se convierte en una méatafora de la vida y también de la política, porque la mejor manera de hacer política es ir gestionando los accidentes hacia donde uno quiere. 

Después Adrián Guerreo planteó un nuevo reto a Paola después de este cierre de ciclo estético: empezar a tener aprendices, hacer escuela; algo que es una idea que Paola ya exploró con la instalación de Posibilidad 23 en el Centro Universitario Tonalá de la Universidad de Guadalajara donde existe el proyecto de realizar una obra espejo en el muro de enfrente a manera de taller de encáustica. 

Aunque hay quien dice que el arte no tiene ningún fin más que el de existir, al terminar la presentación me clave frente a Silencio II, atendiendo la invitación de visitar las obras, entendiendo por visitarlas, visitarnos a nosotros mismos, a nuestros sentimientos, nuestro pasado, nuestras aspiraciones, nuestros miedos y nuestras personas. Me retiro del recinto con el libro acompañado de una dedicatoria que hizo referencia a seguir en los caminos de la  cera y el color, porque no hay otra manera de vivir más que la de controlar el accidente, al igual que la encáustica, la cera y el grabado a fuego. 

Algunos fragmentos de la obra escrita:

“Luego vino el momento en que descubrí lo emocionante que es empezar nada más manchando el papel: es como trazar un gran signo de interrogación” – Paola Ávalos 

“La danza me inspira. Cuando bailo se me olvida el mundo. Cuando punto no es igual: estoy pensando en el soplete, el fuego, el calor, en lo que voy a hacer, aunque también hay aislamiento” – Paola Ávalos 

“Antes que la pintura fue la danza” – Paola Ávalos 

“Por eso hice más evidente lo que ya había en ella: más público lo que antes era intimista” – Paola Ávalos 


“En el arte los otros motivos se subordinan a los estéticos” – Avelino Sordo

“La técnica que utiliza la artista provoca al espectador, como si lo empujaran a navegar entre el recuerdo, el sentir y las pasiones” – Susana Chávez

“Paola transgrede, violenta y descompone los elementos básicos del concepto para fundirlo” – Adolfo Weber

“Una propuesta que al final tiene que ser desarrollada por el espectador, despertando en cada uno de estos sus silencios propios”  -Adrián Guerrero.

“Se dice que las personas ven una luz cuando su vida está a punto de terminar. Si esa luz es tan bella como la de Silencio I, el viaje: todo el dolor, el sufrimiento, las desgracias y las decepciones, habrán valido la pena” – Armando Álvarez

“Y aunque al hablar de su trabajo y de la encáustica sea inevitable mencionar el fuego que abraza pero no devora, el calor que tiende senderos y revela geografías, me quedo con su paciente labor, capaz de dar con las formas que de alguna manera venían ocultas desde las ceras” – Gerardo Asencio 

“Cuando el arte habla de sí mismo, todo el tiempo, el medio forma parte del diálogo” – Ricardo Guzmán.

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