Gobiernos de todo el mundo aprovechan el Covid19 para restringir libertades individuales

Un informe de la plataforma Civicus, formada por 20 organizaciones internacionales, muestra que determinados gobiernos han usado la pandemia del covid-19 como pretexto para el recorte de libertades. En concreto, las políticas de confinamiento y “el uso de la detención como táctica generalizada” pone en duda, según Civicus “si los gobiernos siempre estuvieron genuinamente motivados por la necesidad de garantizar la salud pública o si, en cambio, covid-19 se utilizó como pretexto para reprimir las protestas”.

Uno de los casos que destaca esta plataforma es la orden de reprimir las manifestaciones tras el asesinato policial de George Floyd en Estados Unidos. El ahora presidente saliente, Donald Trump, instó a que se sofocasen las protestas con “el ilimitado poder del ejército” y para ello se utilizó gas lacrimógeno, cuyo efecto sobre las vías respiratorias no es aconsejable en plena expansión de una enfermedad como el coronavirus. No ha sido una excepción, en Francia se produjo el mismo uso de este armamento menos letal.

“Algunos gobiernos utilizaron la pandemia de covid-19 como una oportunidad para silenciar las voces críticas”, reseña esta plataforma, que critica la censura sobre informaciones relativas a la pandemia en China, Turquía o Tanzania, donde se hostigó a periodistas que cuestionaron la política oficial de minimizar el impacto del virus.

El informe de 2020 muestra que once países han descendido en la clasificación de libertades. En la actualidad, casi una cuarta parte de la población vive en regímenes con espacios de libertades “cerrados” y un 43,3% en regímenes represivos. A lo largo del año de la pandemia, en Costa de Marfil, Guinea, Togo, Filipinas y Níger se ha descendido desde niveles de “obstrucción” a las libertades civiles hasta la categoría de regímenes represivos. En Iraq, se ha pasado de un régimen represivo a uno cerrado. Costa Rica y Eslovenia son países que tenían regímenes abiertos para las libertades civiles que, en 2020, han dado un paso atrás para introducir limitaciones o restringir derechos.

El 87% de la población mundial vive en regímenes cerrados, represivos o con libertades limitadas. Es un 4% más de población que el informe de 2019. El uso de fuerza en manifestaciones, la prohibición del uso de la esfera pública, la censura a periodistas o su detención, el acoso o persecución a militantes políticos, sindicales o ambientales, forman parte del repertorio de recorte de libertades que incluye este informe anual.

En el caso de México, Civicus documenta la violencia sistémica contra las mujeres, mostrando las alarmantes cifras de desaparecidas y feminicidios que siguen creciendo en todo el territorio nacional y apunta de manera acertada la crisis en materia de libertades de expresión, siendo uno de los países con más asesinatos a periodistas, incluyendo tres casos que ocurrieron en el último trimestre del 2020.

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Protestas en Francia contra Ley Mordaza | Foto: Mathieu Delmestre (PSF)

Las vacunas podrían agravarlo todo

En el mismo tenor, un texto que aparece en Democracy Now, señala que las próximas jornadas de vacunación en todo el mundo están caminando hacia un nuevo episodio de dominación por parte de los países más ricos, que buscan acaparar el suministro global.

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Según el texto de Amy Goodman y Denis Moynihan “Países ricos como Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá y los de la Unión Europea, están acumulando por adelantaqdo una cantidad de dosis de tres a cinco veces mayor que la necesaria para inmunizar al total de sus poblaciones”.

La distribución de la tan necesitada vacuna contra la COVID-19 revela así “las profundidades de la inequidad e inmoralidad constituyentes de nuestra economía globalizada”.

Miles de millones de personas en los países más pobres probablemente tendrán que esperar hasta el 2022 o más tarde para recibir una vacuna contra el coronavirus que podría salvar sus vidas.

Para luchar contra este nacionalismo de las vacunas se ha formado la Alianza Vacunas para el Pueblo, una coalición mundial de organizaciones como Oxfam,UNAIDS y Amnistía Internacional, entre otras, que defienden el acceso equitativo a la vacuna contra la COVID-19. El sitio web de la Alianza declara: “A menos que se tomen medidas urgentes, en casi 70 países pobres solo se podrá vacunar una de cada diez personas contra la COVID-19 en 2021”. También afirma que “Las naciones ricas, que representan solo el 14 por ciento de la población mundial, han comprado hasta el momento el 53 por ciento de las dosis existentes de las vacunas más prometedoras”.

Achal Prabhala, activista por la salud pública y coordinador del proyecto AccessIBSA 1Un proyecto orientado a promover el libre acceso a los medicamentos en India, Brasil y Sudáfrica. señala que: “Sudáfrica e India propusieron en la Organización Mundial del Comercio (OMC) suspender temporalmente el acuerdo comercial conocido comoTRIPS, un acuerdo sobre aspectos comerciales de los derechos de propiedad intelectual. Este acuerdo rige las pautas relacionadas con la propiedad intelectual en todo el mundo y la OMC se adhiere a él. La razón por la que India y Sudáfrica proponen que todos los países miembros de la OMC estén exentos de las disposiciones del Acuerdo TRIPS es porque todo lo que necesitamos para sobrevivir a la pandemia —las máscaras, las pruebas de diagnóstico y ahora especialmente las vacunas— debería ser gratis, para que pueda producirse en mayor cantidad y llegar al mayor número posible de personas de todo el mundo en forma más rápida y económica. Hay un apoyo abrumador de los países en desarrollo a esta propuesta. Pero la Organización Mundial de Comercio trabaja por consenso, lo que significa que basta que cinco o seis países muy ricos se opongan para que esta propuesta no se apruebe”.

El coronavirus no respeta fronteras. Si bien cada país tiene sus propias circunstancias y su propia manera de enfrentar la pandemia, ninguno estará seguro hasta que todos estén a salvo. Es fundamental realizar un esfuerzo colectivo y coordinado. Una vacuna para el pueblo, de acceso equitativo para todas las personas y todos los países, significaría priorizar la salud pública mundial por sobre las ganancias de las corporaciones farmacéuticas y serviría como modelo para combatir las pandemias actuales, así como también las que enfrentaremos en el futuro.

Con información de Civicus, Democracy Now, El Salto y Desinformémonos

Referencias

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1 Un proyecto orientado a promover el libre acceso a los medicamentos en India, Brasil y Sudáfrica.
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