Con datos: El mundo post COVID-19 no es esperanzador para los jóvenes mexicanos

Un estudio llevado a cabo por el Centro de Estudios Educativos y Sociales (CEES) estima que la contracción económica relacionada con el COVID-19 generará un aumento de 4.3 millones de jóvenes de 15 a 29 años que no estudian ni trabajan.

Esto quiere decir que el 33.3% de las personas en este grupo de edad y que incluyen los que ya se encontraban fuera del sistema educativo y ahora, además, perderán su empleo, a aquéllos que tendrán que salir de la escuela prematuramente por la falta de recursos para seguir estudiando, y a cientos de miles que terminan sus estudios entre mayo y julio del 2020 y no podrán encontrar empleo por enfrentar un mercado laboral deprimido.

Lee el reporte completo de María Amparo Casar y Miguel Székely en MCCI, aquí  compartimos un extracto:

El desempeño de la economía mexicana previo al comienzo de la pandemia ya daba señales muy claras de una desaceleración preocupante. México cerró el 2019 con un crecimiento del PIB de -0.1% y al final de ese año, los pronósticos apuntaban en el mejor de los casos a un crecimiento del 1% para el 2020.  En términos de empleo la administración de López Obrador también ha dejado mucho que desear. En 2019 solamente se generaron 342 mil empleos formales, que es el menor número anual desde el 2009 (México Cómo Vamos) y que equivalen solo a la mitad de los generados en 2018 (661,000).

Los efectos económicos de la pandemia han agudizado la crisis. Para el primer trimestre de este año el crecimiento de la economía mexicana fue de -2.2 y a mayo el empleo formal había sufrido una drástica caída con una disminución de más de 838 mil plazas (IMSS).  A ello habría que sumar la pérdida de empleos informales que es difícil cuantificar que dan -o daban- cuenta de 5.6 de cada 10 empleos. El único proxy disponible es que, según el INEGI, la Población Económicamente Activa perdió 12 millones de personas solo entre abril y mayo.

Estas cifras se han traducido en un impacto social negativo que afecta particularmente a los jóvenes.

Efectos sobre las tasas de criminalidad

Según un estudio del Banco Mundial (Ninis en América Latina: 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades”, 2016) el aumento de 13.7 puntos en la tasa de JNET implicaría un aumento de 16% en la tasa de criminalidad. Esto es porque de acuerdo a las estimaciones, por cada punto de aumento en la tasa de JNET, en promedio se incrementa en 1.16 puntos la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes.

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Efectos sobre el bienestar presente

Para los hogares con jóvenes que ingresan a la categoría de JNET, se observa una reducción promedio de 25% en los ingresos.

Efectos sobre el bienestar futuro

Pertenecer a la categoría de JNET se asocia con un ingreso anual 10% menor durante los siguientes 20 años en comparación con jóvenes que logran ingresar al mercado laboral o que pueden seguir estudiando.

Efectos sobre la pobreza

El 25% de los JNET son jefes y jefas de hogar. Esto conlleva una elevada probabilidad de que alrededor de 1 millón de hogares adicionales caigan en la pobreza por este efecto.

Efectos Psicológicos

Aumentos en los niveles de depresión, proclividad a las adicciones, violencia intra familiar, embarazo adolescente, y otras vulnerabilidades.

PARA LEER

La lectura, completa y con gráficas, en MCCI.


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