El reportaje colectivo que encuentra nuevas pistas sobre el asesinato de Miroslava Breach

Proyecto M, una investigación del Colectivo 23 de marzo con el apoyo de las organizaciones internacionales Forbidden Stories, Bellingcat y CLIP.

Proyecto M es una investigación colectiva, publicada hoy en El Diario de España, acerca del asesinato de la periodista mexicana Miroslava Breach. La reportera, que a nivel nacional era conocida por ser corresponsal de La Jornada, investigaba la narco-política desde Chihuahua y siempre encontró hostilidad por parte de los dos lados de la batalla: las fuerzas del orden (poder ejecutivo, judicial, fuerzas de seguridad) y los narcos o sicarios que forman parte del violento ecosistema fronterizo.

El colectivo 23 de Marzo, que es como se agruparon los periodistas y organizaciones involucrados, reunió con rigor una serie de pistas que la autoridad decidió omitir o simplemente no investigar, siendo que las averiguaciones se encuentran prácticamente estancadas.

Compartimos el inicio del reportaje:

El 23 de marzo 2017 a las 7 de la mañana, en la ciudad de Chihuahua, la famosa periodista mexicana Miroslava Breach subió a su coche para llevar a su hijo de 14 años al colegio. De pronto apareció un hombre desconocido, la cara escondida detrás de una gorra y una capucha, y abrió fuego. La periodista, acribillada por las balas bajo la mirada de su hijo, no sobrevivió al ataque.

Breach era muy reconocida por su ejemplar trabajo de investigación, realizado en medio de gran peligro. Trabajaba para los periódicos La Jornada y El Norte de Ciudad Juárez, escribiendo sobre el crimen organizado y la corrupción de las autoridades locales en Chihuahua, el estado de donde era originaria y que es considerado el más violento del país. En los últimos meses de su vida había centrado su trabajo en los narco-políticos, miembros de los carteles de droga que se infiltran en el ámbito político para consolidar su control. Se dedicó particularmente a investigar la expansión del cartel de Los Salazares, una organización criminal que opera en el pueblo serrano de Chínipas en alianza con el cartel de Sinaloa, codirigido por Joaquín “El Chapo” Guzmán hasta que fue detenido en 2016. Las estrechas relaciones del cartel de Sinaloa con las autoridades locales les ha permitido llevar a cabo operaciones ilícitas en total impunidad.

Dos años después del asesinato, la investigación de las autoridades locales y federales ha dejado muchos cabos sueltos. Ninguna ha establecido un vínculo entre el asesinato y los carteles o políticos, a pesar de las indagaciones de Miroslava sobre el tema y a pesar de las amenazas que recibía de parte de ellos. Solo un hombre, Juan Carlos Moreno Ochoa, apodado “El Larry”, fue detenido. Según las autoridades, sería el único instigador del asesinato de Miroslava, algo que exculparía del todo a los carteles.

Sin embargo, muchas piezas del rompecabezas ha sido dejadas fuera de la versión oficial de los hechos.

Por esa razón, el Colectivo 23 de Marzo, que agrupa a periodistas mexicanos, en alianza con las organizaciones periodísticas internacionales Forbidden StoriesBellingcat y el Centro Latinoamericano de Investigaciones Periodísticas (CLIP), se han unido para producir esta investigación que han llamado ‘Proyecto Miroslava’ y que eldiario.es y otros medios internacionales publican en tres entregas. Esta es la primera.

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Las piezas que faltan

25 de diciembre del 2017. Nueve meses han pasado desde el asesinato de Miroslava Breach. Ocho balas fueron disparadas a través de las ventanas de su auto. Sus hijos, que estaban cerca, escucharon la ráfaga. Tras nueve meses de investigación (y de espera), Javier Corral, gobernador del estado de Chihuahua, anunció frente a las cámaras de televisión la captura de Juan Carlos Moreno Ochoa, apodado “El Larry”.

La investigación de la Fiscalía mostraba serias carencias
El hombre, detenido en el estado vecino de Sonora, fue presentado como el autor intelectual de la muerte de Breach. También se reveló la identidad del sicario: Ramón Andrés Zavala, un pistolero de 25 años, fue hallado muerto también en el estado de Sonora. Tenían otro cómplice, Jaciel Vega Villa, quien según las autoridades habría conducido al tirador al lugar de la escena del crimen antes de huir. En tono muy solemne, el gobernador Corral enumeró los elementos considerados en el expediente policial: 200 horas de vídeo analizadas, escuchas telefónicas, más de 20 testigos interrogados y la movilización de expertos en la escena del crimen en una investigación que pretendía ser un ‘modelo nacional’ en la lucha en contra de la violencia hacia los periodistas en México.

A pesar de su apariencia ejemplar, la investigación oficial, conducida en conjunto por la fiscalía del Estado de Chihuahua y la Procuraduría General de la República desde 2018, no logra ocultar sus carencias: hay indicios y pruebas que nunca fueron tenidas en cuenta durante la investigación, políticos que no fueron interrogados adecuadamente, personas que pudieron haber tenido algún grado de implicación en los hechos y a quienes, sin embargo, les fue otorgado el estatus de testigo protegido, así como irregularidades en la escena del crimen y elementos de prueba contradictorios.

El ‘Proyecto Miroslava’ identifica todas esas irregularidades, que juntas apuntan con contundencia hacia lo que la justicia parece no ver: que los narco-políticos están detrás del asesinato de Miroslava Breach.

Las pruebas ignoradas

El asesinato de la periodista Miroslava Breach ha gozado de una importante cobertura mediática en México. No fue la primera ni la única en ser asesinada simplemente por haber realizado su labor, pero sus investigaciones implacables –que destaparon frecuentemente los estrechos vínculos entre carteles y políticos– la transformaron en un icono de la libertad de prensa, constantemente ultrajada en este país latinoamericano.

Algunas horas después del homicidio, la policía anunció un primer hallazgo: un pedazo de cartón tirado a algunos metros del coche que presuntamente revela la identidad del autor intelectual del crimen. La nota habría sido firmada por “El 80”, el apodo del líder local del cartel de Juárez, enemigo jurado del cartel de Sinaloa y de sus aliados Los Salazares. Pero al pasar de las horas, fue cambiando la naturaleza del mensaje escrito. Decenas de periodistas observaron la evolución de las versiones oficiales: tres versiones en tan solo 48 horas.

Leer el resto del reportaje en El Diario

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