Identifican los componentes genéticos del éxito académico

La cultura opera sobre un andamiaje orgánico ineludible para finalmente perfilar nuestras estructuras sociales. Por esto es fundamental comprender como es que ambas dimensiones modifican los resultados de algunas de nuestras actividades. Bajo esta perspectiva, un equipo de investigación se dio a la tarea de estudiar el vínculo entre nuestra genética y el rendimiento académico.

Su conclusión es que se trata de un fenómeno moderadamente heredable, donde también entran en juego factores sociales, económicos y de salud. El estudio sobresale porque ha ampliado la muestra de anteriores trabajos y ha examinado la composición genética y la historia educativa de más de un millón de personas de 15 países europeos.

Los resultados demuestran que 1.271 genes están asociados a los años de escuela que completa un individuo, incluidos los genes relacionados con el desarrollo del cerebro y la comunicación neuronal. De este modo detectaron un marcador poligénico (un fenotipo influenciado por más de un gen) que predijo más del 11% del éxito educativo entre individuos, el equivalente al de los factores demográficos, como ingresos familiares o educación materna.

“Tener un contador poligénico bajo no significa que alguien no logre un alto nivel de educación”, explica Robbee Wedow, del departamento de Sociología de la Universidad de Colorado en Boulder (EE UU) y coautor del trabajo liderado por el Social Science Genetic Association Consortium. En realidad, la ambición, la situación familiar, el estatus socioeconómico y otros factores desempeñan un papel más importante que los genes.

“Como con muchos otros resultados, lo que importa es la interacción entre el entorno y la genética”, añade Wedow. El metanaálisis –uno de los mayores estudios de genética humana realizados hasta la fecha– identificó así tres fenotipos que están altamente correlacionados genéticamente con el logro educativo: el rendimiento cognitivo (225 genes), capacidad de autoevaluación matemática (618) y la culminación de la clase de más alto nivel de matemáticas (365).

Cuestionarios a mayores de 30 años

Los científicos analizaron durante dos años la información genética derivada de 71 conjuntos de datos, incluidos los del Biobank en Reino Unido y la compañía de genómica personal 23andMe, y los cuestionarios sobre el número de años asistidos al colegio de personas mayores de 30 años y ascendencia europea.

Según el trabajo, los genes implicados aumentan los niveles de expresión en el cerebro pre y postnatal y tienen un papel en la secreción de neurotransmisores y la plasticidad sináptica. Este gran conjunto de datos genéticos ayudará a los científicos que analizan cómo los genes y el entorno interactúan para influir en los fenotipos cognitivos.

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Si bien este trabajo debilita las posturas deterministas, al demostrar que una gran red de interacciones genéticas sólo explican un pequeño porcentaje de un fenómeno sumamente complejo, no podemos olvidar que sirven para justificar muchas de las normas que rigen nuestras sociedades actuales (biopolítica). Aún así, es importante no anular del todo nuestro origen evolutivo como especie animal, si es que pretendemos transitar a un nuevo relato de lo humano que resuelva las tensiones propias de nuestra época.

Con información de Nature Genetics y Agencia SINC

 

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