La obra ‘El Diputado’ celebra 100 funciones, con una crítica feroz y humana

¿Qué es un diputado? En un país donde ya no hay democracia, hay un significado borroso: el representante sin esta función, solamente resulta un parásito.

Por Alejandro Velázquez*

¿Qué es un diputado? En un país donde ya no hay democracia, hay un significado borroso: el representante sin esta función, solamente resulta un parásito. El Diputado trata sobre la relación entre dos representantes: el diputado federal que cae en cautiverio, y el raptor, el representante del trabajo humilde, con salario deleznable y sin grandes pretensiones en la vida.

El Diputado, la obra del maestro Edeberto Pilo Galindo trata esta relación, donde el Shucky (¿O Chucky?) es un provinciano que busca progreso en una urbe sin esperanzas laborando en el área de limpieza de un burdel. Aunque a este personaje lo han llamado “un pobre diablo”, por obtusos medios de comunicación, en la obra de Pilo Galindo el personaje representa a la gente que no tuvo dinero para financiarse una educación y que salió de su estado para adaptarse a una vorágine. Conforme se hilvana la relación con su cautivo el diputado federal, representante del pueblo legitimado por un sistema corrupto, Diputado presenta una relación humana que se va anudando de manera entrañable conforme ambos representantes van compartiendo información y se van desnudando como los verdaderos íconos de sus clases sociales.

Uno de los mejores atributos del tejido de la obra ganadora del Premio Nacional de Dramaturgia del 2015, es el antagonismo fraternal, enlazados por la generosidad y los escenarios del submundo, donde el ámbito laboral del representante de una clase social baja es para el Diputado un escape de su rutina.  También se juega con un común denominador: ambos personajes resultan ignorantes e ingenuos en ciertos conocimientos, reflejado en Shucky, por no comprender el cargo del diputado federal y en el representante federal encariñado con la Nora.

Aunque en el discurso favorece al Shuky, haciendo crítica a los representantes federales, también hay cierta compasión y comprensión por el diputado, principalmente expresado por el lazo de amistad, donde se aprecia la fragilidad y la humanidad de los personajes, que hace del antagonismo entre dos mundos un conflicto más interesante. Los personajes fueron caracterizados no solamente por la actuación, sino que la dirección de Uriel Bravo permitió que variados escenarios dramáticos, muy bien diseñados e iluminados por Jesús Noyola, acrecentaran las emociones de los personajes y acentuaran las tensiones. Solamente el volumen alto de la música no coincidía con esta estética visual bien lograda, pues se empalmaba con las voces de los actores, lo cual perjudicó en las transiciones y los diálogos.

Bajo la dirección del maestro Uriel Bravo dos elencos producidos por la Compañía Teatral y Escénica Pulque y Peyote han trabajado El Diputado hasta la función 100, presentada en el Museo de la Ciudad de Querétaro dentro del Cuarto Encuentro Transdisciplinario de la compañía Imaginartes. En esta función fue muy disfrutable ver a todos los personajes, al Shucky hablando el espanglish y contoneándose como los pachucos de Zoot Suit de Luis Valdez; el Diputado, quien se veía muy frágil y temeroso en las primeras escenas. En cuanto al Chango, en los interrogatorios, fijaba la atención a los sabuesos con una gravedad en la mirada, a veces como si fuera realmente de tierra y una bestia acorralada. El juego pícaro de Nora y la Ivana era muy divertido, sobre todo en sus interacciones con los espectadores, a quienes les ganaba la risa en el burdel, un espacio que permitía apreciar el parque de diversiones del diputado federal, pero el campo laboral para el representante de la clase obrera.

 

 

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Producción:

Dramaturgia

Edeberto Pilo Galindo

Dirección

Uriel Bravo

Elenco

Manuel Go Be (el Shucky)

Manuel Puente (el diputado)

Berenice Acosta/Delmy Muñoz (Nora)

Tony/Santana/ Fernando Jiménez/ Bernardo Lira (Flaco/el Chango)

Rafael Ramirez (Iván).

Iluminación


Jesús Noyola

Espacio

Museo de la Ciudad

(422) 212-3855


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museodelaciudadqro@gmail.com

http://museodelaciudadqro.org/

Escénica Pulque y Peyote Cía


*Alejandro Velázquez es, antes que nada, espontáneo, criticón y malo para escoger su calzado. Luego, escribe crítica teatral en un proyecto llamado Licras desde que se tituló de la Maestría en Artes Escénicas de la Universidad Veracruzana, donde investigó la variante escénica llamada la impro en la Ciudad de México; antes colaboró para medios digitales como Entretenia, Teatro Mexicano y Ciudad de Frente, mientras trabajaba como profesor de teatro a nivel secundaria; antes estudió la licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras, donde decidió dedicarse al teatro.

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