Crean nuevas pantallas con proteínas bioluminiscentes

El futuro de la electrónica empuja hacia aparatos creados con materiales biodegradables y reciclables. Una de las apuestas de los desarrolladores para mantener el ritmo acelerado de crecimiento del mercado y tratar de resolver los problemas ecológicos que le son intrínsecos.

El éxito de las pantallas de cristal líquido (LCD) que incorporan multitud de dispositivos portátiles –como teléfonos, ordenadores y televisores– se debe en gran parte al uso de los LED o diodos inorgánicos emisores de luz blanca, que ofrecen una imagen de gran calidad con un consumo energético bajo.

Sin embargo, estas pantallas presentan varios inconvenientes: el elevado coste de los filtros de color, la existencia de unos límites en el contraste y brillo alcanzados, y lo difícil que resulta reciclar sus materiales.

Para resolver estos problemas, un equipo de científicos de la Universidad Erlangen-Nürnberg (Alemania) liderados por el español Rubén D. Costa, ha desarrollado una nueva pantalla basada en elementos naturales: las proteínas, “lo que permitirá en un futuro no muy lejano la fabricación de estos dispositivos de forma ecológica y a bajo coste”.

Los investigadores utilizan las proteínas en dos partes de la pantalla. Por un lado, en el sistema de retroiluminación, donde proponen usar un BioLED de luz blanca con proteínas luminiscentes de diversos colores. Esta tecnología, cuyos detalles publicaron el año pasado, permite sustituir el fosforo inorgánico –un material caro y escaso– que llevan los LED tradicionales, además de representar un nuevo diseño en la retroiluminación de las pantallas.

“El rendimiento cuántico de emisión de las proteínas es superior al 75%, lo que asegura una alta eficiencia –destaca Costa–. Además, el ancho de banda de emisión es muy pequeño (30-50 nm), lo que implica una alta calidad de color; y su degradación no produce cambios de color significativos”.

<p>Ilustración de un filtro de color con proteínas luminiscentes verdes y rojas impreso en una microestructura de malla. / Katharina Weber</p>
Ilustración de un filtro de color con proteínas luminiscentes verdes y rojas impreso en una microestructura de malla. / Katharina Weber

Un filtro proteico de color

Ahora los científicos publican en la revista Advanced Functional Materials los detalles del otro componente proteico de la pantalla: el filtro de color, donde las proteínas se depositan en una matriz polimérica con una resolución micrométrica gracias al uso de  técnicas de impresión 3D, manteniendo las propiedades luminescentes de las proteínas y una estabilidad óptima.

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“Este filtro de color cumple con los requisitos necesarios para mejorar las pantallas actualmente en uso en lo que al contraste de color y al brillo se refiere, y dentro de los parámetros de calidad exigidos para su comercialización”, destaca Costa, que concluye: “El nuevo material puede permitir en un futuro no muy lejano el desarrollo de biopantallas de bajo consumo para televisiones o teléfonos móviles, con bajo coste de producción, una alta calidad de imagen y ecológicamente sostenibles”. Además, estos filtros no son rígidos, lo que permitiría su uso en dispositivos flexibles y ligeros.

La caducidad programada es el verdadero enemigo

También conocida como obsolescencia programada, supone el mayor de los problemas ecológicos a resolver. Ya que esta perversa forma de generar ganancias por parte de la mayoría de las industrias, provoca la acumulación imparable de basura electrónica en todo el orbe. Un problema que ha sido abordado magníficamente en el documental “Comprar, tirar y comprar“.

Si no se resuelve esta forma voraz de producir mercancía programada para ser basura, de nada servirá migrar a ciertos componentes biodegradables y reciclables. Y esto entonces no sólo depende de la industria por sí misma, sino de nosotros como consumidores. Revisar nuestros hábitos de consumo, abandonar necesidades creadas y adquirir sólo lo necesario, dejar de comprar, recuperar otras formas de economía -como el trueque- y aprender oficios para alargar la vida útil de nuestros aparatos electrónicos es un compromiso urgente que deberíamos afrontar en beneficio de nuestro planeta.

Con información de Advanced Functional Materials y Agencia SINC | Comentarios del Proyecto ALTERIUS.

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