Las contradicciones de Chiapas: mayor gasto público y mayor pobreza.

Chiapas es uno de los estados con mayor riqueza natural y cultural de toda la república mexicana. Uno de los principales estandartes de la biodiversidad chiapaneca es la Selva Lacandona que concentra al 60% de las especies mexicanas de árboles tropicales. Además, en la selva coexisten más de 3,500 especies de plantas y 657 animales. Por otro lado, esta entidad cuenta con una gran rica diversidad cultural. Desde las zonas arqueológicas de Palenque, Bonampak y Yaxchilán hasta la diversidad indígena representada por los pueblos tzotzil, tzeltal, etc. Ante todas estas características cualquier persona podría pensar que Chiapas es un estado que contiene los elementos necesarios para el desarrollo.

Desafortunadamente lo único que este estado ha experimentado a través de los años es pobreza, represión y desigualdad.  En respuesta a las condiciones de miseria en la que se encontraba sumergida la población, en 1994 se levantó en armas el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) para demandar mejores condiciones de vida de las comunidades indígenas. El estado respondió inmediatamente con un ataque militar matando a decenas de indígenas. A pesar que las fuerzas militares cesaron los ataques a las comunidades indígenas, los grupos paramilitares se convirtieron en las nuevas formas de control gubernamental en muchas comunidades del estado. De manera paralela, los gobiernos tanto federal como estatal han destinado mayores recursos en materia de desarrollo social con el objetivo no solamente de disminuir los niveles de pobreza sino también de disminuir las tensiones político-sociales del estado.

Desde 1996 hasta 2014 el presupuesto destinado al gobierno de Chiapas aumentó en un mil 227 por ciento. A pesar de este aumento bastante considerable del gasto  público, la pobreza en la entidad ha aumentado. Por ejemplo, mientras que en 2008 las personas en pobreza alimentaria representaban el 26.2% de la población, para 2010 esta aumentó a 30.3% de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

La situación en Chiapas a pesar de las movilizaciones sociales y el aumento del presupuesto sigue siendo crítica. Con base en datos del Índice de Desarrollo Humano (IDH) realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), existen comunidades chiapanecas con un nivel de rezago social similares a lugares en Siria, Nicaragua, Senegal o Nigeria. Según el estudio del PNUD realizado en 2012, Chiapas es la entidad de la república con el IDH más bajo del país con 0.681 (en donde mientras más cercano al 1 representa mejor calidad de vida). Para comprender mejor el rezago en el que se encuentra este estado sirve solo compararlo con lugares como la Ciudad de México que tiene un IDH de 0.830 y Nuevo León con 0.790.

Esta contradicción entre mayor gasto social y aumento en la pobreza es un fenómeno difícil de explicar. Si bien la corrupción podría ser uno de los factores que ayuden a entender este fenómeno, la realidad es que el estado de Chiapas cuenta con buenos niveles de evaluación en materia de buen gobierno en los diversos estudios realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Incluso de acuerdo con esta institución Chiapas es uno de los gobiernos menos corruptos del país y con un índice de corrupción en programas sociales menor al 1%.

Una posible respuesta sobre la pobreza en esta entidad podría explicarse mediante la ineficiencia que ha tenido tanto el gobierno federal pero principalmente el estatal para implementar políticas de desarrollo social. Si bien la transparencia y la rendición de cuentas es un elemento indispensable para el bueno gobierno, no son garantías de eficiencia gubernamental. Para contar con un buen gobierno es necesario tener gente preparada para llevar a cabo las funciones de gobierno. En el caso de Chiapas, sin embargo, debido a los bajos niveles de desarrollo el nivel educativo de la mayoría de la población es bajo. Con base en datos de INEGI en Chiapas solamente 10 de cada 100 personas terminan con la educación superior. Ante estas circunstancias es difícil pensar que el gobierno del estado este bien preparado para afrontar los difíciles retos de la entidad.

Si bien la situación en Chiapas no puede ser explicada por una simple cuestión de profesionalización administrativa, no puede omitirse este importante elemento para comprender las contradicciones que ocurren en este estado. Es necesario que se lleven a cabo más y mejores estudios para lograr terminar con el círculo vicioso de pobreza y marginalidad en la que se encuentra sumergida la mayoría de la población en este estado.

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