La versión mexicana de Trump y el partido republicano.

El día de ayer se celebraron elecciones primarias para candidatos del partido republicano en 5 estados. Florida, Illinois, Ohio, Carolina del Norte y Missouri fueron los lugares en donde los aspirantes a la presidencia por este partido buscaron obtener la mayor cantidad de delegados para contender a la candidatura por el partido republicano en la Convención Nacional que se celebrará en Cleveland el 18 de julio.

El candidato Donald Trump obtuvo la victoria en 3 de los 5 estados posicionándolo como el mejor competidor hacia la convención de Cleveland. Junto con esta victoria se dio al mismo tiempo el término de la carrera por la presidencia del Senador Marco Rubio quien no obtuvo la victoria en su estado Florida. A pesar de la victoria del gobernador Kaisich en su estado Ohio, al parecer la contienda se dará entre dos candidatos, Trump y Cruz. La forma en que se va dando esta competencia, sin embargo, tiene aterrado a la dirigencia del partido republicano debido al poco control que tienen sobre Donald Trump.

Desde hace ya un par de semanas el partido republicano ha buscado parar la carrera del magnate neoyorquino por la presidencia pero sin mucho éxito. El gran temor del partido hacia Trump se debe por sus declaraciones y políticas “radicales” que le han traído una mala imagen al partido y por la nula oportunidad que tiene Donald Trump de vencer en las elecciones presidenciales sin importar el contrincante del partido demócrata.

Otro de las grandes amenazas que presenta Trump para los republicanos es que el candidato ha declarado que si en la convención de Cleveland se conspira en contra de él, Trump se lanzaría como independiente a la presidencia de los Estados Unidos. Esto sería un gran golpe para el partido porque no solo le quitaría votos a su candidato oficial sino que partiría al partido en dos, pudiendo generar el fin del bipartidismo norteamericano.

En el sistema de partidos mexicano ya hemos tenido una experiencia no idéntica pero similar a lo que ocurre hoy en día en los Estados Unidos. La presencia de un candidato popular junto con un partido desprestigiado y sin liderazgos ha sido la historia de la izquierda mexicana en los últimos años. Andrés Manuel López Obrador logró ser candidato a la presidencia en dos ocasiones por el Partido de la Revolución Democrática. En ninguna de las ocasiones logró salir victorioso lo que generó grandes tensiones entre el PRD y Obrador. Después de 2012 la relación entre la dirigencia del PRD y López Obrador comenzó a deteriorarse debido a las diferencias que había entre ambas partes. Por un lado el partido veía en el candidato tabasqueño un personaje polémico que había generado una visión negativa del PRD en gran parte de la población. Por otra parte, AMLO comenzaba a ver a la dirigencia perredista como parte de la “elite” gobernante responsable de la situación del país.

Esta tensión llevó al político tabasqueño a formar su partido, Morena, para comenzar a competir en el sistema de partidos. Hasta el año pasado el partido del tabasqueño logró quitarle varias delegaciones al PRD en la Ciudad de México, el bastión más fuerte de la izquierda en el país. La fuerza que ha ganado Morena en comparación al PRD podría hacer que en 2018 el partido de Obrador se posicione como el partido de izquierda más fuerte del país, relegando al PRD a convertirse en un partido local o inclusive orillarlo a su desaparición.

Ante la experiencia mexicana podríamos hacer un diagnóstico de lo que podría estar próximo a pasar en los Estados Unidos. El partido republicano parece estar dispuesto a parar a Trump como sea para impedir que el sea el candidato a la presidencia por su partido. Esto llevará a Trump a competir como independiente y seguramente buscará formar su propio partido. Si los republicanos buscan sobrevivir a esta experiencia es necesario que busquen inmediatamente formar nuevos liderazgos que generen cohesión dentro de su partido y atraigan nuevamente la simpatía y legitimidad de sus electores. Por el contrario, si el partido republicano no realiza cambios profundos rápidamente posiblemente su futuro será similar a lo que hoy en día le sucede al PRD.

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