El “tsunami de nubes” que confundió a las playas de Portugal: un raro fenómeno atmosférico explicado

La costa portuguesa vivió el pasado fin de semana una escena digna de ciencia ficción: una nube tubular y densa avanzó sobre el mar con apariencia de ola gigante, provocando asombro, confusión y hasta pánico entre los bañistas. El fenómeno, que fue ampliamente compartido en redes sociales, recibió apodos como “tsunami de nubes”, aunque no tenía ninguna relación con un desastre natural de ese tipo.
PARECÍA UN TSUNAMI
Gigantesca nube en espiral se vió en tres ciudades costeras de #Portugal.
Estas nubes se forman debido a la brisa marina que se desplaza por el cielo como una ola.
Es un fenómeno atmosférico poco común conocido como nube enrollada o “#volutus“.#Tsunami pic.twitter.com/3YCrNmmtx3
— 𝙈𝙖𝙧𝙞𝙤 𝙈𝙤𝙧𝙖𝙮 (@Mario_Moray) June 30, 2025
Según confirmó el Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera (IPMA), se trató de una nube del tipo volutus, también conocida como nube rodante o roll cloud. Este tipo de formación es poco frecuente y fue incorporada oficialmente al Atlas de Nubes de la Organización Meteorológica Mundial en 2017. Su aspecto tubular y su desplazamiento horizontal a baja altitud la vuelven particularmente llamativa y, en este caso, provocaron que algunos bañistas salieran del agua creyendo que enfrentaban una emergencia real.
La nube fue visible en múltiples localidades costeras como Figueira da Foz, Póvoa de Varzim, Ovar, Vila do Conde y hasta Espinho, desplazándose entre las 17:00 y las 18:00 horas del domingo. Testigos describieron ráfagas de viento que acompañaron su paso, reforzando la ilusión de una ola descomunal suspendida en el cielo.
El fenómeno se generó por una inversión térmica, es decir, una interacción entre el aire frío y húmedo del océano y una capa de aire cálido más cercana a la tierra. Esta combinación impide que el aire ascienda, obligándolo a moverse horizontalmente y formar una estructura alargada similar a un cigarro o tubo flotante. A diferencia de otras nubes asociadas a tormentas, como las shelf clouds, las volutus no implican lluvias ni condiciones meteorológicas severas.
Su aparición coincidió con una ola de calor que afecta a la Península Ibérica, con temperaturas superiores a los 40 grados y varios distritos portugueses en alerta roja. De hecho, el calor extremo durante ese fin de semana generó condiciones inestables, con reportes de tormentas, granizo y chubascos en el interior del país.
El episodio se convierte así en un recordatorio visual de la complejidad y belleza de los fenómenos atmosféricos. Para muchos fue una experiencia surreal que cruzó la línea entre lo apocalíptico y lo poético, como si el cielo hubiera ensayado un tráiler para su próxima película de verano. Pero más allá del impacto visual, queda claro que lo que Portugal presenció fue, simplemente, una manifestación inusual y espectacular de la dinámica atmosférica.