Organizan Boicots masivos en EEUU: resistencia económica contra políticas de Trump y corporaciones

En respuesta a las políticas de la administración de Donald Trump que han afectado programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) y a lo que algunos activistas denominan “codicia corporativa”, diversos movimientos han convocado a boicots masivos contra grandes empresas en Estados Unidos. Desde el “Latino Freeze Movement” hasta “The People’s Union USA”, estas iniciativas buscan ejercer presión económica sobre compañías que han respaldado o adoptado medidas alineadas con las disposiciones del expresidente.
El auge de la resistencia económica
Uno de los grupos más activos en esta protesta es The People’s Union USA, liderado por John Schwarz. Esta organización ha promovido un “apagón económico”, en el que se llama a los ciudadanos a evitar cualquier gasto en grandes corporaciones durante días específicos. La primera manifestación de esta estrategia ocurrió el 28 de febrero, logrando gran visibilidad en redes sociales. Schwarz enfatiza que su movimiento no es político, sino una respuesta al desequilibrio económico y a la creciente desigualdad en Estados Unidos.
Sin embargo, más allá de la denuncia sobre la explotación económica, el boicot también se ha convertido en un acto de resistencia contra la erosión de programas DEI en empresas como Target, Walmart y McDonald’s. Diversos sectores acusan a estas compañías de haber reducido o eliminado iniciativas que promovían la inclusión de minorías, en sintonía con las políticas promovidas por Trump.
“Latino Freeze”: el peso de la comunidad hispana
Por su parte, el movimiento “Latino Freeze” ha instado a la comunidad latina, que representa el 20% de la población estadounidense y un PIB de 3.7 billones de dólares, a reducir su gasto en empresas que han mostrado respaldo a Trump. El boicot se enfoca en fortalecer los negocios latinos, afroamericanos y aquellos que defienden políticas proinmigrantes. Bajo el lema “Resistan. Todos podemos tener un gran impacto colectivo simplemente al guardar y no gastar nuestro dinero”, el movimiento busca mostrar la capacidad económica de la comunidad latina como un factor de presión.
La estrategia del “Latino Freeze” implica tres acciones clave:
- Congelación del consumo, limitando las compras a lo esencial y priorizando negocios afines a la causa.
- Pago de servicios básicos sin comprometerse con grandes corporaciones.
- Amplia difusión del boicot en redes sociales con hashtags como #LatinoFreezeMovement.
Las empresas en la mira y el impacto comercial
Las campañas de boicot no se han limitado a un solo evento. Se han programado protestas específicas contra empresas como Amazon, Nestlé, Walmart, General Mills, Target y McDonald’s, con fechas determinadas para maximizar el impacto.
Por ejemplo, Amazon enfrenta un boicot del 7 al 14 de marzo, en el cual se insta a los consumidores a no comprar en la plataforma ni utilizar servicios afiliados como Whole Foods, Prime Video, Twitch e IMDb. Schwarz argumenta que atacar a Amazon es clave porque representa un monopolio que perjudica a pequeños negocios y trabajadores.
Otros boicots incluyen:
- Nestlé (21 al 28 de marzo)
- Walmart (7 al 14 de abril y 20 al 26 de mayo)
- General Mills (21 al 28 de abril)
- Target (3 al 9 de junio)
- McDonald’s (24 al 30 de junio)
- Boicot por el Día de la Independencia (4 de julio)
En el caso de Target, el boicot se ha intensificado luego de que la empresa redujera sus políticas de diversidad y rompiera con organizaciones que medían su compromiso con la inclusión. De acuerdo con datos de Placer.ai, el tráfico de clientes en tiendas Target cayó significativamente en las últimas semanas, lo que algunos analistas atribuyen a la presión de estos boicots.
¿Pueden estos boicots tener un impacto real?
Aunque las iniciativas han ganado fuerza en redes sociales y algunos datos sugieren una reducción en la afluencia de clientes en ciertos comercios, los expertos advierten que transformar el descontento en una acción sostenida no es sencillo. Neil Saunders, analista minorista, señala que aunque puede haber una disminución momentánea en las ventas, es poco probable que estos boicots generen un impacto significativo a largo plazo, ya que muchos consumidores simplemente retrasan sus compras para después.
Aun así, la importancia de estas movilizaciones radica en la visibilización de un malestar creciente. Los activistas ven en estas acciones un medio para presionar a las empresas a asumir posturas más comprometidas con la diversidad y la equidad, así como una estrategia para demostrar que el consumidor tiene poder sobre el mercado. Como declaró John Schwarz: “Esto no es solo una protesta. Es una advertencia. Por demasiado tiempo, las corporaciones han tratado a la gente como una fuente inagotable de dinero”.
En conclusión, aunque el alcance de estos boicots en términos financieros aún es incierto, su influencia en el discurso público es innegable. Más allá de afectar ventas, estas protestas han abierto el debate sobre la relación entre la economía, la política y la responsabilidad corporativa en Estados Unidos.