Canadá logra revertir también los aranceles impuestos por Trump, por lo menos un mes más

En un giro inesperado (o totalmente predecible al darse cuenta de las autoafectaciones de sus ideas) Donald Trump, anunció la suspensión temporal de los aranceles del 25 % a las importaciones provenientes de México y Canadá, una medida que originalmente había impuesto con el argumento de reforzar la economía estadounidense y presionar a sus socios comerciales en temas como la seguridad y la migración. La moratoria, que se extenderá hasta el 2 de abril, refleja una aparente reconsideración de la estrategia proteccionista del mandatario, sugiriendo que las repercusiones económicas podrían haber pesado más de lo previsto.
El anuncio de la suspensión arancelaria para México se produjo tras una conversación con la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien Trump elogió calificándola como una “mujer maravillosa” y destacando los avances en cooperación en temas de migración y tráfico de drogas. Inicialmente, la exención solo beneficiaba a México, pero unas horas después, el mandatario extendió la medida a Canadá, lo que evidencia un posible replanteamiento de la política arancelaria frente a sus principales socios comerciales.
Más allá del tono conciliador hacia México, el trato hacia Canadá ha sido marcadamente distinto. Trump sostuvo una tensa conversación con el primer ministro Justin Trudeau, en la que dejó entrever una actitud hostil hacia el país vecino. En declaraciones posteriores, el presidente estadounidense llegó a minimizar la relevancia de Canadá como socio comercial, afirmando que Estados Unidos “no necesita su madera” y que optaría por explotar sus propios bosques. Sin embargo, el hecho de que terminara extendiendo la moratoria arancelaria a los productos canadienses sugiere que la presión diplomática y económica pudo haber influido en su decisión.
Por su parte, Trudeau ha mostrado escepticismo sobre la durabilidad de esta suspensión y ha expresado su preocupación ante la posibilidad de que las medidas proteccionistas de Trump se intensifiquen en el futuro cercano. De hecho, Canadá había anunciado previamente una segunda ola de aranceles a productos estadounidenses, que incluía desde vehículos eléctricos hasta productos agrícolas y electrónicos. Sin embargo, tras el anuncio de la suspensión de aranceles por parte de Trump, Ottawa decidió postergar su represalia comercial hasta el 2 de abril, en un gesto que parece buscar una solución negociada.
En paralelo, analistas económicos han señalado que la política arancelaria de Trump ha generado incertidumbre en los mercados bursátiles, con algunos descensos que han inquietado a inversionistas. Pese a esto, el mandatario ha insistido en que los movimientos del mercado no están relacionados con sus decisiones comerciales y que “ni siquiera mira los mercados”.
La pausa arancelaria también responde a la presión de la industria automotriz estadounidense, ya que grandes fabricantes como General Motors, Ford y Stellantis manifestaron su preocupación por el impacto que los aranceles podrían tener en la cadena de suministro. La mayoría de los vehículos ensamblados en México y Canadá cumplen con las reglas del T-MEC, lo que hace que su encarecimiento a través de impuestos afecte directamente a la competitividad de las marcas estadounidenses.
Con la suspensión temporal de los aranceles, se abre un periodo de incertidumbre para las relaciones comerciales de América del Norte. La medida podría ser un respiro momentáneo, pero el riesgo de que Trump reanude su agenda proteccionista sigue latente, especialmente si no se cumplen sus expectativas en temas como la migración y el combate al tráfico de fentanilo. Mientras tanto, tanto México como Canadá se mantienen atentos a la evolución de la política comercial de su vecino del sur, con la esperanza de que la suspensión se convierta en una solución definitiva y no solo en una pausa estratégica.