Maussan y los legendarios charlatanes

Jaime Maussan repite la misma idea en los últimos días: “La humanidad debe prepararse pronto para el contacto con vida extraterrestre”. Muchos le creen, los mismos que le han seguido al menos durante 20 años que lleva diciendo exactamente lo mismo…

El tiempo pasa, se caen los montajes (como los testimonios de Stan Romanek, estafador y pedófilo convicto en Estados Unidos, que presentaba como prueba irrefutable de sus afirmación con Adal Ramones en horario estelar), y Maussan reconfigura las pruebas, cambia las narrativas y encuentra nuevos aliados en su obsesión por mantenerse vigente en el mundo de la farándula. Un negocio que además de producir risa y memes para muchos, genera y sostiene un fanatismo conspiracionista en otros tantos.

Todo había quedado en el mero show, hasta el punto de autoparodiarse en comerciales de Netflix, en el negocio lucrativo de explotar la ignorancia y la falta de interés en la producción de conocimiento verificable y útil, pero su presentación en la Cámara de Diputados enciende los focos, Maussan y quien lo puso ahí han llegado demasiado lejos; su estafa ha traspasado las fronteras y ocupa titulares internacionales, de meros figurines de la cultura popular han llegado a la infame categoría de Estafadores nivel Leyenda.

Expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han emitido un fuerte rechazo a la presentación realizada por el “periodista”, calificándola como un “fraude pseudocientífico”. En una conferencia de prensa titulada “¿Extraterrestres o esqueletos de llamas? Ante crédulos y charlatanes, la ciencia responde”, los académicos denunciaron a Maussan como un “charlatán profesional”.

Alejandro Frank, del Instituto de Ciencias Nucleares y Centro de Ciencias de la Complejidad (C3) de la UNAM, expresó su preocupación por la invitación de Maussan a hablar ante los diputados, señalando que esto ha puesto en entredicho la racionalidad y objetividad científica en México. Frank destacó que el país se enfrenta a problemas graves como el cambio climático, las guerras y las pandemias, y que centrarse en las afirmaciones conspiracionistas de Maussan es una distracción innecesaria.

El experto enfatizó que Maussan ha utilizado su fama para promocionar productos y afirmaciones pseudocientíficas, incluyendo productos contra el COVID-19 que fueron rechazados por la Cofepris. Además, señaló que la pseudociencia no es solo una molestia, sino que también puede ser peligrosa en muchas ocasiones.

Los académicos hicieron un llamado a la comunidad científica y a la sociedad en general a defender el derecho humano a la ciencia y a participar en proyectos respaldados por evidencia científica en lugar de dar cabida a posturas pseudocientíficas. En última instancia, enfatizaron la importancia de promover la ciencia y la racionalidad en un momento en que el mundo enfrenta desafíos significativos.

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Jaime Maussan director del programa Tercer Milenio y encargado de conducir una histórica sesión en el Congreso mexicano...
Jaime Maussan, director del programa Tercer Milenio y encargado de conducir una histórica sesión en el Congreso mexicano sobre los Fenómenos Anómalos No Identificados (FANI), antes llamados OVNI. Medios y Media/Getty Images

Abusar del prestigio de la UNAM

La manipulación de la audiencia utilizando el prestigio de instituciones respetadas, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es una práctica lamentablemente común en el mundo de las afirmaciones pseudocientíficas y las teorías de conspiración. Jaime Maussan, como comunicador y ufólogo, tiene una responsabilidad especial en cuanto a cómo presenta la información al público.

En este caso, sacar de contexto la prueba de Carbono 14 en las muestras presentadas es un claro intento de manipulación. Presentar resultados científicos sin el contexto adecuado puede llevar a conclusiones erróneas y crear una impresión falsa. Utilizar la reputación de la UNAM para respaldar afirmaciones sin fundamento es engañoso y socava la integridad de la investigación científica.

El énfasis en que el estudio de carbono 14 realizado por la UNAM solo puede determinar la edad de los objetos, no su procedencia, es un punto crucial. Esto demuestra que, si bien podemos datar objetos antiguos, no podemos saltar a conclusiones sin evidencia sólida sobre su origen.

La observación de que el término “no humano” no necesariamente se refiere a formas de vida extraterrestre, sino que incluye a otras formas de vida en la Tierra, es especialmente relevante. La diversidad de la vida en nuestro propio planeta es asombrosa y aún estamos descubriendo nuevas especies constantemente. Esto subraya la necesidad de una investigación científica rigurosa antes de hacer afirmaciones audaces sobre la procedencia de los restos biológicos.

La falacia del ADN

La exagerada afirmación de Jaime Maussan sobre la comparación del ADN de los seres “no humanos” que presentó con un millón de secuencias de ADN es otro ejemplo de cómo distorsiona la información para respaldar sus afirmaciones pseudocientíficas. Esta afirmación no solo es inexacta, sino que también es engañosa.

La aclaración de los expertos de la UNAM de que solo existen alrededor de 50 mil secuencias nativas o silvestres de ADN publicadas es crucial para comprender la falta de fundamento en las afirmaciones de Maussan. Comparar el ADN con un millón de secuencias crearía la impresión de un análisis exhaustivo y científicamente riguroso, cuando en realidad no se ha llevado a cabo un estudio de esa magnitud.

La Ciencia detrás del fenómeno OVNI vs las fantasías de Maussan

La investigación sobre vida extraterrestre y el fenómeno OVNI es un campo legítimo de estudio en la ciencia, y se han realizado investigaciones serias y rigurosas sobre estos temas. Sin embargo, la presencia de figuras como Jaime Maussan, que promueven afirmaciones sin fundamentos sólidos y recurren a prácticas pseudocientíficas, puede entorpecer y dañar la credibilidad de la investigación científica legítima en estos campos.

La búsqueda de vida extraterrestre, por ejemplo, se lleva a cabo mediante el estudio de exoplanetas, la búsqueda de biomarcadores en otros mundos, y la exploración de lugares potencialmente habitables en nuestro propio sistema solar. Organizaciones como la NASA han dedicado recursos significativos a investigar estos temas, y los científicos están utilizando observatorios avanzados y telescopios espaciales para buscar signos de vida en el cosmos. Además, se están desarrollando misiones espaciales específicas para explorar planetas y lunas que podrían albergar vida en formas que aún no comprendemos completamente.


En cuanto al fenómeno OVNI, algunos científicos y organizaciones, como el Proyecto Libro Azul de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en la década de 1950, han investigado informes de avistamientos de objetos voladores no identificados de manera seria y metódica. Sin embargo, la gran mayoría de estos informes se han explicado como fenómenos naturales, errores de identificación o actividades militares. La falta de evidencia concluyente de visitas extraterrestres en estos casos respalda la necesidad de una investigación científica rigurosa y escéptica.

Lo importante aquí es comprender que la ciencia es un proceso sistemático y riguroso que busca comprender el mundo que nos rodea a través de la evidencia y la razón. Su fuerza radica en dos principios fundamentales: falsabilidad y replicabilidad.

La falsabilidad significa que cualquier afirmación científica debe ser susceptible de ser probada incorrecta. Esto es esencial porque impulsa a los científicos a someter sus ideas y teorías a pruebas rigurosas, en lugar de aceptarlas dogmáticamente. La ciencia se basa en la idea de que ninguna afirmación es sagrada y que cualquier concepto debe estar abierto a críticas y refutaciones.

La replicabilidad significa que los resultados de un experimento o estudio científico deben poder ser reproducidos de manera independiente por otros investigadores. Esto garantiza que los hallazgos científicos no sean simplemente producto de errores o sesgos aleatorios, sino que sean confiables y sólidos.


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El escepticismo es una parte fundamental de la investigación científica. Los científicos no buscan confirmar sus creencias preexistentes, sino que buscan activamente evidencia que pueda refutar sus hipótesis. Esta mentalidad crítica y abierta es lo que hace que la ciencia sea una herramienta poderosa para obtener información precisa y confiable sobre el mundo natural.

Por otro lado, las pseudociencias a menudo operan de manera opuesta. Utilizan el sesgo de confirmación, que es la tendencia a buscar y dar importancia solo a la evidencia que respalda sus creencias preexistentes, mientras que ignoran o descartan la evidencia que las contradice. Esto les permite mantener afirmaciones no fundamentadas y persuadir a las masas sin evidencia sólida.

Además, suelen evitar la replicabilidad y la revisión por pares, lo que significa que sus afirmaciones no pueden ser verificadas de manera independiente por la comunidad científica. En cambio, se basan en testimonios anecdóticos y evidencia selectiva para respaldar sus afirmaciones.

La falta de compromiso de Jaime Maussan con las prácticas científicas sólidas, como la publicación en revistas indexadas y la revisión por pares, socava la credibilidad de sus afirmaciones. En lugar de someter sus hallazgos a este sistema riguroso de revisión, Maussan opta por presentar sus afirmaciones en foros no científicos, como conferencias de prensa o programas de televisión sensacionalistas. Esto le permite evitar el escrutinio crítico de la comunidad científica y promocionar sus ideas de manera poco rigurosa. Lo único diferente hoy con los muñecos de Nazca y el Chupacabras es el nivel al que lo ha llevado al presentarlo en el Congreso de la Unión.

Jaime Maussan durante su presentación en el Congreso. Foto: Getty Images.

El Congreso abierto a los charlatanes y el legado de Maussan

La apertura del Congreso Mexicano para figuras como Jaime Maussan es un reflejo de un problema más amplio en la cultura mediática y científica del país. Durante décadas, México ha sido testigo de una desinformación desenfrenada, perpetuada en gran parte por los medios de comunicación más influyentes, como Televisa y TV Azteca. Estos canales de televisión han brindado un espacio a brujos, lectores de tarot, adivinas, a un pulpo que predecía los resultados de un mundial de fútbol e incluso a Javier Alatorre presentando las noticias del Chupacabras en el horario estelar del noticiero de TV Azteca en los años 90’s; una mezcla perfecta para erosionar la credibilidad de la ciencia y promover ideas conspiranoicas.

Por otro lado, también es indignante que la Cámara de Diputados haya abierto sus puertas a alguien como Maussan, mientras las madres y familiares de personas desaparecidas, pueblos originarios que sostienen luchas y resistencias contra grandes megaproyectos y activistas de derechos humanos han solicitado al gobierno federal audiencias públicas y foros donde puedan expresar sus necesidades y preocupaciones legítimas.

El reciente episodio en el Congreso Mexicano solo destaca su habilidad para perpetuar su negocio a expensas de la credibilidad y la investigación científica genuina y por lo tanto me atrevo a afirmar que al hacerlo en un foro tan importante para la democracia en México, ha elevado su estatus como el más grande estafador de todos los tiempos en este país, ese es su verdadero legado y sería interesante saber que sentimientos personales le despierta poseer está lamentable distinción en una nación donde pululan los estafadores dedicados a explotar una tendencia genuina e incluso noble de una buena parte de la población a creer en narrativas que pertenecen al campo del pensamiento mágico1Debo aclarar que me parece importante comprender que existen otros saberes de suma relevancia para relacionarnos con el mundo que nos rodea; incluso me parecen válidas las posturas personales que toman como referentes existenciales narrativas que se alejan del rigor científico. He defendido en textos anteriores que todas las opiniones son igualmente lógicas en relación con el sistema que las produce y las contiene; por ejemplo, hay personas que tienen un profundo conocimiento de áreas como la astrología y que utilizan sus postulados para enfrentar su día a día. Por supuesto no creo mínimamente en la validez de dichos postulados pero reconozco su importancia para esas personas [la misma relación que tengo frente a quienes profesan alguna religión, a pesar de que me declaro agnóstico]. El problema es el abuso que se produce cuando personajes como Maussan explotan estos temas para hacer negocios, manipular a las masas e instalar creencias que pueden hacer un daño enorme para muchos [como los artífices del movimiento antivacunas].

¿Qué sentirá Maussan al inscribir su nombre en la historia como uno de los más grandes mentirosos, en un México donde se diluyen las fronteras entre estos estafadores y una clase política que también aprovecha esta tendencia general a creer, a olvidar o a minimizar la estafa, para fortalecer sus carreras profesionales a base del engaño a toda una sociedad que sigue esperando mejoras en su nivel de vida?

La urgencia de una Ley Antisectas

Por último, creo que es importante compartir una ingenua esperanza. Este incidente subraya la necesidad urgente de discutir la implementación de una Ley Antisectas en México. El vacío legal que permite que individuos como Maussan perpetúen sus afirmaciones sin fundamento y su influencia en la esfera pública es un problema serio, especialmente en un momento en el que el país enfrenta desafíos críticos de seguridad, crisis económicas y derechos humanos. La libertad de culto es un derecho importante, pero debe equilibrarse con la responsabilidad de garantizar que no se promuevan estafas y afirmaciones infundadas que socavan la búsqueda de la verdad y la integridad científica. Y sobre todo que no le roben el derecho al conocimiento a un pueblo golpeado por el bajo nivel educativo y las desigualdades socio económicas.

La disparidad en la atención que se le ha dado a Maussan y sus muñecos (¡justo en época electoral!) y el apoyo que se le demuestra, ya sea por auténtica fe o porque el pueblo mexicano se distingue por aceptar y valorar lo increíblemente absurdo como parte de su identidad, nos ilustra la urgente necesidad de mejorar la cultura científica en México, algo esencial para abordar los desafíos reales que enfrenta el país, como el cambio climático, la salud pública y la justicia social.

Es hora de poner fin a décadas de desinformación y de fomentar un espíritu crítico y científico en la sociedad mexicana. Esto implica no solo un cambio en los medios de comunicación, sino también en la educación y la promoción de la ciencia como una herramienta fundamental para el progreso y el bienestar de la nación.

Texto de Jesús V. Huerta con información de El País, The Handbook of Mummy Studies, México Desconocido, Wired y Date Un Vlog.

 

Referencias

Referencias
1 Debo aclarar que me parece importante comprender que existen otros saberes de suma relevancia para relacionarnos con el mundo que nos rodea; incluso me parecen válidas las posturas personales que toman como referentes existenciales narrativas que se alejan del rigor científico. He defendido en textos anteriores que todas las opiniones son igualmente lógicas en relación con el sistema que las produce y las contiene; por ejemplo, hay personas que tienen un profundo conocimiento de áreas como la astrología y que utilizan sus postulados para enfrentar su día a día. Por supuesto no creo mínimamente en la validez de dichos postulados pero reconozco su importancia para esas personas [la misma relación que tengo frente a quienes profesan alguna religión, a pesar de que me declaro agnóstico]. El problema es el abuso que se produce cuando personajes como Maussan explotan estos temas para hacer negocios, manipular a las masas e instalar creencias que pueden hacer un daño enorme para muchos [como los artífices del movimiento antivacunas]
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