‘Minotaurio’, teatro que aborda el dolor de vivir en un centro penitenciario

Se trata de una obra que parte de una serie de escritos que los presos elaboraban sobre diversos temas como la memoria, la identidad, el olvido, los sueños, los recuerdos, la nostalgia, el encierro y la libertad.

“El proyecto Minotauro surge de una investigación realizada en centros penitenciarios del país y fue apoyado por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes a través del Programa de Creadores Escénicos en 2017. A partir de este apoyo se realizaron una serie de talleres en estos lugares donde obtuve mucho material sensible para hacer la obra”.

Así lo señaló Patricia Yáñez, actriz y dramaturga del monólogo, que será presentado en la Sala CCB del Centro Cultural del Bosque, del 8 de marzo al 15 de abril, los jueves y viernes a las 20 h, sábados a las 19 h y domingos a las 18 h.

La actriz explicó que se trata de una obra que parte de una serie de escritos que los presos elaboraban sobre diversos temas como la memoria, la identidad, el olvido, los sueños, los recuerdos, la nostalgia, el encierro y la libertad, así como de textos de los escritores Julio Cortázar y Jorge Luis Borges.

“La obra plantea el tema de las personas en condición de encierro, qué es lo que pasa con ellas, sin enjuiciarlas, sino con un acercamiento más allá de lo que pueda generar el problema social que implica y de lo que un preso pueda vivir, sentir o pensar”, expresó la dramaturga.

Explicó que dentro de la experiencia que vivió en los penales pudo apreciar la diferencia que existe en esos lugares entre los hombres y las mujeres.En México las mujeres están más abandonadas que los hombres y cuando iba a dar los talleres veía como no las iban a ver, también pude apreciar la problemática sobre el abandono, algo que se plasma en la obra”, señaló la también actriz.

Sobre los retos que implica dar vida al personaje de Tori, basado en un mito griego donde se es mitad mujer y mitad toro, Yáñez dijo que decidió usar el mito porque engloba esta condición humana:  “Uno de los retos que surgió con este personaje fue no enjuiciarlo o victimizarlo, sino ponerme en su lugar y mostrar al personaje tal cual es, que lucha contra sus dos fuerzas y que necesita ser una mujer avalada por ella misma y por la familia.

“Es un personaje con mucha dignidad, algo que prevalece mucho en la gente en situación de encierro. El ser humano es capaz de adaptarse a lo peor de uno mismo y del entorno; en la obra queremos plasmar esa condición humana más allá de lo que la sociedad dicta, con la supervivencia a las condiciones destructivas de uno mismo. El trabajo del actor es encarnar un personaje para poder comprender algo más humano”, afirmó.

En la obra Minotauro, la escenografía e iluminación estuvo a cargo de Erika Gómez, la asesoría de la dramaturgia y el trabajo actoral contó con el apoyo de Ginés Cruz, además de la colaboración El coro de los otros, una agrupación que surge en el Centro Universitario de Teatro de la UNAM y que está interesada en dialogar con problemas específicos de nuestro contexto actual.

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Erika Gómez explicó que la escenografía se creó bajo el principio de generar la sensación de encierro y como el ser humano se debe de adaptar a las situaciones. Es un elemento que rompe con el cliché de las cárceles con barrotes y apela al juego de sombras y a los cuadros de concreto que los presos terminan pintando para hacerlos suyos.

“Es un cubo realizado para mostrar como el ser humano se debe adaptar a las condiciones de encierro, a una cárcel donde todo es gris y que no es muy distinto a otros espacios a donde se ha visto en la necesidad de vivir como las casas que tienen espacios muy reducidos o los campamentos actuales”, finalizó la escenógrafa.

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