Quien no me conoce, no conoce México: 80 años del Salón Los Ángeles

I

Un gran letrero neón indica que es el sitio correcto. Hay pocas personas formadas por lo que el acceso es rápido. Tras un vestíbulo rojizo, la mirada no tarda en fijarse en las decenas de parejas sobre la pista. Y de allí será difícil apartarla.

Son las 19:30 y no ha pasado mucho desde que las bocinas comenzaron a sonar pero ya hay gotas en varias frentes. Hoy, además del sudor, otra constante será el desfile de vestidos y trajes.

La mayoría de las mesas dispuestas alrededor de la pista están ocupadas. Las que no, tienen un letrero que señala una reservación. Dónde ya se ven bolsos también hay vasos y botellas: casi todas son de refrescos y bebidas aguardentosas. Pocas cervezas.

Foto: Yair Hernández

Sobre el escenario, Pepe Luis y su Orquesta Universitaria no dan tregua al silencio. Un minuto hay 300 personas y un minuto después 301. El acceso es proporcional al tiempo y eso que todavía no cae la noche.

Porque cuándo el sol se oculte, el ritmo va a acelerar, la pista se desbordará hacía los pasillos y hasta el jefe de gobierno de la ciudad se hará presente.

Hoy, miércoles 2 de agosto, no hay un evento cualquiera.

Hoy el Salón Los Ángeles celebra 80 años, y, quien no lo conoce, no conoce México.

II

Una carbonera y una pensión para camiones. El predio que hoy ocupa el número 206 de la calle Lerdo, en el barrio Nuestra Señora de Los Ángeles, en la colonia Guerrero, antes de 1937 guarecía carbón y camiones.

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Fue a mediados de ese año que Miguel Nieto Alcántara le dio otro origen al calor que emanaba de aquella dirección: el baile.

Influenciado por el hoy desaparecido Salón La Playa, don Nieto comenzó a forjar la historia del que a la postre se convertiría en el bastión del baile en México: el Salón Los Ángeles.  

Foto: Yair Hernández

Aquella pista, su mejor herencia, pasó de Nieto a Nieto: primero a su hijo  Nieto Hernández y luego a su nieto Miguel Nieto Applebaum, actual encargado junto a su madre Armida Applebaum de Nieto.

De 1937 a 2017 se cuentan 80 años en los que el Salón Los Ángeles, además de bailes, ha sido sede de todo: películas (Esquina bajan, 1948; Danzón, 1991; Cantinflas, 2014), videoclips (El microbito, Fobia, 1997; La Rubia y El Demonio, Panteón Rococó, 2008), programas de televisión (Son…eros; Sense 8), shows en vivo (Aventurera), aniversarios literarios (40 años del libro “La Región más Transparente”, 1998), festivales alternativos (Festival Antes, 2013)  y shows de stand up (Simplemente Manu NNa, 2017).

Y recibido a todos: Celia Cruz, José Saramago, Benny Moré, Diego Rivera, Fidel Castro, Cantinflas, María Félix, Lilia Downs, Pérez Prado, Carmen Salinas, dentistas, albañiles, meseras, diputadas, futbolistas, corresponsales, barrenderos, norteños, vecinos, sureños, niños, embarazadas, a Juan, Mariana, Pepe, Rosa, Laura, Nicolás, Romina y Marcelo.

29,200 días de historia. Y contando.

III

“Yo bailo aunque no tenga pareja porque a eso vengo. Hay quien lo ve mal por bailar sola pero es lo que me gusta. Hoy vine con una amiga. El fin no pude venir pero hoy sí, tenía que estar en la celebración, tiene años que vengo.

Foto; Yair Hernández

Está caro por lo mismo, por el aniversario, pero los boletos me los gané en Radio Educación.  Conocía a alguien que trabajaba allí  y hace como 15 años hubo un evento privado aquí para periodistas, entonces me invitó. Estuvo increíble: estaba medio vacío pero tocaron estos dos grandes… uno apenas vino… Willie Colón y otro de su nivel. Fue maravilloso, había comida y bebidas gratis.

No creo quedarme hasta que acabe porque va a empezar a llegar más gente y ya no se va a poder bailar bien, entonces voy a seguir bailando”.

Ana (67 años)  

IV

Pepe Luis y su Orquesta Universitaria, la Orquesta Antillana de Arturo Núñez,  Danzonera Acerina, los 15 campeones de Carlos Campos, Conjunto África y La Autentica Santanera de Gildardo Zarate fueron los conjuntos responsables de provocar el baile el miércoles 2 de agosto, segundo día de celebración por los 80 años del Salón Los Ángeles.

El sábado anterior, 29 de julio, la Sonora Matancera, Sonora Dinamita, Pérez Prado, Son14 de Cuba, Héctor Infanzón y su orquesta, y Ramón Cedillo con su Big Band iniciaron la celebración.


Aunque en opinión de algunos  asistentes el segundo día no fue tan concurrido cómo el primero, concuerdan en que el  ambiente se mantuvo esplendido.

Foto: Yair Hernández
Foto: Yair Hernández

Los que apañaron accesos previos a la segunda jornada pudieron restarle 50 pesos a los 300 del costo. Un precio elevado comparado con el que normalmente se maneja en el salón pero había que tener en cuenta el talento presente sobre el escenario.

En la pista el ir y venir de los cuerpos fue una vorágine de edades y tonalidades: una en sus setentas con vestido de lentejuelas morado, un viejo pachuco con su `zoot suit`  naranja, esa veinteañera con falda negra, ese cuarentón con guayabera blanca, aquella en sus treintas a la que era imposible no verle los tacones plateados y aquel que apenas pasa de los veinte con un pantalón azul cielo planchado a raya.

Pero todos virtuosos de sus pasos, porque cómo dijo Monsiváis sobre un sitio similar: “aquí no hay amateurs, solo profesionales que actúan gratis”.  


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V

Apuntes sobre la pista de baile:

1.”Tienes que mover los pies, no la cadera. Y es más rápido, sigue el ritmo. Uno, dos, tres, uno, dos. Mira mis pies, doblo las rodillas cuando los junto. Uno, dos, tres, uno, dos. Lo que importan son los pies, ellos llevan el ritmo, ya dominándolo puedes ir alternando pasos. Uno, dos, tres, uno, dos. No muevas tanto la cadera. No es tan difícil, al principio es cansado pero por eso hay que bailar seguido”.

Luis (51 años)

  1. “Vamos en medio de la pista para que nadie note si nos equivocamos. No se ve tan difícil, es lento. Pero ¿ya viste que se detienen? Hay una parte en las canciones que marca eso, creo es cuándo va rápido. Solo hay que estar atentos y copiar los pasos. Mira, ellas llevan la mano libre arriba, muy vertical. Es lento pero van girando y dando vueltas. Vamos a intentarlo, solo marca un cuadro,  mira a los de a lado”.

Gisela (21 años)

VI

La Danzonera Acerina está sobre el escenario.

Después de las diez de la noche las cabelleras canosas dominan y se mueven con mayor soltura sobre el entablado. Esos que afuera podrían parecer lentos aquí son fieras cadenciosas.

Hace rato se dejó ver Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno de la ciudad, para develar una placa por el aniversario. Luego se fue. Ni un danzón se aventó.

Foto: Yair Hernández

Mientras tanto, las cámaras de televisión siguen capturando la extravagancia de los vestuarios y los pasos, y los meseros van de un lado a otro. Todavía falta mucho para que el sonido se apague. Además, va la Santanera.

¡Perfume de gardenias!

“Un Honda negro, favor de moverlo antes de que se lo lleve la grúa”, dice alguien por el micrófono.

Con la cercanía de la medianoche algunos comienzan a irse; celebrar al octogenario que ha sido de todo y de todos no justifica una inasistencia al trabajo.

Fuera del recinto, algunos policías vigilan mientras los vendedores de garnachas hacen su agosto. No hay mucho ajetreo, el barrio está tranquilo: es bravo pero también duerme.

Pasando la Avenida Ricardo Flores Magón, del lado de Tlatelolco, aún se escucha el retumbe de bocinas y se ve el letrero neón sobre la puerta de acceso: “Quien no conoce Los Ángeles no conoce México”.

Mientras esas letras se iluminen cada noche de martes y domingo, el baile, el danzón, los vestidos de lentejuelas, las orquestas y los pachucos seguirán desfilando por la colonia Guerrero.

Mientras esas letras brillen, el único pesar será el de las suelas.

Mientras esas letras no se apaguen, habrá un sitio que defina lo que es México.

Foto: Yair Hernández

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