El Iron Man mexicano que podría mejorar la vida de millones de personas

Cuando Ernesto Rodriguez Leal era un niño, jugaba béisbol y le gustaban las historias de ciencia ficción en las que los robots tenían un papel importante: mejorar la vida de las personas. “Me imaginaba que en el futuro se podrían resolver problemas con la robótica”, confiesa el emprendedor. Su fascinación por las máquinas la heredó de su abuelo, un mecánico a quien veía constantemente desarmar motores de coches, y de su padre, quien es ingeniero mecánico.

Ernesto miró con tristeza el deterioro de su abuelo y el de su propio padre, así que decidió dedicar gran parte de su vida para crear tecnología capaz de usar señales cerebrales y musculares para determinar el instante en el que las articulaciones del cuerpo requieren de fuerza para moverse, un desarrollo que puede mejorar la calidad de vida de su padre y la de millones de personas que pierden capacidades a medida que envejecen.

Tras diez años de investigación en robótica aplicada a la industria, Rodríguez, que es profesor e investigador del Instituto Tecnológico de Monterrey, encontró la oportunidad de ayudar a su padre a recuperar la movilidad que estaba perdiendo en piernas y brazos, debido a un desgaste en las articulaciones. Así, con ayuda de un equipo de estudiantes de posgrado, creó un traje electromecánico que le ayuda a controlar sus extremidades.

Hoy Rodríguez tiene 37 años y un doctorado en robótica. Y su emprendimiento, WeaRobot, ha concursado en varios certámenes a escala internacional en Silicon Valley. El camino no ha sido fácil, pues ha sido complicado encontrar inversionistas debido a que la tecnología médica necesita más inversión y conlleva más riesgo, así como mayor regulación. “Eso espantaba un poco a los inversionistas”, reconoce.

En 2015, el equipo recibió apoyo de Startup México; ahí se incubaron y salieron del laboratorio para validar el exoesqueleto frente a más de 1,600 personas entre usuarios, pacientes, médicos y enfermeras.

El año pasado el proyecto fue parte de un programa de alto impacto del Texas Medical Center Accelerator (TMCx) que ayuda a los emprendedores que incursionan en la medicina. “WeaRobot fue el único emprendimiento fuera de Estados Unidos seleccionado para participar”, presume Rodríguez.

El objetivo principal de este emprendedor es crear un aparato ‘democratizable’, que sea económico para que la gente tenga acceso a rehabilitación física. Por ello, para este 2017 planea vender sus dispositivos modulares a un costo menor a mil dólares, mientras que en el mercado pueden costar hasta 40 mil dólares. En un inicio, se comercializarán a través del sitio web de WeaRobot en México, Estados Unidos y Canadá.

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En estos tres años WeaRobot ha participado en varios programas de alto impacto que le ha llevado a entender cuál es la ruta de comercialización correcta para cada uno de los productos que han desarrollado, pues desde el pasado noviembre cuenta con tres diferentes: dos para rehabilitación (uno para lesiones leves y otro para padecimientos graves) y una línea de entretenimiento en la que se utilizan los exoesqueletos como parte de un videojuego.

Así, Rodríguez y su equipo buscan ‘gamificar’ la rehabilitación por medio de realidad virtual, a través de juegos en los que se requiere que el paciente mueva cierta parte del cuerpo. En Monterrey, ya funciona un prototipo para rehabilitar brazos en el Hospital Zambrano Hellion.

Ernesto Rodríguez sigue creyendo que los robots mejorarán la vida de las personas, así como lo creía desde que era niño. “En los pacientes se ve la esperanza de que la tecnología puede mejorar su vida y eso es una inyección de energía positiva y de motivación para seguir adelante. Nuestra generación verá cómo la robótica se convierte en una realidad y formará parte de nuestra vida”.

Con información de Entrepeneur y TEDx

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