Participación: El reto ciudadano frente a la transparencia

Gabriela Velasco/Coparmex Puerto Vallarta

El reto más grande al que se enfrenta el ciudadano que se encuentra en la búsqueda de la transparencia en México se llama: PARTICIPACIÓN, sin dejar de mencionar que el compromiso es un elemento imprescindible que acompaña a este desafío de procurar una cultura de legalidad. Si bien la hiperconectividad en la que nos encontramos nos permite procesar la información de manera casi inmediata y tener acceso a lo que sucede en el resto del mundo, así como participar en el debate público internacional, sus efectos no han sido suficientes para repercutir en plenitud sobre el actuar de los ciudadanos.

La participación y compromiso con las causas que promueven la transparencia no han logrado multiplicarse a la velocidad de los “likes” y los hashtag. Un gran porcentaje de habitantes continúan anclados a la zona de confort, lo que les permite reclamar pero no accionar, compartir las mofas derivadas de actos de corrupción, pero no hacer algo para previnirla.
Considerando al ciudadano como un cliente cada vez más demandante, podemos entender que al margen de lo que la ley prevé, busca tener acceso a mayor información, de manera minuciosa y casi inmediatamente, pero aun contando con la información no es suficiente para que el fenómeno de la transparencia ocurra. Partiendo de lo propuesto por el Colectivo CIMTRA, la transparencia se da cuando elementos como el acceso a la información, la rendición de cuentas y la democracia existen, porque la transparencia va más allá de la información expuesta por los entes públicos.

De igual manera, la participación ciudadana va más allá de las quejas y exigencias de los habitantes, requiere de un ejercicio recíproco y constante de acciones encaminadas a impulsar el desarrollo de la comunidad y la democracia participativa. Para comenzar debemos deslindar el concepto de participación ciudadana de los ejercicios electorales y partidos políticos, su asociación nos impide ver con claridad el poder y alcance de los ciudadanos que cruzan la línea de la virtualidad y comienzan a accionar para generar los cambios necesarios.

Aun cuando los procesos de participación más evaluados son los electorales, son sólo un reflejo macro de nuestro diario vivir dentro de cada núcleo social en el que nos encontramos inmersos de manera natural: familia, juntas vecinales, mesas directivas escolares, asociaciones civiles, sindicatos, grupos culturales, etc.

Coparmex PV 1

Aunque la cultura de la participación no se ha consolidado en nuestro país, las áreas de oportunidad para generar una participación de calidad son bastas, aunque no todos los ciudadanos estamos dispuestos a pagar el precio de invertir nuestro tiempo abanderando causas aunque consideremos que valen la pena. La Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP) señala como bajo el porcentaje de participación en México, en 2008 la participación ciudadana en organizaciones civiles era menor al 10% y el porcentaje más elevado se reflejaba en las asociaciones de padres de familia. En esos núcleos se registraban el 19% de participación, en comparación con la última encuesta realizada en 2012 el porcentaje de ciudadanos participando apenas incrementó en un 3 %.

Tomar un rol activo para procurar la transparencia requiere de una inversión de tiempo, dinero y esfuerzo, generar acciones específicas, compartirlas y persistir a pesar de los obstáculos que se puedan presentar. El proceso de involucrar a otros es de suma importancia y requiere también de una vocación peculiar.

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Para que los cambios sean significativos es necesario que un porcentaje alto esté involucrado y se presenten las exigencias y demandas en bloque, que se le de importancia mayor al interés común y beneficios colectivos por encima de los reclamos personales.

Los campos de acción para los ciudadanos que se encuentran en la búsqueda de la transparencia son muchos y van desde la integración a alguna asociación civil hasta la creación de iniciativas ciudadanas.

Quienes estamos involucrados en promover la transparencia y los ejercicios de participación, debemos estar dispuestos también a cambiar la estrategia. Nos enfrentamos a una sociedad que dispara likes a diestra y siniestra pero se desconecta cuando se le pide participar e involucrarse en promover iniciativas que le benefician.

Si bien de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas, 70 por ciento de los mexicanos consideraban que su participación puede influir poco o nada en las decisiones del gobierno, hoy en día vemos con agrado que los paradigmas están cambiando y pronto lo harán también las percepciones. Tenemos como ejemplo, la Iniciativa de Ley 3 de 3, una oportunidad para participar activamente y comenzar a cambiar el rumbo de nuestro país. Las 120 mil firmas que se necesitan reunir, para ingresar la iniciativa al Congreso de la Unión, sin duda alguna serán el fuego perfecto que probará nuestro compromiso y participación como ciudadanos.

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