Mochila de vida: qué llevar y por qué es clave para enfrentar un desastre en México

En un país donde la tierra tiembla, el cielo se rompe con tormentas y el mar amenaza con huracanes, la cultura de la prevención es más que una formalidad: es una necesidad cotidiana. Con el Primer Simulacro Nacional 2025 programado para este 29 de abril a las 11:30 horas, el Gobierno de México busca fomentar esa conciencia colectiva que permite actuar con serenidad cuando el caos golpea. El ejercicio recreará un sismo hipotético de magnitud 8.1 en el Golfo de Tehuantepec, Oaxaca, y activará alertas sísmicas en varias entidades.
Pero más allá de evacuar edificios y recibir notificaciones en el celular, el simulacro viene con una llamada clara: prepara tu mochila de vida. Esta herramienta, sencilla pero vital, es una suerte de “kit de supervivencia” que puede marcar la diferencia entre enfrentar una emergencia con recursos o con las manos vacías.
¿Qué es y por qué importa una mochila de vida?
La “mochila de vida” no es un invento nuevo ni una moda reciente. Es un dispositivo de autogestión frente a desastres naturales, promovido por el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) y la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC), entre otras instituciones. La lógica es clara: cuando el entorno se vuelve hostil y los servicios colapsan, tener alimentos, agua, documentos y herramientas a la mano puede ser la diferencia entre la confusión y la acción.
Los fenómenos naturales que amenazan a México no son hipotéticos: huracanes, inundaciones, incendios, tornados, terremotos y erupciones volcánicas son parte del calendario anual del país. En temporada de huracanes —que inicia el 15 de mayo en el Pacífico y el 1 de junio en el Atlántico—, el riesgo se multiplica. Y cuando se cruzan con la geografía sísmica de México, donde convergen cinco placas tectónicas, la preparación no es opcional: es urgente.
¿Qué debe incluir esta mochila?
La CNPC y el Sinaproc coinciden en una serie de elementos imprescindibles, que pueden dividirse en cuatro categorías:
- Supervivencia básica: agua embotellada, alimentos no perecederos (incluyendo comida para bebés y mascotas), papel higiénico, muda de ropa, cobija y pañales si hay menores.
- Salud y seguridad: botiquín de primeros auxilios, medicamentos personales, silbato, linterna, radio con pilas, encendedor o cerillos.
- Identidad y comunicación: documentos oficiales (acta de nacimiento, INE, pasaporte, escrituras, testamento, pólizas de seguro), respaldos digitales en USB y fotografías de los integrantes del hogar.
- Herramientas útiles: libreta, pluma, directorio telefónico, dinero en efectivo, duplicado de llaves y un abrelatas manual.
Es fundamental que cada integrante de la familia tenga una mochila adaptada a sus necesidades. Las autoridades incluso han promovido la preparación de una mochila especial para animales de compañía —la llamada “Pet-taka”— que incluya agua, alimento, correa, identificación y su cartilla de vacunación.
Un simulacro que debe ser más que rutina
Este 29 de abril, se enviará una alerta con sonido y mensaje a más de cinco millones de teléfonos móviles, especialmente en la Ciudad de México. El mensaje advertirá del simulacro de sismo con texto claro: “Se activó la alerta sísmica el 29 de abril del 2025 a las 11:30 H. Sensor cercano a Tehuantepec, Oaxaca. #Este es un simulacro”.
Sin embargo, el desafío no está solo en salir del edificio o ponerse bajo una mesa. Está en tener listos los recursos que, al día siguiente, permitan comer, dormir y demostrar quién eres si tu vivienda desaparece. Como dice la CNPC: “Nunca se sabe qué papel viviremos cuando se presente una emergencia”.
En ese sentido, preparar la mochila de vida no es alarmismo; es aceptar que en un país de riesgo constante, sobrevivir también es un acto de organización.