La política se explica

En las últimas semanas, en diversas tertulias y medios de comunicación he escuchado repetidamente la frase: si lo tienes que explicar, ya perdiste. Lo he escuchado en diferentes contextos: ya sea sobre una campaña de comunicación disruptiva o sobre las decisiones políticas que en tiempos electorales, diversos protagonistas políticos toman (Kumamoto o Zaldívar, por ejemplo). Aunque todo con matices, no coincido del todo con la lectura, habrá casos y contextos en específico donde al explicar, pierdes; sin embargo, en general, creo que cuando se trata de política: la política se explica.

Cuando Kumamoto decidió unirse a una coalición electoral, algún periodista le cuestionó: “no te puedes pasar todo el tiempo explicando tus decisiones”; “lo que sea necesario”, respondió el regidor. Luego Arturo Zaldívar repetía y repetía que estaba dispuesto a explicar sus razones y circunstancias; aunque alguna sólida no ha llegado, la realidad es que la explicación resulta necesaria en la política.

Habermas escribió hace mucho sobre la utopía del espacio público, ese que debe ir cargado de participación y deliberación, de explicación política. Múltiples encuestas y estudios repiten una constante desafección política, y desafortunadamente, democrática también. ¿Cómo acercar a las personas a la política, si no es por medio de la explicación?, ¿cómo involucrar a la ciudadanía en las elecciones si no es por la información explicada? Por eso, estoy convencido de que la política se explica, aunque las decisiones sean polémicas o un elemento a comunicar no sea tan claro y necesite explicación, la naturaleza del espacio público tiene una carga explicativa y pedagógica.

La pedagogía política y pública de eso va, de explicar los alcances de la política, los elementos básicos de la toma decisiones y de las elecciones. Las precampañas, que es el periodo en el que nos encontramos en las elecciones mexicanas, debe tener mucha carga de explicación por todos los actores: candidaturas, medios de comunicación, autoridades electorales y medios de comunicación: explicar, explicar y explicar.

Por un lado las candidaturas deberán explicar las motivaciones de su postulación, explicar su trayectoria, su perfil, en un primer momento, según las normas electorales, ante sus militantes y simpatizantes, y después una vez que tengan el cargo de candidatas o candidatos, ante la ciudadanía en general: explicar sus propuestas en medio ambiente, en economía o en política fiscal y sus diferenciadores con la propuesta contraria.

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Los partidos políticos, en su mayoría, deberán explicar las razones de la alianza o coalición a la que se sumaron y las motivaciones de seleccionar a sus candidaturas o precandidaturas; deberán explicar su razón de ser y convencer que son la mejor opción.

Por su parte, los medios de comunicación son el principal explicador político de las contiendas electorales y del ecosistema político en general, deben explicarle a la ciudadanía lo que sucede en lo público, con o sin opinión, pero explicado, las posturas políticas, el acontecer cotidiano y explicar porqué ciertos temas están en su agenda y otros no.

Por último, hablando de desafección política y democrática, las autoridades electorales deben jugar un rol protagonista en la explicación política y del proceso electoral, explicar cada etapa, cada concepto, cada procedimiento y cada momento electoral. Explicar la importancia del voto, los efectos de la abstención, el impacto de la democracia y los efectos positivos de la misma. Todo es una explicación política.

El reto no está en entender las bondades de la explicación, sino en aprender a explicar. Un buen profesor no es el experto en el tema, sino el mejor explicador en él. Para ello todos los actores políticos deben asumir un compromiso con ofrecer mecanismos amigables de pedagogía ciudadana y explicación política; con las diversas formas y lenguajes que el presente nos exige, como el Tik Tok, los Reels o los spots de 30 segundos. Para que la política y la democracia sea algo universal, la primera barrera que debe romperse es la del lenguaje: si partidos, candidaturas y autoridades quieren ser escuchados, el lenguaje debe cambiar por uno más lúdico, ciudadano y ligero.

La explicación siempre es luz en las tinieblas de la duda, del desconocimiento o de las decisiones humanas que parecen no tener razón, ni forma ni fondo; ahora, en tiempos convulsos y de adrenalina política, valoremos aquellos momentos, podcast y explicadores políticos que se detienen para explicarle a la audiencia y a la ciudadanía argumentos, razones, circunstancias que no solo permitirán que emitimos un voto más informado sino que seamos los animales políticos que tanto anhelaba Aristóteles. Aceptemos explicaciones y aprendamos a explicar.