Comunidad indígena de Mezcala recupera sus tierras tras 23 años de lucha
Mezcala, comunidad de la ribera del Lago de Chapala, podría ser sinónimo de resistencia y lucha, desde sus orígenes indígenas hasta la actualidad, luego de que el empresario Guillermo Moreno invadiera el cerro El Pandillo, ubicado en el municipio de Poncitlán, en 1999.
“La invasión inició con nueve hectáreas y después sumó tres. La lentitud del proceso y la impunidad otorgada por las autoridades agrarias y legales del país provocó que este invasor acumulara poco más de 20 hectáreas, las cuales se encuentran principalmente en el cerro El Pandillo y se extendieron hasta una zona conocida como El Comal”, explica Manuel Jacobo, coca de Mezcala y parte de la resistencia.
La buena noticia, es que este martes 4 de octubre, luego de más de 23 años de lucha para recuperar sus tierras invadidas, y luego de 20 años de litigio, la población ocupará, mediante una sentencia ejecutoria, las tierras que les pertenecen para construir ahí un espacio comunitario y educativo para la niñez y juventud de Mezcala.
Mezcala amanece festiva, pero también se respira la tensión acumulada durante una lucha de tantos años. Noel Contreras García, habitante e hijo del cronista de la comunidad, narró que desde hace 23 años la comunidad indígena luchó contra la invasión, por lo que tuvieron que afrontar amenazas, encarcelamientos, incluso separarse de sus familias por seguridad.
Por eso hoy, desde las 8:30 de la mañana y a través de las bocinas de la comunidad, se escucha la siguiente convocatoria: “Se invita a toda la población a que acuda a la restitución de las tierras de El Pandillo. La cita es a las nueve de la mañana en la oficina de Bienes Comunales”. Subirán juntos, acompañados por la Guardia Nacional, al cerro que les fue arrebatado por el empresario Guillermo Moreno Ibarra en 1999, año en el que, anuncian en un comunicado, “sufrimos una injusta y cínica invasión” por “un rico de Guadalajara que burló y manipuló las leyes de nuestra comunidad y del propio Estado mexicano, al permitirle y no frenar que se asentara ilegalmente en nuestras tierras por más de dos décadas”.
La invasión derivó en un juicio de restitución de tierras que impulsaron los comuneros desde el año de 2002 y 19 años después, en 2021, se dio la última sentencia, que determinó que “el invasor Guillermo Moreno Ibarra debería regresar las tierras a la comunidad indígena de Mezcala”.
“Como pueblo originario que somos, hemos librado conquistas, invasiones, criminalizaciones, desconocimiento, olvido y desprecio. Lo único que nos ha permitido llegar hasta el día de hoy como una comunidad con identidad, historia y tradiciones, ha sido el territorio”, escriben desde Mezcala en los momentos previos a la recuperación de más de 10 hectáreas en las que Moreno Ibarra levantó una lujosa casa de campo en el último de los bosques de la ribera del lago y represó uno de los ríos.
En estas más de dos décadas, según el relato del ya citado Manuel Jacobo, Moreno Ibarra provocó severos daños al ecosistema y a la población. Con la complicidad de los gobiernos en turno, construyó en tierras comunales “una mansión con una de las vistas más privilegiadas al Lago de Chapala, derribó parte del bosque de pino y ocote, y obligó a los coyotes, venados y fauna local a huir de esos cerros, pues colocó mallas eléctricas para que nadie lo molestara”.
“Nuestras tierras son hermosas, hay montañas y cerros con encinos, huajes, ciruelos, tepehuajes, palo blanco, etcétera, y miles de hierbas que perfuman nuestra tierra y millones de insectos, aves, reptiles, peces y mamíferos que habitan al igual que nosotros el territorio. Hay también una laguna, y en ella, a medias aguas está el corazón de nuestro pueblo: Tlalquetepelquelt y Pechilinque, ambas islas laten en lo profundo de las aguas y nos dan vida y fortaleza”, describen los comuneros de los nueve barrios de Mezcala.
Su triunfo, aclaran, “no es sólo por tener sentencias favorables que confirman que Mezcala es el dueño único de ese territorio, sino que también triunfó ante la soberbia del dinero, que piensa que con eso se compra todo, pero en Mezcala aun podemos decir que ¡la tierra no se vende, se trabaja y se defiende!”.
Noel Contreras manifestó que Mezcala es un pueblo mágico que siempre ha luchado, que logró su independencia y que tiene una riqueza histórica inmensa. En la época prehispánica fue un centro ceremonial importante para los indígenas coca, en la época de los insurgentes, de 1812 a 1816, durante cuatro años se enfrentaron en la isla de Mezcala por defender su historia, el lago, su tierra y bosques.
“Mezcala dentro de la historia fue el único lugar que logró su independencia en el 25 de noviembre de 1816, esto no lo tienen los libros, pero Mezcala fue el único lugar que logró su independencia”.
Con información de Gloria Muñoz Ramírez para Desinformémonos y la redacción del Diario NTR | Edición del Colectivo Alterius