El problema de la pandemia es municipal

#VueltayVuelta

Los municipios de la esperanza en realidad son los municipios del desamparo, en nuestro sistema federalista, lo único que se ha fortalecido es el centralismo y se ha olvidado fortalecer al municipio; no solo a nivel presupuestal, sino estructural, de gobierno, de representación y de fortaleza institucional, se nos ha olvidado que en el municipio recae la autoridad más cercana a la ciudadanía, debería ser la más fuerte, la más representativa, la más activa y en la mayoría de las veces es todo lo contrario; decenas de académicos y pronunciamientos lo han dicho, entre ellos Mauricio Merino: debemos pensar en una reforma para fortalecer al municipio. 

Según Carlos Rodríguez, a corte del 15 de mayo, el 86% de los municipios en México han tenido 10 pruebas o menos en los últimos 28 días, es decir, no se sabe si hay casos asintomáticos o no. Coincide que son los municipios con alta o muy alta marginación. Además son esta característica de municipios los primeros en abrir por ser considerados de la esperanza, al no registrar casos, en otras palabras, los municipios de la esperanza son los municipios donde prácticamente no han existido pruebas y son los más pobres. Claro, uno pensaría que deberían ser los primeros para que puedan trabajar y reducir la pobreza; sin embargo, si pensamos en el funcionamiento de las cadenas de producción intermunicipal y los trabajos fuera de los municipios a municipios que aún no están abiertos, es darles esperanza a municipios que están en el desamparo; y hoy no solo se trata de la lógica de abrir o cerrar municipios por la cuarentena, este dato evidencia que el problema de la pandemia debe ser municipal y no ha sido así, se ha generado una lógica distinta; desde el centro al municipio 

Si observamos la información que generan los municipios sobre el COVID, los hallazgos son realmente una prueba de porqué el municipio debe repensarse: los gobiernos municipales no hacen el esfuerzo, con sus excepciones, de informar de manera proactiva sobre los casos de su municipio, lo máximo que la mayoría hace, a nivel capital es remitir a la base de datos federal; además de eso, lo mismo hacen con los centros de salud donde un ciudadano o ciudadana de su municipio pudiera atenderse con síntomas de COVID o hacer la prueba. Y sobre recomendaciones generales o negocios que pueden operar ni se diga, remiten en su caso a gobiernos estatales o federal, no digo que no sean a quienes tuvieran que remitir, sino que no hay ni el mínimo esfuerzo de sistematizar información aplicable al contexto municipal, distinto en cada uno de los dos mil municipios. 

Para muestra un botón de un municipio en Jalisco o de varios; algunos de ellos levantaron la cuarentena por un acuerdo municipal que luego el gobernador revirtió: desconocemos las razones y su lógica o presiones recibidas para precipitarse a esa decisión, o en otro municipio donde por la Ley de Herodes en pleno pico de la pandemia se organizaron peleas de gallos multitudinarias con la visita de hijos ausentes y la presencia; si no se refuerzan las medidas municipales para ejercer autoridad, esto seguramente sucedió en este y muchos municipios. Por eso el principal problema de la pandemia es municipal; si no lo vemos con ese lente, la nueva normalidad para los municipios sigue siendo normalidad municipal.

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