Mayra Gutiérrez #VocesVioletas
#VocesVioletas es un espacio semanal dedicado a compartir poesía escrita por mujeres de México y Latinoamérica.
Mayra Gutiérrez (1989). Oriunda del estado de Puebla, pero chilanga desde hace 10 años. Estudió Letras Hispánicas en la FFyL de la UNAM. Escribe poesía, pero también ha cultivado el periodismo cultural. Ha publicado algunos de sus poemas en revistas como Antagónica, Liebre de fuego, Primera página…, así como algunas crónicas en medios como El Septentrión, Antes de Eva o Hablando de cultura. Fan de Temperley, Pizarnik, Bishop, Cummings, Simic, Zurita…
FB: Levitan Mar. Twitter: @LevitanMar.
Actualmente, escribe su primer poemario, del que se extraen estos poemas.
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Antídoto
[D.F., 2018]
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Se queman los días como fósforos
Se malgastan
Uno más que no dio fuego
Aquel otro está cebado
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Un día
Rasgaron el cielo desde sus soles
Y todos los fósforos
Se iluminaron
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El corazón abierto como una playa
[Cielo, 2018]
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Mis 28 años para detenerme en las puertas del cielo
y rasgar mi torso
encontrarme con la vida
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enfrentarla:
exigirle que abra todas las ventanas y puertas y cuerpos
y que quiebre aquello que separa estas tierras del cielo:
el corazón abierto como una playa
el español, la lengua, húmedos para gritar:
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Mis 28 años para presentir el cielo
y amarrarlo al corazón
desbocarnos
y seguir cabalgando
porque lo importante fue llegar al cielo
con este presentimiento del final
hasta los últimos días:
nuestros días del corazón germinando allá arriba
donde amar y odiar y nombrar lo es todo
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La botella
(arte poética)
[París, 2018]
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Es la poesía el tiradero de agujas?
La noche seca?
O la misma noche quebrada
por las mismas estrellas?
El patio trasero?
El cuarto de servicio de donde nacen las ropas limpias?
La cocina tirada y aún caliente?
El espacio en restauración constante?
La botella vacía
a la que surten con todos los líquidos
y surgen de ahí transparentes
translúcidos?
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¿Por qué contemplamos el mar?
[Oaxaca, 2017]
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Contemplar la infinitud arrebata a lo inesperado de la muerte
Nos avisa de un accidente en automóvil o de células que nos comerán desde adentro
Pero el mar es también el paño
Y pasa su brazo fresco y afectuoso por las espaldas
Consolando y durmiendo nuestras nuevas certezas
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