Tu rechazo a lo nuevo es lo que hace que detestes Star Wars: The Last Jedi

A los fans de Star Wars les pasa algo parecido a los entusiastas del rock alternativo o pesado, en un aspecto particular. Aquello a lo que se aferraban, a manera de sentirse únicos, la verdad está ya mal visto y pasado de moda. En los roqueros, sucede que el pop ha reclamado su lugar como el género (¿o movimiento?) más grande del mundo. La música popular, pues. Sea J-Balvin, Jesse Baez, Tino el Pinguino, Grimes, Miguel o The Weeknd. Es decir, da menos hoy en día traer a Taylor Swift en el coche que a Nirvana. En serio. Es mejor visto para los mamucos que coquetean con el indie traer a Selena Gómez en Spotify que clavarte con Queens of the Stone Age.

Y así con Star Wars, a los nerds no les llegó el memo que entre Revenge of the Sith y The Force Awakens, la cultura geek se ha expandido de tal modo que es el nuevo normal y todos somos superfans de algo. Un cambio de guardia. Por los gustos que antes te golpeaban, ahora te aclaman.

The Last Jedi tiene una línea hermosa, donde el personaje de Rose (que los normisubicarán como “La China”) dice no debemos destruir lo que odiamos sino luchar por lo que amamosEse es el gran mensaje de la historia escrita y dirigida por Rian Johnson. Varios ensayos en la red me ayudaron a encaminar la siguiente idea: Poe Dameron es una especie de villano que complica la trama al servicio de la historia ya que su personalidad, bravado y bríos resultan en ideas terribles. Otro subtexto sútil, es que las dos mujeres en mayores posiciones de poder (Leia y Holdo -Jurassic Park Morado-) guardan cara de póker ante dos planes con responsabilidad que finalmente acabaron ejecutando, no sin antes sufrir decenas de pérdidas por la desobediencia de Poe.

Los fans no han recibido bien estos cambios de idea. Están aferrados a ideas de linaje, apellidos, heroísmo y la mystery box de la cultura freak dosmilera-temprana. Last logra simplificar dos tramas terribles que en realidad no eran más que fantasías masturbatorias de foros dorkianos. No diré cuales por respeto al spoiler. Pero si vieron la peli, sabran como el director nos ahorra paja para al menos tres películas. Al final todo el paradigma está cambiando.

Y no, la idea de que cualquier puede ser un héroe (no un Jedi) no la desarrolla Last. Eso viene especialmente desde el camino de Finn en Force, dirigida y escrita por JJ Abrams. Finn, Rey y Poe no vienen de grandes líneas sanguíneas de guerreros. Ahora en Last, tampoco Rose. Que alguien mediano (o pequeño) pueda hacer más grande la  chispa de una revolución. Tan transgresor que un montón de nerdos hacen berrinche en Rotten Tomatoes. Esa es la nueva esperanza.

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Una versión de este artículo fue previamente publicada en Bocadillo vía LJA

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