Melissa Nungaray #VocesVioletas
Melissa Nungaray (Guadalajara, Jalisco, 1998). Estudia Lengua y Literatura Hispánicas en la UAEMéx. Forma parte del Colectivo Naufragio y del equipo editorial de la revista literaria Marcapiel. Es autora de los poemarios Raíz del cielo (Secretaría de Cultura de Jalisco/Literalia, 2005), Alba-vigía (La Zonámbula, 2008), Sentencia del fuego (La Cartonera, Cuernavaca, Morelos, 2011) y Travesía: Entidad del cuerpo (La Zonámbula, 2014). En 2014 obtuvo el segundo lugar del IV Premio Nacional de Poesía Joven “Jorge Lara”. Fue becaria del Festival Interfaz ISSSTE-Cultura Los Signos en Rotación San Luis Potosí 2017. Ha participado en diversos encuentros nacionales e internacionales y publicado en revistas, periódicos y páginas electrónicas. Su blog personal es: Mi sed es la mar de fondo
*
Desde hace un millar de siglos me inventaron,
la transfiguración del cuerpo se acrecienta
en el ciclo de la mariposa.
Han pronunciado mi nombre
en el silencio cristalino de la existencia.
Escucho que han cambiado mi rostro en el libro,
soy la pragmática alma efímera
de un millar de pensamientos colosales
dentro de los siglos.
*
Se funden los ojos en la mente
queriendo salir para absorber la vida
y mirar de frente el castigo de la voz,
torturo la escalera que sigue viva
dentro de la convulsión que no se esfuerza
por extinguir los brazos de alientos perdidos
que solo caminan en vidrios
de cuerpos robados por cielos imparciales.
Golpearé una vez más los dedos incompletos de la poesía
albergando la reunión extraída de la esencia del lenguaje.
Escucha nuestro podcast
*
Una palabra, tu palabra, nuestra palabra,
somos una lágrima de piedra ante el rostro de esmeraldas.
La lluvia de luz es la divinidad del reflejo,
se abre y avanza al atavío del viento,
flecha de serpiente,
eufórico nudo del abismo extrae la chispa del respiro.
En el Monte del Nimbus es factible el maullido de la flor,
boreales cisnes de la expansión acampan bajo la marea de la mariposa.
Solsticio de siete días para viajar en las protuberancias de algún cometa,
mar esencias en cada espacio de tu ausencia.
Desangraré lejos el cascabel de la luna,
me iré al vaivén de los frutos en el hervor de tus visiones.
*
He ayudado a la contribución eterna de la discordia,
observando y queriendo estar en el último lugar
que está próximo a vivir,
instancia auténtica que practica su labor
en honor de la charla infinita
que se va con el ave en pulsos agraviados,
no contribuye a la disgregación
que hace una estancia al par con la mirada del hombre,
que se ha ido acercando con su espectro
desfragmentándose en las flores
lanzándose a la caverna,
sin júbilo escuchamos:
¿ya están?
Os cedo la llegada.
*
Todo anochece.
En la boca más atroz toda la noche es mía,
en el cuerpo lunar esotérico las sonatas
dictan la luz bélica demacrada
elevando poderes infinitos
en la oscuridad que todas las almas anhelan.
Ellas siempre duermen al ritmo de mis latidos,
pero a media noche revelan cadenas repulsivas
que azotan mundos paralelos.
¡Oh! me están vigilando miles de cuerpos
que aluden al último alarido desnudo del instrumento histórico.
Vuelvo a dormir con el arsenal magnífico
de la música onírica del violín buscando el grito colosal
de palabras en cuatro cuerdas.
#VocesVioletas es un espacio semanal dedicado a compartir poesía escrita por mujeres de México y Latinoamérica.