La importancia de la cultura científica en México

En nuestro país, las verdades históricas (los relatos fantasiosos de las autoridades) se sostienen, en parte, gracias a la ignorancia generalizada sobre temas científicos. Por eso el desarrollo de una cultura nacional que incluya a la ciencia y la tecnología es indispensable para avanzar hacia una sociedad madura que sea capaz de construir sus propios juicios y no sólo aceptar y replicar la información recibida por medios de dudosa calidad, como los oficialistas.

Por su trascendencia, la cultura científica se encuentra entre los grandes temas nacionales que reúne la colección bibliográfica “Los mexicanos vistos por sí mismos”. El volumen titulado Ciencia y Tecnología: una mirada ciudadana, expone cómo perciben lxs mexicanxs estos temas, si se consideran excluido de la ciencia y la tecnología, si éstas se desarrollan al margen de ellxs o ni siquiera se dan cuenta de lo que ocurre en estos ámbitos.

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Los datos que recoge la obra derivan de la Encuesta Nacional de Ciencia y Tecnología 2015, la cual permite analizar además si nos percibimos como seres pasivos ante las dos ramas. La encuesta se realizó a una población compuesta por personas de 15 años o más y una muestra de mil 200 personas (los investigadores asumen que ésta muestra es representativa para los 80 millones que hay en el territorio nacional entre esas edades).

Para Rosalba Namihira Guerrero, académica de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, tener una cultura científica significa que el ciudadano utiliza el conocimiento científico y tecnológico, así como sus resultados para hacer un cambio en su vida como persona y como ente social. Además, sería indispensable participar de manera igualitaria en las decisiones de políticas públicas relacionadas con ciencia y tecnología.

Según esta visión es claro que México padece un serio problema respecto a la cultura científica. Lo que se confirma con los mismos resultados del estudio, ya que cuando se solicitó al grupo entrevistado asociar algunas palabras con el concepto Ciencia, la respuesta más repetida fue “no sé“, por encima de palabras como “celular”, “computadora”, “tablet” y “televisión” (lo que significa que los mexicanos tienden a confundir el significado de tecnología con el de Ciencia).

Y cuando se planteó la pregunta: En una escala del 0 al 10, califique ¿qué tantos conocimientos diría que tiene usted sobre ciencia? El promedio de calificación a nivel nacional fue de 5.2, lo que indica que se percibe que tenemos conocimientos muy limitados sobre ella. Otro aspecto interesante es que los entrevistados no conocen trabajos científicos de relevancia, ni alguna herramienta tecnológica desarrollada por mexicanos, ya que sólo el 16.6 por ciento dieron una respuesta afirmativa; aunque no se evalúa si la afirmación está soportada por conocimiento real ya que no se les pidió que nombraran dichas herramientas tecnológicas.

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El estudio es un diagnostico estadístico sobre algo que ya nos permitía identificar el sentido común, pero lo importante es reconocer cómo podemos llenar este hueco fundamental para el desarrollo de nuestra sociedad. Por un lado, el incremento del presupuesto anual para la investigación científica y su divulgación es urgente, pero no serviría si no se acompaña de un combate en la corrupción de las instituciones (incluyendo a las Universidades Públicas) que están encargadas de realizar dichas funciones.

Además de inyectar recursos se requiere renovar las plantas docentes, abrir centros de investigación y emplear a los investigadores de alto nivel. También se necesitan campañas de vinculación ciudadana, las cuales no necesariamente deben derivar de las políticas públicas, ni hacer uso de grandes infraestructuras; sólo es necesario formar científicos que comprendan que su labor tienen un impacto fundamental en su comunidad y apoyar desde nuestros espacios las alternativas que esos mismos científicos diseñen para socializar sus conocimientos.

Con información del Inegi y Agencia CONACyT | Notas del Proyecto ALTERIUS

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