¿Qué se siente que tu selección de futbol vaya al mundial?

Para los mexicanos es algo cotidiano que la selección mexicana vaya el mundial, aquí no se discute si es porque está en una confederación fácil, si es porque lo ayuda el arbitraje o si es porque tenemos al Chicharito en la alineación. La verdad es que, si México esté en el mundial: es normal.

Para muchos países no es tan común y algunas reacciones que nos podrán parecer exageradas así lo demuestran.

Por ejemplo, el narrador de Islandia que se volvió loco cuando la selección sorpresa de la Eurocopa pasada obtuvo su primera clasificación a un mundial.

Este narrador de Egipto también se emocionó in extremis y terminó en llanto, pero no sólo él, incluso la afición invadió la cancha de la emoción que significa volver a un mundial después de 28 años.

Era el minuto 94, Honduras le ganaba a Costa Rica, pero los ticos empataron el juego a un gol y los narradores lo festejaron muy emocionados dedicándole el gol a Pinto, su ex director técnico que es seleccionador de los hondureños.

Los narradores de Siria rompieron en llanto cuando su selección se clasificó a un playoff frente a Australia para buscar un boleto rumbo al mundial. Después perderían ante la nación de Oceanía, pero la emoción que provocó la posibilidad de calificar, vale la pena recordarla:

Con un grito de “Dios mío, no puedo creerlo” estos narradores de Paraguay festejaron al 2-1 a Colombia que todavía los mantenían vivos en la clasificación.

Por felicidad, algunos y otros también se emocionaron por tristeza, por enojo, por coraje y ahí no podemos olvidar al narrador argentino que despedazó a Messi por el mal desempeño de la selección albiceleste.

“Decidme que es mentira”


A Martinoli en la clasificación del mundial pasado:

“Ustedes no, ellos si”


Escucha nuestro podcast



Y a los narradores panameños que perdieron su pase al mundial, gracias a Graham Zusi

“Utaaaaaaaaaaaaaaa”

Así son las emociones en la televisión gracias a ir o no a un mundial.

Previo

"¿Y qué traía puesto?": Una exhibición quiere dar una lección para una pregunta incómoda

Siguiente

Cartografía de la ciencia: las grandes ciudades pierden su hegemonía

Sin comentarios

Deja un comentario