Medidas urgentes ante un problema por desgracia común: Morras contra el acoso
Noa Jansma tiene veinte años y vive en Amsterdam. Dirás, “genial, primer mundo” y te imaginarías que ser mujer, salir a la calle y caminar no tendría mayor riesgo porque primer mundo. Nah, igual que en México. Es por eso que Noa ha ganado notoriedad en semanas recientes debido a #DearCatcallers, su proyecto en Instagram en el que [harta del acoso callejero] subo las selfies que se toma con sus acosadores.
En su entrevista con I-D/Vice, Noa comenta dos cosas espeluznantes:
- Contrario al sentido común, sólo uno de todos los hombres fotografiados durante el mes que duró #DearCatcallers se cuestionó el porqué fueron parte de una selfie con una mujer que escuchó piropos no solicitados (o soportó acoso físico).
- Noa indica que intenta voltear la situación al retratar a los acosadores callejeros y exponerlos en internet, tal cual ella se vuelve un objeto contra su voluntad cuando ellos le realizan avances no solicitados.
- Lo más preocupante: “Ellos creen que es completamente normal”. Es decir, incluso en primer mundo y con esta mínima y anécdotica muestra, no está generalizado que el acoso callejero es malo, terrible y machista.
En México, hace unos meses se difundió un vídeo parte del colectivo Morrasmx, donde las integrantes simplemente vistieron vestidos negros por las calles de la Ciudad de México y las imágenes hablan por si mismas:
El mero hecho de salir a la calle les costó ser llamadas de mil modos y maneras (cero agradables y al final, acoso) por parte de acosadores callejeros.
Y recordamos este gif de nuestro #Archivo3V: El acoso callejero nunca es un piropo inocente: