Sembrar en Facebook: Metáforas biológicas para la lucha cibernética

Las herramientas de comunicación se están democratizando, insertando al mismo tiempo un sistema de espionaje y control de dimensiones globales que obligan a plantear proyectos comunitarios de encriptación informática y seguridad cibernética que avanzan lentamente en comparación al crecimiento de gigantes de la tecnología, como google o facebook.

Por otro lado vemos una contradicción difícil de diagnosticar, entre el impulso que las redes virtuales le dan a los procesos de organización colectiva y resistencia socio-política y la aparente desarticulación de la protesta masiva en los espacios físicos, suplantada por lo que algunas personas llaman “liketivismo” [1].

Lo que parece un hecho innegable es que el éter que vincula nuestra actividad virtual con los intereses que se crean del “otro lado del ordenador” convierte en herramientas políticas a las redes sociales, los espacios virtuales y las tecnologías que facilitan el acceso a la internet, aunque así no las miremos. Un like, una conversación, una página en favoritos, el tiempo que pasamos conectadas, el tiempo que miramos una publicación, la zona donde lo hacemos, el lenguaje que usamos, la información personal de nuestros perfiles; todo es usado para capturar nuestro interés y conducirlo a una zona de comercio [2].

Desde esta perspectiva, podría decirse que los algoritmos de Facebook [3] son una herramienta de análisis preferencial, que convierte nuestros intereses en pequeñas burbujas compuestas por ideología y producto. Para Facebook, lo que hacemos entre nosotras cuando tejemos una red de intereses limitados es diseñar de manera inconsciente un producto micro-cultural que vendemos y compramos al mismo tiempo. De hecho, la única forma de burlar esos poderosos algoritmos es haciendo lo necesario para no caer encerrados en dichas burbujas; involucrarse en lo Otro, seguir la contra-ideología, es la ruta más segura para hacerlo. Este texto pretende plantear una ruta que facilite el desarrollo de un esquema teórico construido en colectivo que ayude a reconocer lo que sucede en las fronteras de los límites que imponen dichos algoritmos.

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EL FACEBOOK VISTO COMO UN ECOSISTEMA

Partimos de una de nuestras formaciones académicas, la de la biología y la capacidad que nos da para mirar el entorno socio-cultural con analogías remitidas a los procesos más importantes de la vida; el origen de la autoorganización y su posterior evolución. Partimos pues de una sencilla pregunta, la de si esos paquetes informáticos (memes) pueden ser vistos, en algún punto de su organización, como organismos vivos; aunque no estén regidos por las leyes biológicas, sino por los designios del sistema financiero (que finalmente son los que constituyen el origen y el desarrollo de las plataformas de intercambio virtual).

Cabe señalar que cuando miramos las redes sociales y pretendemos usar metáforas biológicas, tendemos a utilizar el campo de la neurología como marco de referencia pero nuestra propuesta es acercarnos a este mismo problema desde un campo de organización ecológico-evolutiva. No partimos conceptualmente de las propuestas que han usado analogías ecológicas anteriormente para abordar las interacciones virtuales [4], sobre todo porque desde nuestra perspectiva no han sabido definir niveles de organización que permitan una extrapolación de las teorías que se aplican a los sistemas vivos, pero si consideramos las herramientas que han utilizado para modelar la complejidad de dichas interacciones [5].

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Y es que efectivamente, visto como un ecosistema, el tejido de interacciones que se gestan en Facebook obliga a mirar el fenómeno desde los sistemas complejos; lo que requiere de modelos matemáticos avanzados para comprobar esta propuesta (la cual también implica la suma de personas formadas en ese campo para crear dichos modelos en colectividad). Pero en términos muy reducidos, podemos empezar mirando la organización de esos paquetes de manera binaria; ya que no sólo se trata del poder de los algoritmos sino de la libertad con la que navegamos y la capacidad que tenemos de transformar dichas interacciones.

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TU BURBUJA IDEOLÓGICA COMO ENTE VIVO

Para modelar y comprobar lo aquí descrito, debemos definir el nivel de organización mínima y responder esta pregunta ¿Qué estructura de las interacciones virtuales contiene los elementos básicos para delimitarla como un organismo vivo que opera dentro de un hábitat particular? Los ‘perfiles’ no pueden ser esa respuesta, porque su emergencia no depende de ninguna interacción, sin mencionar que muchos de ellos son estructuras falsas (troles o bots), pero lo que si hacen es crear y transferir información y por tanto pueden ser vistos como las estructuras codificadas que programan a nuestro “bicho virtual” [6].

Si los perfiles actúan como “genes” (siguiendo la analogía biológica de nuevo remitimos a las ideas de Richard Dawkins sobre la memética), nos aventuramos a proponer que la estructura que se desarrolla como un ente vivo es la burbuja que se crea desde la selección de los algoritmos; si nuestro pensamiento político tiende hacia las izquierdas el algoritmo intentará crear las fronteras que delimitan pensamientos cercanos, si somos de derechas nos encerrarán en un espacio ideológico conservador.

Hasta ahora los algoritmos de Facebook, no puede crear burbujas totalmente aisladas, sino que justo construye entidades que intercambian información de manera constante con su entorno, incluyendo otras burbujas; estas fronteras actúan como membranas celulares que intercambian información. A este primer planteamiento hay que añadir escenarios evolutivos [7], pero por el momento basta señalar que si agregamos información diversa, añadimos complejidad y, si asumimos los postulados emergentistas, eso puede ser suficiente para crear nuevos fenómenos [8].

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LOS SERVIDORES HACEN DE FACEBOOK UN ESPACIO TANGIBLE

Cuando hablamos de sembrar en Facebook [9], nos referimos justo a esta capacidad de crear complejidad con nuestra actividad virtual (la agricultura también vista como metáfora para explicar la construcción de una nueva cultura desde las Redes Sociales). Y es que debemos tener presente que la información depositada en perfiles o páginas ocupa un espacio físico concreto en servidores específicos de la empresa californiana, por lo que las batallas por espacios virtuales también deben ser vistas como batallas por territorios tangibles [10].

No perdamos de vista la dinámica binaria que mencionamos anteriormente, es cierto que esa información es utilizada para estudios de marketing, inteligencia artificial y como herramientas de control político pero también es cierto que nosotras podemos dirigirla a donde queramos con organización cooperativista. Incluso podemos diseñar o crear microambientes que incluyan una muestra variada de burbujas ideológicas [11] conviviendo entre sí y generar modelos experimentales para comprobar nuestra propuesta.

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SI LAS REDES SON TIERRA HAGAMOS UNA FAENA VIRTUAL

El hecho es que un poder muy particular se gesta desde nuestros teclados y puede ser potencializado si nos entendemos como una entidad colectiva bien organizada.

Las ideas contenidas en este texto están abiertas al comunidad y pueden sumarse a la continuidad de su desarrollo en la plataforma del Colectivo Alterius. Si esto efectivamente es un pedazo de una ciber-biósfera, habitarla y enriquecerla con amplia diversidad es la mejor apuesta para mantenerla viva. Todas las críticas serán consideradas, incluso las más despiadadas, porque justo lo que hacemos con estas letras es ejercer nuestro derecho a sembrar colectivamente cualquier espacio, incluyendo los virtuales y desde ahí intentar mejorar los espacios que habitamos fuera de la virtualidad.

Propuesta teórico-conceptual en construcción abierta del Colectivo ALTERIUS.


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[1] Ese “liketivismo” también puede ser positivo en un balance general del escenario ciberpolítico porque para muchas personas implica un primer acercamiento a los movimientos sociales. En México promueven un espacio que generalmente se percibe como seguro para involucrarse en situaciones de protesta, que en las plazas públicas se resuelven mediante la represión directa (por supuesto hay un acoso permanente también en redes virtuales, pero la percepción general es que no se dirige de manera tan arbitraria).

[2] Cabe señalar que esas zonas de comercio también se organizan de manera compleja, ya que cualquiera de nosotras puede ser ese “otro lado del ordenador”.

[3] Facebook utiliza el algoritmo EdgeRank para actualizar el News Feed de los usuarios.

[4] Si tomamos referencias como la Blogosfera, veremos que nuestra propuesta es distinta en términos de construcción porque partimos primero de una construcción conceptual que defina niveles de organización que sean susceptibles de ser abordados mediante las teorías biológicas. Una vez definido este marco teórico conceptual, el siguiente paso es ponerlo a prueba mediante las herramientas analíticas de los sistemas dinámicos complejos.

[5] Para revisar las herramientas de análisis en Redes Sociales recomendamos este importante artículo: (1) Finin, T., Joshi, A., Kolari, P., Java, A., Kale, A., & Karandikar, A. (2008). The information ecology of social media and online communities. AI Magazine, 29(3), 77 | (2).

[6] Incluso los troles o bots, pueden ser vistos como entidades víricas que contaminan la información auténtica y operan como huéspedes de un organismo que buscan desarticular. En todo caso recomendamos revisar las propuestas de Richard Dawkins sobre el flujo de información cultural y su relación con la herencia genética en los organismos vivos.

[7] En un texto posterior revisaremos como insertar en este sistema, las propuestas más conocidas de los mecanismos evolutivos. No sólo los planteamientos del neodarwinismo, sino las importantes aportaciones de Lynn Margulis en torno a la endosimbiósis y la transferencia horizontal y los procesos saltacionistas de Stephen Jay Gould.

[8] Recomendamos una revisión de las propuestas de Stuart Kauffman y sus implicaciones filosóficas, para entender este punto.

[9] Hablamos de Facebook, como una zona amplia de un escenario virtual mucho más complejo, como si se tratará solo de un extenso bioma que también interacciona con otros escenarios ecosistémicos.

[10] La tecnología está avanzando hacia una, todavía hipotética, computación cuántica que resolvería muchos de los problemas de almacenamiento de las grandes empresas. Pero hoy en día la democratización de los medios, gracias al software y el hardware libre, hace posible que no dependamos absolutamente de sus servicios; solo es cuestión de organización e implementación de sistemas distribuidos.

[11] Un experimento exitoso al respecto se está desarrollando en la página del Colectivo ALTERIUS. La cual fue creada con métodos no convencionales y congrega a más de 270 mil perfiles que no tienen cohesión ideológica. Es un mosaico construido por medio de páginas ocupadas y perfiles que buscaron amistades de forma arbitraria y que fueron transformados en páginas para ser fusionadas posteriormente.

 

 

 

 

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