Morena gana a otro priista para sus filas: Alejandro Murat

Si la política mexicana fuera una telenovela, Alejandro Murat tendría un papel estelar: el del exgobernador priista que, sin pestañear, se enfunda la camiseta guinda y espera que todos actúen como si nada hubiera pasado. Y es que su reciente afiliación a Morena ha provocado más de una ceja levantada y una lluvia de críticas que él, con la seguridad de quien ha sido “bien tratado” en su nuevo hogar político, ha despachado con un mensaje claro: “los de piel delgada, que se hagan a un lado”.

Porque, al parecer, el problema no es que un exmilitante del PRI –partido históricamente adversario de Morena– se sume a sus filas. No. El problema, según Murat, es que algunos morenistas no toleran el “debate democrático” que, asegura, es lo que realmente importa. Que si las siglas políticas pesan, que si su pasado lo persigue… esos son detalles menores. “Los valores y principios no tienen membrete”, sentenció, como si el pragmatismo político fuera un valor moral y no una estrategia de supervivencia.

Su incorporación a Morena, sin embargo, no ha sido recibida con entusiasmo en todas partes. Salomón Jara, actual gobernador de Oaxaca y exaliado convertido en crítico, ha dejado claro que no está de acuerdo con la membresía de Murat en el partido. No solo ha cuestionado su pasado, sino que ha insinuado que el exgobernador tiene más de un asunto pendiente en términos de corrupción. Nada grave, aparentemente, porque Murat sigue firme y confiado en que su historial “habla por él”.

_____

_____

Y hablando de su historial, el exgobernador ha insistido en que su lealtad con Morena no es de ahora. Según él, ha estado en la bancada guinda desde el inicio de la legislatura y hasta hizo campaña para Claudia Sheinbaum. Algo así como un romance político a largo plazo que solo ahora, con su afiliación oficial, se hace público. Pero ni las acusaciones de oportunismo ni el rechazo de algunos sectores morenistas parecen importarle. Su estrategia es clara: hacerse el desentendido y minimizar las críticas.

¿Su respuesta a los que lo acusan de buscar solo su conveniencia política? Un contundente “no me preocupa nada”. No es que Murat ignore la polémica; simplemente la convierte en un tema irrelevante con frases que mezclan un tono despreocupado con una buena dosis de ironía. “Para atrás, ni para agarrar vuelito”, repite cada vez que le recuerdan su pasado priista, como si se tratara de un viejo chiste y no de una trayectoria política con implicaciones serias.

Y es que, más allá del show mediático, la pregunta de fondo sigue en el aire: ¿qué representa la llegada de Murat a Morena? Para algunos, una muestra de que el pragmatismo domina sobre la ideología en la política mexicana. Para otros, un recordatorio de que la historia no se borra con una afiliación. Pero para Murat, es simplemente un paso más en su carrera, uno que –según él– ha sido bien recibido dentro del partido.

Al final del día, lo que queda claro es que el exgobernador no piensa dar marcha atrás. Con su discurso ensayado y su confianza intacta, parece más decidido que nunca a consolidarse en Morena, sin importar cuántos morenistas prefieran que él y su pasado priista se “hagan a un lado”

Previo

¿Qué hay más importante que aprobar la Jornada Laboral de 40 hrs?: Diputada propone cambiar el nombre al país

Siguiente

Estás en la historia más nueva